Rioyo y Linares hurgan otra vez en las heridas de la guerra espa?ola
La secci¨®n Tiempo de historia suele acoger cada a?o apasionantes documentos, de gran calado y riqueza, sobre los coletazos de alg¨²n aspecto del Siglo de la Imagen. Hace tres a?os se estren¨® aqu¨ª una gran pel¨ªcula espa?ola de esta noble estirpe, Asalto a los cielos, en la que Javier Rioyo y Jos¨¦ Luis L¨®pez Linares indagaron dentro de una de las innumerables heridas abiertas que dej¨® la guerra civil espa?ola. Ahora, en Extranjeros de s¨ª mismos, ambos siguen en el mismo empe?o y entran dentro de otros tres de aquellos errores convertidos en horrores.
Extranjeros de s¨ª mismos es, en palabras de sus realizadores, "la historia de algunos voluntarios en luchas ajenas". Se refieren a los supervivientes de las tropas fascistas italianas enviadas por Mussolini en ayuda del Ej¨¦rcito franquista sublevado. Se refieren a las ¨²ltimas reliquias vivientes de la gesta y la estafa de muchachos republicanos procedentes de casi medio centenar de pa¨ªses, que vinieron aqu¨ª en 1937 a combatir con tiros y con ideas la marea fascista, enrol¨¢ndose en las Brigadas Internacionales organizadas por los mismos estalinistas que acabaron poco despu¨¦s con ellas de un sangriento plumazo de tinta roja. Y finalmente se refieren a quienes quedan de aquella enloquecida aventura, o desventura, de la Guerra Mundial que llev¨® a miles de espa?oles a convertirse en un ala rota del Ej¨¦rcito nazi alem¨¢n durante su cerco a Leningrado en el mortal invierno de 1940. "Durante m¨¢s de dos a?os", dicen Rioyo y L¨®pez Linares, "hemos entrevistado a decenas de personas que fueron protagonistas de aquellas guerras. Recorrimos los escenarios reales de esos dramas, desde las heladas aguas del Wolchov, a la hermosa y dura estepa de la Alcarria. Son unos escenarios y unas vidas que s¨®lo est¨¢n unidas por la derrota". El engarce de rostros y de paisajes, de tomas vivas de ahora y de viejas tomas documentales, que llevan a cabo Rioyo y Linares en Extranjeros de s¨ª mismos tiene el sello, la huella digital, de dos insuperables conocedores de la l¨®gica de este tipo de secuencias cinematogr¨¢ficas.
La mano, el tacto, el peculiar ritmo que adquiere el celuloide cuando es ensamblado en estrategias y en formas de veh¨ªculo de conocimiento, son agresivamente evidentes en Extranjeros de s¨ª mismos, que es un documento muy experto, muy rico, pero que no obstante adolece, junto a sus virtudes, de dos carencias: una es la escasez y la poca variedad de los testimonios directos y de las tomas de archivo; y otra es la falta de un ensamblaje anal¨ªtico que muestre al espectador, sin margen para la duda o la imprecisi¨®n, los hilos que convierten en tres imposibles lados de una misma moneda a las tres batallas documentadas. La maestr¨ªa y la plenitud lograda por Rioyo y L¨®pez Linares en Asalto a los cielos se vuelve ahora contra ellos, pues hace cantar la inferioridad de esta su nueva -excelente, pero comparativamente m¨¢s d¨¦bil- aventura documental.
De vuelta de las batallas hist¨®ricas al pac¨ªfico redil de las ficciones en concurso, ayer nos encontramos en la pantalla del teatro Calder¨®n con una bonita y viva -aunque candorosa en lo relativo a oficio de escritura y realizaci¨®n- pel¨ªcula argentina. Se titula Esperando al Mes¨ªas y la dirige Daniel Burman, un casi novato que llena de ganas, de aliento y de ternura el esquema de poema urbano que maneja con entusiasmo. Un esquema que por desgracia no sobrepasa esa limitaci¨®n de esquema y conduce a un filme agradable pero corto, insuficiente.
Al rev¨¦s que La casa de la alegr¨ªa, pel¨ªcula americana escrita y dirigida por el brit¨¢nico Terence Davies, que es puro exceso, puro ornamento, pura brillantez, puro alarde de buen oficio, puro regodeo de finuras estil¨ªsticas o, m¨¢s bien, seudoestil¨ªsticas, pura sofisticaci¨®n, puro almac¨¦n de celuloides sobrantes, pura nada, que gracias a la entrega y el talento de la muy popular, y excelente, actriz Gilliam Anderson, bien conocida por casi todos como la chica agente del FBI protagonista de la serie Expediente X, que aqu¨ª da lecciones de ganas de hacer lo contrario y de sabidur¨ªa para hacerlo a la perfecci¨®n.
Babelia
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