Aumenta la incidencia del mal de las 'vacas locas' en el Reino Unido
En el primer semestre de 2000 se han registrado 14 muertes
Los especialistas brit¨¢nicos encargados del seguimiento de la epidemia de la nueva variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob -versi¨®n humana del mal de las vacas locas- han observado, con alarma, que el n¨²mero de casos va en aumento en el Reino Unido. Hasta el momento se han registrado 75 v¨ªctimas de esta dolencia, de las que 69 han muerto ya. Los expertos manifiestan su preocupaci¨®n, en el ¨²ltimo n¨²mero de la revista m¨¦dica The Lancet, por la incidencia creciente de la enfermedad.
En 59 de los 69 casos mortales debidos a la nueva variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (CJ), el diagn¨®stico se ha confirmado oficialmente mediante an¨¢lisis de tejidos cerebrales de las v¨ªctimas tras la muerte. Los expertos est¨¢n pr¨¢cticamente seguros de que los animales infectados con el mal de las vacas locas son el origen de esta enfermedad transmitida a las personas por v¨ªa alimentaria. Contra esta dolencia neurodegenerativa, denominada encefalopat¨ªa espongiforme, no se conoce remedio y todas las v¨ªctimas mueren.La incidencia, o n¨²mero de casos, de la nueva variante de CJ ha aumentado un 23% de media al a?o desde 1994 y la tasa de mortalidad crece un 33% anual desde 1995, seg¨²n datos de los expertos de la Unidad Nacional Brit¨¢nica de Seguimiento de la enfermedad, liderados por Robert G. Will, del Western General Hospital (Edimburgo).
"Teniendo en cuenta que los casos cuyos primeros s¨ªntomas aparecieron en 1999 y en 2000 no ser¨¢n identificados hasta el mes que viene, el n¨²mero de nuevos afectados claramente va a aumentar", prev¨¦n los especialistas brit¨¢nicos, que se?alan que 14 personas han muerto en el primer semestre de 2000 debido a esta enfermedad, frende a 18 decesos registrados en todo 1998.
Will y sus colegas descartan que el fen¨®meno observado pueda ser resultado de una mejor vigilancia epidemiol¨®gica de esta nueva enfermedad. "Estimamos que nuestros resultados reflejan un aumento real de la incidencia de la nueva variante de CJ en el Reino Unido", afirman. "Un fen¨®meno as¨ª es claramente motivo de preocupaci¨®n, aunque debemos insistir en el hecho de que el n¨²mero de casos es bajo. No podemos decir cu¨¢nto tiempo continuar¨¢ la tendencia actual ni, por tanto, predecir cu¨¢l ser¨¢ el n¨²mero de casos en el futuro".
Hace cuatro a?os, tras el anuncio del Gobierno brit¨¢nico de que el agente de la encefalopat¨ªa espongiforme bovina (EEB) podr¨ªa contagiar a la especie humana, se lanzaron muchas hip¨®tesis alarmistas acerca del alcance que tendr¨ªa la epidemia en humanos y se habl¨® de millones, si no decenas de millones, de hipot¨¦ticas v¨ªctimas brit¨¢nicas. Posteriormente se han hechos muchos trabajos, a partir de par¨¢metros lo m¨¢s objetivos posible, para intentar reducir los amplios m¨¢rgenes de incertidumbre de incidencia de esta enfermedad, cuya fisiopatolog¨ªa es a¨²n muy mal conocida.
El trabajo m¨¢s serio es el realizado por la Real Sociedad de Biolog¨ªa brit¨¢nica, cuyas conclusiones fueron presentadas a principios de este a?o en la revista New Scientist. Este estudio de epidemiolog¨ªa estad¨ªstica, realizado por un grupo de investigadores bajo la direcci¨®n de Roy M. Anderson (Wellcome Trust, Universidad de Oxford), parte de un modelo matem¨¢tico computerizado que integra m¨²ltiples factores, como las caracter¨ªsticas de la evoluci¨®n de la epidemia del mal de las vacas locas, el largo periodo de incubaci¨®n de la enfermedad y las enormes cantidades de carne contaminada por el agente infeccioso consumidas por la poblaci¨®n brit¨¢nica desde los a?os ochenta.
Anderson estim¨®, en sus c¨¢lculos, que si el n¨²mero de casos de la nueva variante de CJ fuera superior a 15, la epidemia podr¨ªa provocar hasta 500.000 v¨ªctimas. En cambio, si la cifra no aumentase de modo notable durante 1999 y 2000, se podr¨ªa establecer una "hip¨®tesis base" de 14.000 v¨ªctimas.
El balance de 1999 asciende a 17 casos y en el primer semestre de 2000 se han registrado 14. Todo indica, por tanto, que estamos ante la menos favorable de las dos hip¨®tesis del equipo de Anderson.
? Le Monde
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