Bajo la lupa sanitaria y fiscal

La demanda presentada contra Philip Morris y Reynolds se suma a la serie de iniciativas legales que se han emprendido en los ¨²ltimos a?os contra las grandes tabacaleras. Hasta el momento, las denuncias presentadas por motivos de salud han costado ya millones de d¨®lares. En unos casos, las demandas fueron presentadas por personas afectadas por el consumo. En otros, por Estados que han logrado sufragar parte de los elevados costes sanitarios derivados de la atenci¨®n a enfermos consumidores de tabaco. Ahora, se abre el frente fiscal europeo.La Comisi¨®n Europea, que ha visto c¨®mo los jueces europeos anulaban su directiva prohibiendo la publicidad del tabaco, no se ver¨¢ sola al defender la tesis de que las tabacaleras favorecen el contrabando y, por tanto, originan fuertes p¨¦rdidas a las arcas p¨²blicas. Italia anunci¨® ayer que se sumar¨¢ a la iniciativa y que presentar¨¢ su propia denuncia en t¨¦rminos muy similares.

Para las tabacaleras estadounidenses, el frente fiscal no les resulta totalmente nuevo. El a?o pasado, ya hab¨ªan presentado demandas similares Canad¨¢, Colombia y Ecuador, que se consideraron perjudicados por la evasi¨®n de impuestos originada por las operaciones de contrabando. En el caso de Canad¨¢, el fraude lleg¨® a ser de tal calibre que s¨®lo seis de cada diez cajetillas de rubio eran vendidas por cauces legales.

Pero no s¨®lo hay demandas fiscales desde el exterior. El a?o pasado, un tribunal de Carolina del Norte inici¨® una investigaci¨®n para determinar si las tabacaleras estaban implicadas en una amplia red de contrabando que distribu¨ªa los productos en diferentes Estados, dado que la carga fiscal sobre el tabaco difiere entre Estados.