Heras pone el contador a cero
El corredor del Kelme sale de los Lagos como l¨ªder, igualado a tiempo con Casero
El contador de la Vuelta se ha puesto a cero. Despu¨¦s de 14 etapas y m¨¢s de 1.500 kil¨®metros de carrera, el nuevo l¨ªder, Roberto Heras, ha invertido el mismo tiempo que el segundo clasificado, ?ngel Casero, su predecesor. La Vuelta tiene un l¨ªder porque es inviable tener dos, por mucho que se empe?en en el podio. Las mil¨¦simas han determinado que Heras y el Kelme mandan desde hoy. Pero, en la pr¨¢ctica, el cron¨®metro de la Vuelta se pone a cero. Propone un pulso entre Heras y Casero. Entre el valor de los escaladores y el de los contrarrelojistas. Heras tiene dos d¨ªas (en el Angliru y en Abantos) para aumentar una ventaja que sabe que le recortar¨¢ su rival (aunque falta decir cu¨¢nto) en la ¨²ltima etapa de Madrid. El pulso est¨¢ servido.El testigo del relevo, o del empate, fue Covadonga, que alarga el mito y su relaci¨®n ¨ªntima con la Vuelta a Espa?a. Es dif¨ªcil que una etapa con llegada en los Lagos de Enol y Ercina pase desapercibida. Por mucho que los ciclistas lleguen a pie de puerto en autob¨²s, sin un repecho previo digno de menci¨®n. Los ciclistas son responsables consigo mismos y con la historia, y no quieren desmerecer con respecto a quienes les precedieron en a?os anteriores. As¨ª que nadie se escondi¨®. Todos se comportaron como se esperaba de ellos. En realidad, la jornada no arroj¨® sorpresas. Cantado estaba que Heras tratar¨ªa de irse solo hacia la cima, o intentar¨ªa subir lo m¨¢s lejos posible de Casero y de Igor Gonz¨¢lez de Galdeano. Tambi¨¦n se hab¨ªa cantado la estrategia de los otros dos rivales del Kelme: resistir. Cada uno a su manera, con mejores o peores sensaciones, pero resistieron.
Casero interpret¨® el gui¨®n que conoce. Puso el piloto autom¨¢tico de su bicicleta, marc¨® una velocidad y no la alter¨® por nada de mundo. Hubo momentos en que ten¨ªa perdido el maillot amarillo por cinco segundos. Pero ¨¦l sigui¨®, solo con su responsabilidad y con tres corredores detr¨¢s, pegados a su rueda, que le hicieron ver la cara ingrata del liderato. No le dieron ni un relevo. Para eso era el primero. Igor se subi¨® a su grupa y aguant¨® en un alarde de elasticidad (hizo la goma, que dice el argot). Su comportamiento, mermado todav¨ªa por sus molestias en la pierna, es m¨¢s propio de un tercero que de un l¨ªder.
Y mientras los dos contrarrelojistas marcaban el ritmo, Heras ejerci¨® de escalador total. Le falta el estilo de Pantani o del reciclado Armstrong, pero cuando arranca no hay quien le aguante en esta Vuelta. Para resistir sus sacudidas hay que haber tomado ventaja por anticipado.
Heras, ayudado primero por sus compa?eros (Cabello, Botero, Escart¨ªn y, sobre todo, Sevilla), puso a cada uno en su sitio. Y luego les marc¨® las diferencias. Quienes m¨¢s tiempo soportaron su compa?¨ªa fueron Sastre y Santos Gonz¨¢lez. Y, ya arriba, su compa?ero F¨¦lix C¨¢rdenas. El colombiano ganador en La Molina, que proven¨ªa de la escapada del d¨ªa, se dispuso a hacerle el ¨²ltimo tramo de la ascensi¨®n, pero sus ritmos no se compatibilizaron. Sin ¨¦l, Heras hab¨ªa abierto un hueco de un minuto. Con ¨¦l, lo ampli¨® s¨®lo quince segundos m¨¢s, y a disgusto. Porque Heras mand¨® frenar a C¨¢rdenas. Iba demasiado r¨¢pido.
El colombiano era uno de los pocos supervivientes de la fuga de 17 corredores que se hab¨ªa tolerado desde el llano. Heras subi¨®. Fue recogiendo a unos y a otros. Hasta que s¨®lo quedaron dos: Pugaci (es m¨¢s un velocista que un alpinista) y Zintchenko, un corredor que tiene cogida la medida a la Vuelta. Ellos dos le separaron de la victoria de etapa. No pudo con ninguno, aunque tampoco le preocup¨®. El moldavo del Saeco se aprovech¨® de su rueda, y el ruso aguant¨® porque la etapa se le hab¨ªa hecho corta, aunque no habr¨ªa terminado igual con alg¨²n puerto m¨¢s entre la salida y los Lagos.
A Heras los triunfos de etapas ya no le obsesionan. Ya tiene unas cuantas. Ha cambiado de clavija. Nunca se hab¨ªa enfundado un maillot amarillo y es lo que persigue ahora. El Kelme tambi¨¦n. Ahora, por primera vez en la Vuelta, tiene que defender un liderato.
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