Los protestantes levantan la voz
Perseguidas durante siglos, las iglesias evang¨¦licas inician una campa?a de captaci¨®n de fieles
De la c¨¢rcel o la clandestinidad a las vallas publicitarias para hacer proselitismo y celebrar por todo lo alto el 2000? aniversario del nacimiento de su fundador. Los protestantes espa?oles empezaron la semana pasada en Madrid una multimillonaria campa?a de anuncios, la primera de su historia. El centro de sus mensajes es Jesucristo y buscan consolidar un crecimiento constante "en un contexto social de confusi¨®n e ignorancia sobre la realidad del protestantismo". La emisora cat¨®lica Cope, propiedad de la Conferencia Episcopal Espa?ola, se ha negado a emitir cu?as de esos anuncios.En 1837, el escritor Jorge Borrow, enviado a Espa?a por la Sociedad B¨ªblica Brit¨¢nica, ingres¨® en la c¨¢rcel de la Corte, en Madrid, por anunciar biblias en un despacho profesional. En su famoso libro La Biblia en Espa?a cont¨® m¨¢s tarde que hab¨ªa logrado vender 300 ejemplares perseguido por los cl¨¦rigos y amenazado de muerte por algunos ultracat¨®licos. Ahora, los protestantes han editado el Evangelio de san Lucas en formato revista (Borrow lo tradujo al cal¨®) y lo regalar¨¢n por millares durante el tiempo que dure la campa?a. "?Sientes que el mundo se te viene encima? Venid a m¨ª todos los que est¨¢is cansados y agotados, yo os har¨¦ descansar, dijo Jes¨²s. Iglesia evang¨¦lica, una nueva vida", reza uno de los anuncios. Adem¨¢s se regalar¨¢ la pel¨ªcula Jes¨²s, el hombre que cre¨ªas conocer, filmada ¨ªntegramente en Israel y dirigida por John B. Heyman.
Seg¨²n los datos de la Federaci¨®n de Entidades Religiosas Evang¨¦licas (Ferede), en Espa?a hay unos 350.000 protestantes, de los cuales 150.000 son "miembros comulgantes" y 200.000 pertenecen a la llamada "¨¢rea de influencia"; es decir, hijos o simpatizantes que no se han comprometido formalmente como miembros practicantes. Madrid es, junto con Catalu?a, la comunidad en la que vive un mayor n¨²mero de protestantes: unos 40.000 en cada comunidad. Es precisamente la capital del Estado el centro principal de esta primera campa?a de los protestantes, que cuentan en Madrid con 220 parroquias (hay unas 2.000 en toda Espa?a), de las que un tercio pertenecen a la Iglesia de Filadelfia, de la etnia gitana.Adem¨¢s de los evang¨¦licos espa?oles, se calcula que residen en Espa?a, al menos durante seis meses al a?o, otros 800.000 fieles de esta confesi¨®n pertenecientes a la Uni¨®n Europea. Fue precisamente la masiva presencia de protestantes extranjeros en Espa?a, antes como marinos, t¨¦cnicos cualificados o empresarios, y ahora fundamentalmente en el sector hostelero o como simples turistas, la que oblig¨® a las autoridades espa?olas, independientemente del fundamentalismo cat¨®lico de cada ¨¦poca, a relajar las medidas de represi¨®n y autorizar en muchas ciudades la creaci¨®n de cementerios protestantes, aunque con la obligaci¨®n de no ofrecer ning¨²n signo externo de esa existencia. En ocasiones, los Gobiernos europeos llegaron a amenazar al de Madrid con la ruptura de relaciones si continuaba la persecuci¨®n.
Esa presi¨®n del protestantismo internacional fue, junto a la movilizaci¨®n de los liberales espa?oles, la que salv¨® de la c¨¢rcel al famoso Borrow. Pero otros no tuvieron tanta suerte: todav¨ªa en 1867, en Granada, la acusaci¨®n de luteranismo cost¨® a cuatro personas una condena de nueve a?os de c¨¢rcel, aunque la presi¨®n del rey de Inglaterra, que suspendi¨® un viaje a Madrid como protesta, oblig¨® a la reina Isabel II a conmutar la pena de presidio por la de destierro a Gibraltar.
El Concilio Vaticano II supuso un gran cambio, que en Espa?a se tradujo en la aprobaci¨®n, a rega?adientes, de la Ley Reguladora del Derecho Civil a la Libertad Religiosa en 1967. No habr¨ªa ya persecuciones, pero s¨ª la prohibici¨®n de actos religiosos fuera de los templos, salvo los cat¨®licos; la imposibilidad de realizar propaganda y la limitaci¨®n de importaci¨®n de biblias (una por cada Iglesia y miembro de la misma). Tambi¨¦n se mantuvo la censura de publicaciones contrarias a la dogm¨¢tica cat¨®lica.
Muerto Franco, la Constituci¨®n de 1978 termina con esa situaci¨®n, aunque los dirigentes protestantes espa?oles siguen quej¨¢ndose de que Espa?a vive "una confesionalidad cat¨®lica encubierta". La campa?a publicitaria emprendida ahora, "todo un reto", toma el pulso a esa situaci¨®n, afirma el portavoz de los protestantes, Pedro Tarquis.
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