Una ocasi¨®n para debatir sobre impuestos a productos petrol¨ªferos
La autora analiza desde la perspectiva de la pol¨ªtica econ¨®mica, fiscal y medioambiental el impacto de una revisi¨®n del gravamen a los hidrocarburos.
Los impuestos sobre hidrocarburos est¨¢n hoy en primera l¨ªnea de la atenci¨®n en la sociedad europea y, por supuesto, en Espa?a. Las protestas est¨¢n centradas en el alto nivel relativo de estos impuestos y tienen como factor com¨²n el objetivo de solicitar su reducci¨®n al correspondiente Ministerio de Hacienda del pa¨ªs, puesto que la pol¨ªtica fiscal en Europa tiene a¨²n un marcado car¨¢cter nacional.Consumidores y usuarios europeos de productos petrol¨ªferos y empresas intensivas en energ¨ªa, como las de transportes, reclaman protecci¨®n por las fuertes subidas de los precios del crudo en euros y por la reducci¨®n de sus m¨¢rgenes de beneficio, al no ser capaces de repercutir plenamente en precios las elevaciones de sus costes de producci¨®n derivadas de aquellos primeros aumentos.
Las autoridades econ¨®micas y los responsables de la Hacienda p¨²blica central de algunos pa¨ªses europeos, entre los que se encuentra Espa?a, tienen el alma dividida entre varios frentes. Desde la perspectiva econ¨®mico / recaudatoria, la colaboraci¨®n al logro del objetivo de control de la inflaci¨®n les aconsejar¨ªa rebajar estos impuestos, siempre que los tipos impositivos nacionales de las abscisas armonizadas permitieran cierta holgura dentro de la horquilla de tipos m¨¢ximos y m¨ªnimos de las directivas comunitarias de 1992. Por otro lado, rebajar la carga que suponen estos impuestos significa reducir la recaudaci¨®n fiscal de unas figuras con elevada eficacia recaudatoria y, en igualdad de circunstancias, incurrir en mayores d¨¦ficit fiscales que los previstos, con el riesgo de fallar en el cumplimiento de los pactos de estabilidad suscritos por los miembros de la zona euro.
Pero posiblemente el dilema de pol¨ªtica econ¨®mica de mayor envergadura que se plantea es otro bien diferente: se trata de dar un paso a favor o en contra de un modelo de desarrollo econ¨®mico que tenga en mayor grado de consideraci¨®n al medio ambiente. Colaborar a reducir el precio de los productos petrol¨ªferos se convierte en una opci¨®n a favor del tipo tradicional de crecimiento y desarrollo, en l¨ªnea, pues, con ese modelo "no sostenible" caracter¨ªstico de los pa¨ªses occidentales, bien conocido en nuestros d¨ªas. Por el contrario, negarse a practicar dicha rebaja, permitiendo aumentos incluso en la recaudaci¨®n por hidrocarburos, significa apostar por la protecci¨®n del medio ambiente, y especialmente por la reducci¨®n de gases de efecto invernadero cuantificada en el Protocolo de Kioto. Hay que recordar:
- Que todos los pa¨ªses de la UE, y, por tanto, Espa?a, est¨¢n situados "dentro de la burbuja europea", y que en la actualidad varios de ellos, y Espa?a en particular, ofrecen notables dificultades para cumplir su compromiso concreto al respecto en los a?os venideros (2008 a 2012, en concreto, con una evaluaci¨®n intermedia en 2005).
- Que no existe siquiera hasta el presente ninguna "estrategia espa?ola frente al cambio clim¨¢tico" ni puede anotarse una sola medida econ¨®mica o fiscal de ¨¢mbito nacional, de verdadero calado, destinada a colaborar a la reducci¨®n del di¨®xido de carbono (CO2).
- Que, por otro lado, la producci¨®n y el consumo de energ¨ªa son los responsables principales de la emisi¨®n de gases de efecto invernadero. De los seis tipos de gases de efecto invernadero que se vigilan tras la aprobaci¨®n del Protocolo de Kioto, el CO2 representa el 75% de todos ellos (ponderados ¨¦stos por su potencial de calentamiento global a 100 a?os) y m¨¢s del 90% del CO2 emitido en Espa?a es de origen energ¨¦tico. Si a estos datos unimos otro, que el petr¨®leo representa en torno al 55% del consumo primario de energ¨ªa en Espa?a, podremos percatarnos de en qu¨¦ medida son importantes las medidas y decisiones del Ministerio de Hacienda sobre el volumen recaudatorio, el nivel de los tipos o la cobertura de algunas figuras, como los impuestos que gravan los productos petrol¨ªferos.
El Ministerio de Hacienda espa?ol ha creado en su seno, oportunamente, una comisi¨®n que ha iniciado el estudio del tema de la tributaci¨®n sobre la energ¨ªa y el medio ambiente, y es de esperar que antes de fin de a?o, cuando concluya sus trabajos y los presente ante la secretar¨ªa de Estado de Hacienda, este grupo de expertos haya incluido en su agenda y no haya olvidado tratar aspectos importancia de ese binomio, y sobre los que hasta ahora el Gobierno central no ha mostrado inter¨¦s te¨®rico o t¨¦cnico alguno, y menos a¨²n actividad program¨¢tica o normativa.
De hecho, ser¨ªa tambi¨¦n muy conveniente que de esta comisi¨®n, sobre todo si ella estuviera constituida por una adecuada selecci¨®n de miembros de la Administraci¨®n y expertos ambientalistas, surgiera alg¨²n criterio coincidente o discrepante sobre la oposici¨®n de Espa?a a la aprobaci¨®n del proyecto de directiva sobre armonizaci¨®n de los tipos efectivos de los impuestos sobre hidrocarburos y la electricidad, que lleva m¨¢s de tres a?os siendo debatida en la UE por causas imputables, sobre todo, a Espa?a.
El an¨¢lisis de la importante tem¨¢tica de los tributos, la energ¨ªa y el medio ambiente no exime, sin embargo, a la Administraci¨®n central de otra responsabilidad que se est¨¢ convirtiendo ya en imperiosa exigencia de la realidad y dentro de los foros internacionales: la de coordinar adecuadamente a los distintos departamentos y ¨®rganos directamente involucrados en la lucha contra el cambio clim¨¢tico. Se requieren respuestas t¨¦cnicas adecuadas a temas de gran envergadura, y no s¨®lo a qu¨¦ hacer con los tributos a la energ¨ªa; temas con fuertes implicaciones ambientales y frente al "efecto invernadero".
De esa coordinaci¨®n eficaz, necesaria pero inexistente, y, en concreto, del Consejo Nacional del Clima se esperaban opiniones t¨¦cnicas fundadas sobre algunos temas de car¨¢cter econ¨®mico-financiero-ambiental, podr¨ªamos llamar, de no peque?a importancia, e incluso un cierto poder de iniciativa o de est¨ªmulo de otras instancias ministeriales para analizar y optar t¨¦cnicamente sobre cuestiones de gran trascendencia en la actualidad, como las siguientes:
1. Identificar los instrumentos econ¨®micos y relacionar las medidas m¨¢s eficaces y adecuadas para mitigar los impactos ambientales de la generaci¨®n de energ¨ªa el¨¦ctrica a partir de fuentes f¨®siles. Si no se constituye alguna comisi¨®n o grupo de trabajo para el an¨¢lisis de este tema se habr¨¢ perdido una oportunidad de oro para analizar la realidad espa?ola y aconsejar c¨®mo colaborar eficazmente desde la Administraci¨®n central al cumplimiento de los diversos compromisos internacionales de car¨¢cter ambiental o estrategias europeas de este mismo sentido en los que Espa?a est¨¢ inmersa.
2. Dictaminar sobre los mejores sistemas y pr¨¢cticas para reducir la emisi¨®n de gases a la atm¨®sfera procedentes del uso de carburantes para el transporte, mediante el uso de instrumentos fiscales y/o de acuerdos voluntarios con las empresas fabricantes de veh¨ªculos de motor o grandes usuarios de los mismos, y asimismo identificar aquellos que sean m¨¢s adecuados para alterar el comportamiento de los usuarios privados de veh¨ªculos, responsables de m¨¢s del 12% del consumo final de energ¨ªa en Espa?a. Ser¨ªa deseable, en este ¨¢mbito, que alguna comisi¨®n t¨¦cnica eficaz propusiera c¨®mo y cu¨¢ndo adoptar las medidas de etiquetado energ¨¦tico de los veh¨ªculos de pasajeros u otras medidas activas de esta ¨ªndole, sin limitarse a que sea la Comisi¨®n Europea (mediante la Directiva 1999/94/CE, cuya transposici¨®n est¨¢ a¨²n pendiente) o la Asociaci¨®n Europea de Fabricantes de Autom¨®viles (ACEA) las que act¨²en para limitar el consumo o las emisiones de gases de este sector, que en conjunto es responsable del 37% del consumo final de energ¨ªa en Espa?a.
3. Dar opiniones sobre c¨®mo favorecer, y mediante qu¨¦ tipo de gastos fiscales o subvenciones directas y otros mecanismos de incentivaci¨®n econ¨®mica o fiscal, la adopci¨®n de tecnolog¨ªas m¨¢s limpias o la modificaci¨®n de estructuras, procesos y equipos productivos, al menos en aquellas ramas de la actividad econ¨®mica m¨¢s intensivas en energ¨ªa o m¨¢s contaminantes del aire, del suelo, de las aguas, etc¨¦tera, que permitan orientar las pol¨ªticas de otros departamentos, como el de Hacienda o el propio Ministerio de Econom¨ªa, responsable ahora de las competencias del antiguo Ministerio de Industria, en la direcci¨®n adecuada para lograr la eficacia ambiental y la eficiencia econ¨®mica simult¨¢neamente.
4. O, por no hacer la lista de sugerencias interminable, har¨ªa falta alguna comisi¨®n de trabajo para emitir opini¨®n sobre si es o no pertinente iniciar los an¨¢lisis sobre los m¨¦todos y sistemas m¨¢s adecuados para integrar a los sectores industriales m¨¢s contaminantes de Espa?a en los procesos de negociaci¨®n de derechos de emisiones. En ella habr¨ªan de abordarse temas como el de si conviene (al igual que en Dinamarca) o no avanzar varios a?os el ensayo europeo de creaci¨®n de un mercado intraeuropeo de derechos de emisi¨®n, previo a su vez en su operatividad al Mercado Internacio-nal de Emisiones contemplado en el art¨ªculo 17 del Protocolo de Kioto, o el de cu¨¢l ser¨¢ el m¨¢s adecuado para Espa?a de todos los sistemas posibles de asignaci¨®n de derechos (venta o asignaci¨®n gratuita) a las empresas de una industria como la espa?ola, que absorbe el 38% del consumo de la energ¨ªa.
Resulta, pues, muy oportuna la creaci¨®n por Hacienda de la comisi¨®n de estudio de la tem¨¢tica: energ¨ªa y tributaci¨®n ambiental, cuya trascendencia econ¨®mica y fiscal es innegable, tanto desde la perspectiva de los ciudadanos -puesto que incide sobre su nivel y tipo de desarrollo- como desde la ¨®ptica p¨²blica, de las competencias, funciones y responsabilidades de ese gran gestor de la actividad econ¨®mica y presupuestaria que es el citado ministerio.
Ahora bien, la oportunidad incluye un reto ante el que sus miembros no deber¨ªan fallar: el reto de denunciar desde su atalaya la ausencia de una atenci¨®n suficiente, por parte de otras instancias centrales bien pr¨®ximas, a la amplia problem¨¢tica relacionada con la energ¨ªa -distinta de sus aspectos puramente tributarios-, porque sus implicaciones en el ¨¢mbito social, econ¨®mico y ambiental son de orden mucho m¨¢s amplio que las consecuencias puramente recaudatorias de las modificaciones en los impuestos que la gravan, o de los efectos econ¨®mico-financieros m¨¢s tradicionales del debate.
Ana Y¨¢bar Sterling es catedr¨¢tica de Econom¨ªa Aplicada en la UCM.
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