Planes ol¨ªmpicos
Las ciudades son fen¨®menos humanos estables a lo largo de la historia. Nuestra actual civilizaci¨®n es b¨¢sicamente una civilizaci¨®n urbana. De ah¨ª la importancia que han adquirido en estos a?os los estudios y profesionales dedicados al dise?o del futuro de las ciudades. Sevilla tiene en la actualidad dos proyectos en estudio: el futuro Plan General de Ordenaci¨®n Urbana, medio cl¨¢sico para gobernar el desarrollo del suelo y de las actividades, y un llamado Plan Estrat¨¦gico Sevilla 2010, dirigido al parecer a conocer y dise?ar el modelo de ciudad compatible con una econom¨ªa que est¨¢ cambiando profundamente.Y, sin embargo, de lo ¨²nico de lo que se est¨¢ hablando estas semanas es de un ut¨®pico y renovado proyecto ol¨ªmpico sevillano que, caso de que fuera conseguido en su tercer intento, supondr¨ªa para la ciudad una serie de intervenciones limitadas y un conjunto de actividades que durar¨ªan dos semanas. ?La rentabilidad para la ciudad y sus ciudadanos? Realmente poco en s¨ª mismas, salvo las de renombre y lustre sevillanas. No se entiende, por tanto, las obsesiones del alcalde de la ciudad por seguir tirando de la guita del proyecto ol¨ªmpico, como si ¨¦se fuera el tir¨®n que necesita la ciudad. Pasaron para esta ciudad los momentos de grandes eventos que ayudaron a solucionar problemas hist¨®ricos, el del r¨ªo por la ciudad o el del trazado ferroviario, por ejemplo. Hoy se impone una pol¨ªtica local de peque?as pero decisivas intervenciones, de costura de aguja e hilo m¨¢s que de grandes escenarios con mucho celof¨¢n pero mucha deuda a largo plazo.
Los ciudadanos de Sevilla no terminamos de entender que en esta ciudad sigan existiendo barriadas como la llamada "Las Vegas", donde habita la miseria y el m¨¢s absoluto abandono por parte de los responsables municipales y la muerte es la fiel compa?era de sus habitantes. O, menos dram¨¢ticamente, ya no nos sorprendemos de que se siga permitiendo aparcar el bendito coche en sitios como las m¨¢rgenes del r¨ªo, por citar el ejemplo que se le ocurri¨® al concejal de tr¨¢fico. ?stas deber¨ªan ser algunas de nuestras citas ol¨ªmpicas y cap¨ªtulos de nuestro verdadero Plan estrat¨¦gico.
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