Guadalquivir
El arquitecto V¨¢zquez Consuegra ha dirigido un taller de urbanismo sobre la integraci¨®n del Guadalquivir en Sevilla. Guillermo V¨¢zquez tiene una pasi¨®n por el agua. Su pabell¨®n de la Navegaci¨®n de la Expo 92 lo atestigua. El m¨¦rito del arquitecto sevillano ha sido demostrar c¨®mo en los 15 d¨ªas que dura un taller de trabajo se puede dise?ar un proyecto atractivo y sugerente para una ciudad que vive, con sus dirigentes pol¨ªticos y empresariales a la cabeza, ensimismada en espejismos. El mensaje de fusionar la ciudad con su r¨ªo viene de atr¨¢s. Ha sido una de las asignaturas pendientes de los ayuntamientos democr¨¢ticos. La Expo 92 algo hizo al incorporar a la ciudad la vecina isla que estaba segregada de la vida urbana. Pod¨ªa haber sido m¨¢s influyente si hubiera asimilado el r¨ªo como verdadero eje del concepto expositivo. Lo que no pudo o no quiso conseguir la Expo lo pudieron haber hecho los sucesivos alcaldes y gobernantes. Sin embargo, se dedicaron a una loca carrera de permisividad con la especulaci¨®n urbana a partir del sue?o ol¨ªmpico. El resultado: 20.000 millones de deuda para un estadio vac¨ªo.Este Ayuntamiento postmoderno pod¨ªa haber cambiado el rumbo. Su alcalde, renovador, joven, inmaculado, pudo optar por un camino in¨¦dito. Ha preferido seguir alimentando la man¨ªa ol¨ªmpica (viaje a Sidney) o se ha inventado una estrafalaria imagen de Sevilla disfrazada de chica de casino (viaje a Las Vegas). Ya que se trata de ver mundo, ?por qu¨¦ este alcalde no se dedica a tomar nota de las relaciones existentes entre las ciudades y sus r¨ªos: Par¨ªs y el Sena, Londres y el T¨¢mesis, Budapest y el Danubio y tantos m¨¢s? Aqu¨ª se prefiere otro entretenimiento. ?El proyecto del Guadalquivir? Mejor hablemos de la Hermandad de la Hiniesta. ?Conseguir que las m¨¢rgenes del milenario r¨ªo sean patrimonio de todos los sevillanos para su disfrute? Preferible es para la imagen de la primera autoridad local proponer a Samaranch para el Nobel de la Paz a la vez que subimos el 100% en las tasas de basura de una ciudad que no puede presumir de limpia. Por todo ello es de agradecer que de vez en cuando personas civiles como V¨¢zquez Consuegra nos hablen de proyectos para una ciudad democr¨¢tica, aunque no se dediquen a la pol¨ªtica, que es cosa, como constatamos, de otra especie humana.
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