Socialismo o barbarie
IMANOL ZUBEROEl viejo lema sigue teniendo sentido. Si una sociedad b¨¢rbara es aquella en la que algunos de sus miembros est¨¢n de sobra, vivimos los m¨¢s b¨¢rbaros de todos los tiempos, con millones de personas reducidas a poblaci¨®n sobrante. Como escribe Ernesto Sabato, "al parecer, la dignidad de la vida humana no estaba prevista en el plan de globalizaci¨®n". Sin embargo, en una ¨¦poca de inversi¨®n sem¨¢ntica en la que "el ep¨ªteto de realistas se?ala a individuos que se caracterizan por destruir todo g¨¦nero de realidad, desde la m¨¢s candorosa naturaleza, hasta el alma de hombres y de ni?os" (de nuevo Sabato), la izquierda duda de s¨ª misma. No me refiero a dudas razonables sobre su institucionalizaci¨®n pr¨¢ctica sino a dudas incapacitantes sobre el sentido mismo de la izquierda.
Pero la gente se est¨¢ adaptando mejor a los cambios que las instituciones y los partidos, escrib¨ªa recientemente en este diario Subirats. Es cierto. Hemos pasado de un escenario pol¨ªtico en el que los individuos no contaban (s¨®lo importaban los colectivos en los que estos se integraban) a otro en el que, desde las m¨¢s variadas instancias y por los m¨¢s variados motivos, nos vienen diciendo que somos individuos tan complejos que ninguna construcci¨®n colectiva puede representarnos. Y esta nueva situaci¨®n, que durante un tiempo fue vivida como orfandad, hace ya tiempo que empieza a ser experimentada como oportunidad para una m¨¢s rica (y m¨¢s fr¨¢gil, es cierto) vivencia de la participaci¨®n. En B¨¦lgica acaba de constituirse el Sindicato de la Vida Cotidiana, que agrupa a herederos de aquella cat¨¢rtica marcha blanca contra la corrupci¨®n, a militantes contra la mundializaci¨®n, a activistas de los derechos humanos... "Nos ocuparemos tanto de los problemas que pueden tener los padres de ni?os enfermos de c¨¢ncer como de los que tienen los usuarios de transportes p¨²blicos o las mujeres de los detenidos, la comida basura o los problemas de medio ambiente", explica uno de sus impulsores. Por otra parte, diversas organizaciones (desde el poderoso sindicato norteamericano AFL-CIO hasta la red internacional a favor de la condonaci¨®n de la deuda externa) hac¨ªan un llamamiento para que el pr¨®ximo 26 de septiembre, coincidiendo con la reuni¨®n del FMI y el Banco Mundial en Praga, sea un d¨ªa de acci¨®n bajo el lema Localizar el movimiento por la justicia global, invitando a desarrollar acciones variadas tales como organizar un foro sobre la deuda, denunciar a una empresa que no respete los derechos de los trabajadores o manifestarse frente a empresas contaminantes. Ah¨ª est¨¢ tambi¨¦n el incipiente pero ya activ¨ªsimo movimiento ATTAC para el control democr¨¢tico de los mercados financieros y de sus instituciones. O el colectivo Raisons d'Agir impulsado por Pierre Bourdieu tras el movimiento de los parados franceses, empe?ado en convocar para finales de este a?o 2000 unos Estados generales del movimiento social europeo que prefiguren un verdadero contra-poder cr¨ªtico.
Iniciativas como estas, que alguien puede descalificar tach¨¢ndolas de parciales pero yo prefiero valorizar calific¨¢ndolas de locales, est¨¢n sirviendo para que millones de personas de todo el mundo expresen su rechazo a un sistema social que es enemigo de la vida en todas sus expresiones, ense?ando a millones de personas a organizarse y a luchar poniendo rostro al enemigo y a las v¨ªctimas que ¨¦ste provoca. Desde esta realidad es desde donde est¨¢ surgiendo esta "rebeli¨®n del instinto de vida contra el instinto de muerte socialmente organizado". "Les propongo entonces -escribe Sabato y yo me sumo-, con la gravedad de las palabras finales de la vida, que nos abracemos en un compromiso: salgamos a los espacios abiertos, arriesgu¨¦monos por el otro, esperemos, con quien extiende sus brazos, que una nueva ola de la historia nos levante. Quiz¨¢ ya lo est¨¢ haciendo, de un modo silencioso y subterr¨¢neo, como los brotes que laten bajo las tierras del invierno". Organicemos ATTAC tambi¨¦n aqu¨ª, en Euskadi .
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