Mafias
Europa no se ha planteado el n¨²mero de emigrantes que puede absorber porque Europa no existe. Ni siquiera desde su concepci¨®n m¨¢s estable, como mercado com¨²n, Europa puede asumir postulados sobre las necesidades de su propio mercado de trabajo y no nos planteamos ya optar a postulados desde una perspectiva social o ¨¦tica. Lo cierto es que el desconocimiento nos deja a oscuras sobre la cantidad real de inmigraci¨®n tolerable sin crear un caos econ¨®mico-cultural y quedan las cifras y las decisiones en manos de los se?ores de la pol¨ªtica y la econom¨ªa.Desde la no mayor¨ªa absoluta, el PP tuvo que tragarse una ley de extranjer¨ªa apoyada por el anterior Parlamento y ahora quiere modificarla utilizando, si es posible, el rodillo consensual y si no, el parlamentario. Los medios de comunicaci¨®n transmiten escenas pat¨¦ticas sobre el nuevo tr¨¢fico de esclavos, pero casi nada informan sobre el planteamiento, nudo y desenlace de esta tragicomedia; el planteamiento incluye a las oligarqu¨ªas locales del pa¨ªs exportador de esclavos; el nudo son mafias multinacionales del tr¨¢fico de mano de obra; y el desenlace es la inmigraci¨®n que dejan pasar los filtros migratorios en ejercicio: leyes, prohibiciones, mafias, represiones, naufragios de pateras. Para justificar la nueva Ley de Extranjer¨ªa, Mayor Oreja ha argumentado que combatir¨¢ a las mafias del tr¨¢fico y que se necesitar¨ªa un consenso sobre limitaciones para que los partidos de la oposici¨®n no utilicen el recurso a la demagogia.
Ha sido hist¨®ricamente imposible luchar contra cualquier mafia estimulando la ilegalidad que la fomenta y la nueva Ley de Extranjer¨ªa estimula la ilegalidad de meterse en Espa?a cueste lo que cueste, ali¨¢ndose con quien est¨¦ en condiciones de propiciar el tr¨¢fico. La nueva Ley de Extranjer¨ªa no est¨¢ en condiciones de frenar la complicidad entre el que quiere huir, el beneficio de los empresarios que se lucran con el trabajo de los ilegales y el desarrollo de las mafias m¨¢s necesarias cuanto m¨¢s ilegal sea el tr¨¢fico. Simplemente, habr¨¢ m¨¢s cad¨¢veres y m¨¢s delincuentes.
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