Richard Branson quiere ser Pap¨¢ Noel
Espina clavada
No es ni un futbolista ni un cantante pop, pero firma tantos aut¨®grafos como ellos. As¨ª es Richard Branson, el empresario m¨¢s carism¨¢tico de Gran Breta?a, que est¨¢ a punto de convertir en realidad su gran sue?o: gestionar la Loter¨ªa Nacional del Reino Unido, un negocio que mueve m¨¢s de 1,3 billones de pesetas anualmente.Muchos brit¨¢nicos empiezan a preguntarse si habr¨¢ alg¨²n sector sobre el que Branson, de 50 a?os, no est¨¦ dipuesto a echar sus redes. Aviones, trenes, tel¨¦fonos m¨®viles, ropa, bebidas, m¨²sica, seguros, estaciones de radio... El logotipo de Virgin, el imperio que cre¨® a principios de los setenta, est¨¢ al doblar cualquier esquina de Londres. Ahora los brit¨¢nicos tambi¨¦n podr¨ªan hacerse ricos con ¨¦l.
Disgusto papal
Acumular una fortuna de m¨¢s de 2.400 millones de libras (650.400 millones de pesetas), tener una isla privada en el Caribe o ser nombrado caballero por la reina Isabel II no sacian la ambici¨®n de Richard Branson. Desde 1994 tiene una espina clavada. Ese a?o su oferta para obtener la gesti¨®n de la loter¨ªa brit¨¢nica fue rechazada. "He perdido la oportunidad de realizar la cosa m¨¢s importante de mi vida", se?al¨® contrariado.Sin embargo, Branson no es de los que se rinden. Le gustan los grandes retos -no en vano ha sido el primer hombre en cruzar el Atl¨¢ntico en globo- y ha vuelto a probar suerte. El pasado mi¨¦rcoles, la comisi¨®n encargada de renovar la licencia de la loter¨ªa brit¨¢nica le di¨® un plazo de un mes para mejorar su oferta y hacerse as¨ª con la gesti¨®n de este juego. Esta vez lo tiene mucho m¨¢s f¨¢cil ya que se ha quedado solo en la puja. Camelot, el consorcio ganador en 1994, ha sido expulsado del concurso. Uno de sus miembros, la empresa estadounidense de software GTech, ha cometido irregularidades durante su gesti¨®n, lo que ha suscitado sospechas entre las autoridades del Reino Unido.
"Espero poder dar al pueblo brit¨¢nico la loter¨ªa que ellos quieren", manifest¨® Branson, entusiasmado al conocer que era el ¨²nico aspirante de un concurso que hab¨ªa empezado hace seis meses.
Si finalmente la oferta de La loter¨ªa del pueblo, nombre con el que Branson ha bautizado su proyecto, obtiene el benepl¨¢cito del organismo regulador, el magnate pelirrojo dispondr¨¢ de siete a?os para hacer felices a sus compatriotas. Branson quiere dejar claro desde el principio que la loter¨ªa no ser¨¢ una empresa m¨¢s del grupo Virgin. Por eso se ha rodeado de gente de reconocido prestigio como el presidente de la Bolsa de Londres, Don Cruickshank. "S¨®lo ser¨¦ uno m¨¢s entre los siete directivos", repite constantemente. Entre sus promesas se encuentra la de hacer una loter¨ªa mucho m¨¢s excitante, "creando un millonario cada semana". Para aumentar las posibilidades de los apostantes pretende reducir el n¨²mero de bolas de 53 a 49. Branson tambi¨¦n se ha comprometido a que todos los beneficios -conf¨ªa en alcanzar los 15.000 millones de libras (m¨¢s de cuatro billones de pesetas)- sean destinados a sufragar obras de car¨¢cter ben¨¦fico.
Branson empez¨® a hacer negocios a los 16 a?os, pero su nombre no comenz¨® a sonar hasta los a?os setenta, cuando empez¨® a vender discos por cat¨¢logo. En 1972 eligi¨® el nombre de Virgin (virgen, en castellano) para lanzar al mercado su sello discogr¨¢fico, lo que no gust¨® nada en el Vaticano. Populista y provocador, siempre ha sabido c¨®mo ganarse al p¨²blico.Las especulaciones sobre la existencia de una crisis en su imperio se dispararon a principios de a?o cuando decidi¨® desprenderse del 49% de su compa?¨ªa a¨¦rea, Virgin Atlantic. Sin embargo, Branson ha demostrado que tiene buen olfato para los negocios. En 1992 traspas¨® la discogr¨¢fica Virgin Records a EMI por 130.000 millones de pesetas para fundar su divisi¨®n a¨¦rea. La historia parece repetirse ahora, ya que el dinero obtenido por la venta de la mitad de su aerol¨ªnea le permite apostar por Internet y luchar por su mayor sue?o: convertirse en Pap¨¢ Noel para hacer ricos a aquellos que tanto le admiran.
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