La rastreadora de hero¨ªnas
Medea no muri¨®. Dicen que ascendi¨® directamente a los cielos, a pesar de que el sentimiento que marc¨® en mayor medida su historia fueron los celos, que no inspiran precisamente actos generosos. La tragedia de la hechicera griega, recogida en dos obras de Eur¨ªpides y S¨¦neca, tendr¨¢ pronto un rostro andaluz sobre la escena: Juana Amaya. El montaje, que se estrenar¨¢ el 10 de septiembre en el teatro de La Maestranza, es la ¨²ltima aventura art¨ªstica de Pilar T¨¢vora, una apasionada de los mitos femeninos.T¨¢vora cree que los sentimientos, a diferencia del mundo, no cambian. "Medea es un s¨ªmbolo universal, que a¨²n hoy est¨¢ presente", dec¨ªa a prop¨®sito de la obra en una reciente entrevista. Antes de la hechicera que perdi¨® el seso por Jas¨®n, se hab¨ªa aventurado en otro complejo arquetipo femenino, Yerma, de Federico Garc¨ªa Lorca, con motivo del centenario del nacimiento del artista granadino.
Llevar al cine o a los escenarios dos cl¨¢sicas como Medea o Yerma no le intimida en absoluto. Pilar T¨¢vora ya desde ni?a se distingu¨ªa por cierta capacidad para encajar dificultades o temores sin parpadear. Sin demostrar un ¨¢pice de miedo. Cuando Salvador T¨¢vora, su padre, improvisaba cuentos con mensaje ejemplarizante para sus dos hijas, siempre reaccionaban de forma dispar. Concha, la peque?a, lloraba al o¨ªr aquella historia de dos hermanas que pagaban su maldad con la deformaci¨®n de sus orejas, que crec¨ªan y crec¨ªan en sinton¨ªa con sus trapisondas. Pilar escuchaba la narraci¨®n con atenci¨®n y seriedad, pero a su padre siempre le impresionaba que su hija mayor no soltase ni una l¨¢grima ni diese muestras de temor.
S¨®lo la adolescencia desvelar¨ªa su faceta m¨¢s fr¨¢gil y uniforme, como una seguidora apasionada de los Beatles, capaz de armar una marimorena con el mundo por una cr¨ªtica a sus ¨ªdolos. Salvo al grupo de Liverpool, no ha vuelto a rendir pleites¨ªa a ning¨²n mito, aunque tenga cierta debilidad por actores como Irene Papas, Andy Garc¨ªa o Juan Diego.
En el infantil dominio de s¨ª misma se dibujaba algo de la personalidad actual de la cineasta, marcada por la constancia y el tes¨®n en lo profesional. Dicen en su entorno que es muy T¨¢vora, entendi¨¦ndolo casi como una adicci¨®n al trabajo, la v¨ªa de realizarse y fugarse al mismo tiempo. Algo que las personas que han trabajado a sus ¨®rdenes no siempre agradecen. Del rodaje de Yerma, protagonizada por Aitana S¨¢nchez-Gij¨®n, Irene Papas y Juan Diego, afloraron m¨²ltiples comentarios de disgusto sobre la dureza de las condiciones laborales impuestas por T¨¢vora.
La pel¨ªcula, que se consider¨® como el buque insignia del cine andaluz, tampoco cosech¨® a la postre un gran ¨¦xito comercial y acabar¨ªa empa?ada por la carrera apabullante de Solas, la ¨®pera prima de Benito Zambrano, a la saz¨®n un desconocido de Lebrija y poco m¨¢s.
Pero si algo resulta indiscutible de la cineasta es su tenacidad, sobre todo desde que regres¨® de Estados Unidos. La experiencia americana la marcar¨ªa notablemente, a pesar de que residi¨® un par de a?os escasos. Hay personas que necesitan ausentarse para darse cuenta de que nunca han querido irse. A Pilar le ocurri¨® algo as¨ª. Se descubri¨® andaluza en Montana. Lleg¨® casi reci¨¦n salida de la adolescencia -se cas¨® muy joven- a la sociedad americana y cada d¨ªa naufragaba un poquito m¨¢s hasta que su padre la rescat¨® definitivamente.
Pilar volvi¨® m¨¢s andaluza que nunca. Abandonada la aventura americana, se adentr¨® en la senda abierta por su padre de aproximaci¨®n a las ra¨ªces con cierto aire mestizo. Sus primeros trabajos fueron para televisi¨®n, se especializ¨® en documentales y series, como Cavilaciones, emitida por Canal Sur. De los cortometrajes pasar¨ªa a dirigir su primera pel¨ªcula, Nana de espinas, en 1983.
Pasar¨ªan casi 14 a?os hasta que la cineasta volviese a colocarse detr¨¢s de una c¨¢mara para rodar su largometraje m¨¢s ambicioso, Yerma, que cont¨® con un presupuesto de unos 230 millones de pesetas. T¨¢vora tambi¨¦n escribi¨® el gui¨®n de la primera versi¨®n cinematogr¨¢fica de la obra de Lorca. Otra mujer honda, como Medea. La directora, tambi¨¦n entonces, resalt¨® la actualidad del personaje lorquiano, angustiado con la maternidad. "Una mujer obsesionada por la maternidad, mientras que las que la rodean no lo est¨¢n, es un personaje perfectamente transportable a finales del siglo XX", se?alaba poco antes del estreno.
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