El d¨ªa despu¨¦s de la batalla de Praga

Los radicales contra la globalizaci¨®n inician su retirada con ¨¢nimo de victoria frente al Banco Mundial

Amargo despertar

En el momento m¨¢s cr¨ªtico de la contienda que polic¨ªa y descontentos con la globalizaci¨®n libraron el martes en Praga, dos efectivos de la fuerza p¨²blica retrocedieron con sangre chorreando por el brazo, y uno de ellos, calientes los cascos, trat¨® de volver al frente de batalla tras ce?irse su pistola reglamentaria al cinto. Otros compa?eros con la cabeza m¨¢s fr¨ªa le pararon los pies, y al final de la jornada de duelo s¨®lo hubo que lamentar heridos.Medio millar de entre los m¨¢s asilvestrados fueron arrestados, y ayer temprano, el Ministerio del Interior checo ten¨ªa previsto expulsar del pa¨ªs a 127 de ellos que resultaron ser extranjeros. De los 35 espa?oles detenidos, la mayor¨ªa result¨® estar asociada a movimientos radicales vascos, seg¨²n la polic¨ªa checa.

Adem¨¢s de los expulsados por la fuerza, la polic¨ªa calcula que unos 1.700 radicales abandonaron Praga ayer temprano, tras haber logrado su objetivo de encerrar por unas horas a delegados, ministros, y banqueros centrales de los 182 pa¨ªses miembros del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial, que celebra estos d¨ªas en Praga su 55 asamblea anual.

La reclusi¨®n de las autoridades fue considerada como un gran triunfo por los manifestantes, que acusan a ambas organizaciones de pol¨ªticas de rapi?a para con los m¨¢s pobres del planeta, y piden su disoluci¨®n. El objetivo declarado de los descontentos era encerrar en el Centro de Congresos a los aproximadamente 15.000 delegados que acudieron a Praga, hasta que prometieran p¨²blicamente la disoluci¨®n del FMI y del Banco Mundial. A la disoluci¨®n no se lleg¨®, pero las autoridades de ambos organismos decidieron adelantar un d¨ªa sus discursos de clausura, ante la desbandada general de delegados, lo que a muchos les son¨® a claudicaci¨®n ante la presi¨®n de la calle.

Satisfechos por haberse destacado en el vandalismo que forz¨® este cambio, varios centenares de italianos del grupo radical Ya Basta! cruzaban poco despu¨¦s de las seis de la ma?ana la frontera checa rumbo a su pa¨ªs. Seg¨²n Iva Knolova, portavoz de la polic¨ªa: "el tren iba lleno".

Menguado el n¨²mero de manifestantes, los que se quedaron intentaron ayer por segundo d¨ªa acosar a los delegados de la asamblea, y a las siete de la ma?ana una cincuentena intent¨® asaltar el hotel Hilton. Menos complaciente que la v¨ªspera, la polic¨ªa les repeli¨® con contundencia, parti¨® alguna ceja, y logr¨® que se dispersasen. Cuatro horas m¨¢s tarde, otros 400 manifestantes se concentraron en la c¨¦ntrica plaza de la Paz, para dirigirse desde all¨ª a las sedes provisionales del FMI y del Banco Mundial. La polic¨ªa, escaldada por la mala imagen que dieron los enfrentamientos a las puertas del edificio, se encarg¨® de que no abandonasen el centro de la ciudad.

"Libertad para los presos pol¨ªticos", grit¨® entonces la multitud, en referencia a los compa?eros detenidos el d¨ªa anterior. El grito, precisamente en Praga, ten¨ªa resonancias hist¨®ricas, pero los presos pol¨ªticos a los que se refer¨ªan esta vez las consignas eran en su mayor parte alborotadores con pelos de colores y m¨¢scaras de gas, radicales porque s¨ª, sin m¨¢s fundamento ideol¨®gico que estrellar lunas y coches de lujo, y punks con el pene anillado que orinaban en las calles, poco dados por lo general a discutir sobre la globalizaci¨®n o la miseria en el Tercer Mundo. Excepto media docena, el resto hab¨ªa sido arrestado por da?os a la propiedad y fue puesto en libertad a las pocas horas.

Disgustadas por el despliegue de violencia, varias Organizaciones No Gubernamentales (ONG) que desde hace a?os batallan a favor de que el FMI y el Banco Mundial perdonen la deuda de los pa¨ªses m¨¢s pobres del mundo, y en contra de la globalizaci¨®n, se desmarcaron ayer de los alborotadores, y temieron que su mensaje haya quedado emborronado por las im¨¢genes de guerra registradas en Praga.

Los provocadores no fueron unos pocos. Varios miles de los 10.000 que se estimaba en las calles el pasado martes se distinguieron por su violencia, seg¨²n se vio en los frentes m¨¢s cr¨ªticos. En la batalla campal de los aleda?os del Centro de Congresos, varios polic¨ªas en retaguardia no llegaban a surtir con la suficiente celeridad a sus compa?eros de escudos protectores, intercambiados por otros partidos a palos o con agujeros por las pedradas de los manifestantes con brazos m¨¢s fornidos.

La capital checa, ya vac¨ªa de muchos de ellos, se despert¨® ayer conmocionada por las primeras manifestaciones de envergadura desde la ca¨ªda del comunismo en 1989 y sus habitantes asistieron al espect¨¢culo de los monumentos hist¨®ricos pintarrajeados, las lunas de bancos y otros establecimientos s¨ªmbolo de la econom¨ªa global machacadas, y los adoquines de calles y aceras arrancados para ser utilizados como improvisados proyectiles.M¨¢s dolorosas moralmente que los adoquines, las cr¨ªticas a la polic¨ªa se centraron en su incapacidad para prever la estrategia de los manifestantes, que a pesar de enfrentarse a abundante gas lacrim¨®geno, ca?ones de agua, tanquetas del Ej¨¦rcito y material antidisturbios en abundancia, fueron capaces de rodear el edificio que alberga estos d¨ªas al FMI, acercarse a menos de 50 metros de sus puertas, apedrear a placer a delegados y autoridades, e irrumpir en un hotel de lujo anexo a la caza del capitalista.

Las promesas de los descontentos con la globalizaci¨®n de que sus protestas ser¨ªan pac¨ªficas despistaron a la polic¨ªa, que crey¨¦ndoles, esperaba m¨¢s sentadas que lluvia de adoquines. A muchos agentes, mal preparados para la agresividad que se les ven¨ªa encima, se les vio nerviosos cuando arreciaron los c¨®cteles m¨®lotov, as¨ª como todo tipo de objetos arrojadizos convertidos en improvisados proyectiles.

M¨¢s duchos en modernas t¨¦cnicas de guerrilla urbana que la ex comunista polic¨ªa checa (que defendi¨® con m¨¢s voluntad que tino a la ¨¦lite del capitalismo internacional a la que combat¨ªa hace s¨®lo quince a?os), los manifestantes se retiraron ayer de Praga satisfechos con lo logrado: arrojar una sombra de duda sobre el futuro de las dos grandes instituciones financieras multilaterales, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, o al menos sobre el rito semestral de reunir en una ciudad a la ¨¦lite del capitalismo mundial.