Cumplida la ¨²ltima voluntad de una reina
Nunca un funeral tuvo desenlace feliz. Salvo el celebrado en la catedral de Madrid ayer, presidido por los Reyes de Espa?a. Les acompa?aba la infanta Elena. Bajo los ternos oscuros de los asistentes, la emoci¨®n de ver satisfecho un viejo sue?o. Un sue?o acariciado desde hace exactamente 122 a?os. Corr¨ªa el a?o de 1877. El rey Alfonso XII, bisabuelo de don Juan Carlos, se hab¨ªa enamorado hondamente de su prima carnal Mar¨ªa de las Mercedes, hija de los duques de Montpensier. Ella contaba entonces con 17 a?os. Su alegr¨ªa destellaba como un fogonazo luminoso en una corte oscurecida por zozobras y conjuras sin cuento. Por ello, su boda con el rey en enero de 1878 hab¨ªa sido saludada con simpat¨ªa y recibida con j¨²bilo.En junio de aquel a?o, acababa de anunciarse el embarazo de la reina. Todo sonre¨ªa a los j¨®venes esposos. Sus paseos por Madrid, sus miradas, interpretadas como caricias, llegaban inmediatamente a las coplas. Al poco del feliz anuncio, la reina perdi¨® al hijo que esperaba. Y el 26 de junio, s¨²bitamente, una fiebre tifoidea seg¨® en apenas unas horas la vida de aquella muchacha en la flor de su juventud. No pudo ver cumplido su deseo de que Madrid tuviera una catedral. Pero dej¨® sus bienes como dote para consumar este prop¨®sito. A su muerte, su esposo Alfonso XII, desconsolado al decir de las cr¨®nicas, dispuso que Mar¨ªa de las Mercedes reposara en el futuro templo catedralicio cuya construcci¨®n su difunta esposa alent¨® con todo su empe?o. El d¨ªa en que su voluntad qued¨® cumplida fue, precisamente, el de ayer.La jornada hab¨ªa comenzado a primera hora de la ma?ana en la bas¨ªlica del monasterio de San Lorenzo de El Escorial, donde sus despojos reposaban en un deambulatorio de la capilla de Santa Ana, en el ala del Evangelio. Por haber muerto sin descendencia, Mar¨ªa de las Mercedes no pudo yacer en el Pante¨®n de Reyes, que ¨²nicamente alberga las sepulturas de las reinas que han sido madres de Reyes.
Los restos de la reina permanec¨ªan ayer a la espera de su traslado, en el interior de un catafalco forrado de raso dorado. El ata¨²d, con herrajes y cerradura, se hallaba sobre un t¨²mulo frente al altar mayor de la bas¨ªlica. Fray Ferm¨ªn Fern¨¢ndez Bi¨¦nzobas, prior de la comunidad agustina que rige el monasterio, presid¨ªa un sencillo acto de despedida de quien fuera hu¨¦sped del monasterio desde 1878. A su izquierda, la escolan¨ªa del monasterio, una treintena de muchachitos de suav¨ªsimas voces, entonaba c¨¢lidamente en medio de una bas¨ªlica apenas poblada un gradual del siglo XVII y un salmo jer¨®nimo. Enfrente del prior navarro, el jefe de la Casa del Rey, vizconde de Almansa, y el duque de San Carlos, presidente de Patrimonio Nacional, asist¨ªan al responso para hacerse cargo de los restos de la reina difunta. Tras un breve oficio, seis fornidos guardias reales, con sus uniformes azules, alzaban el macizo ata¨²d -el primer sarc¨®fago regio que abandona el monaste-rio- y lo trasladaban hasta el Patio de los Reyes. All¨ª, un furg¨®n funerario abulense, escoltado por los guardias reales, emprend¨ªa el camino hacia la catedral de Madrid. A los sones de la Marcha Real, cantada por el coro catedralicio, los Reyes y la infanta Elena entraron en el templo, donde ya se hallaban Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, presidente del Gobierno y su esposa, Ana Botella; el ministro de Justicia, el presidente regional Alberto Ruiz-Gallard¨®n, y el alcalde, Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano. El cardenal Antonio Mar¨ªa Rouco, ofici¨® una misa donde glos¨® la bondad de la difunta reina, cuyos restos hab¨ªan sido instalados en una capilla principal situada en una meseta bajo el altar de la Virgen de la Almudena. Un centro de preciosas dalias, enviado por los Reyes, ornaba la capilla. La misma l¨¢pida que sell¨® su enterramiento provisional en El Escorial fue fijada al muro: "Maria de Mercede, Alphonsi XII dulcissima coniux". Entre el p¨²blico, la actriz Paquita Rico, quien encarn¨® en el cine a Mar¨ªa de las Mercedes, la defin¨ªa as¨ª: "Un ser de alma pura, querida por todos los madrile?os. Estoy encantada al ver cumplida su ¨²ltima voluntad en la catedral de Madrid".
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