Un blindaje ante la adversidad

El caso Pallerols ha impuesto un f¨¦rreo c¨®digo de silencio a la direcci¨®n de Uni¨® Democr¨¤tica (UDC), el partido que lidera Josep Antoni Duran Lleida. No se trata de una maniobra pol¨ªtica, sino de una medida propia de los m¨¢s elementales manuales de t¨¢ctica medi¨¢tica. Seg¨²n la direcci¨®n democristiana, el caso Pallerols afecta s¨®lo al Departamento de Trabajo y es ah¨ª, y en los tribunales, donde debe dilucidarse, una vez que una comisi¨®n nombrada por el mismo partido dictamin¨® que Uni¨® no se hab¨ªa financiado a trav¨¦s de los fondos de formaci¨®n. O sea, como si el esc¨¢ndalo no fuera con ellos.El plan trazado por la c¨²pula de Uni¨® se agriet¨® cuando la Uni¨®n Europea anunci¨® la congelaci¨®n de 2.136 millones de pesetas, que al final se han reducido a 1.002 millones. Pero ha acabado por derrumbarse esta semana en el Parlamento catal¨¢n, en el debate monogr¨¢fico que se celebr¨® sobre el caso. La oposici¨®n ya se refiri¨® sin tapujos a la presunta financiaci¨®n irregular de Uni¨®, pese a los desvelos de la direcci¨®n democristiana -no exentos de veladas amenazas a tirar de la manta- por intentar acotar el tema al Departamento de Trabajo. A modo de salida, CiU vot¨® a favor de una propuesta que obliga a la Intervenci¨®n General de la Generalitat a auditar los centros de formaci¨®n vinculados a partidos pol¨ªticos, entre ellos los relacionados con militantes de Uni¨®.

Pero la mancha se desparramaba sin control y se impon¨ªan medidas urgentes, despu¨¦s de que el Parlamento catal¨¢n invitara al Gobierno de Pujol a asumir responsabilidades pol¨ªticas. Todas las miradas se dirig¨ªan a Ignasi Farreres, el ex consejero de Trabajo que aprob¨® y gestion¨® las ayudas, y en la actualidad presidente del consejo nacional -m¨¢ximo ¨®rgano entre congresos-. Ayer present¨® su dimisi¨®n irrevocable. Junto con ¨¦l, tambi¨¦n ces¨® la directora general de Cooperativas, Dolors Llorens, que ocup¨® la subdirecci¨®n general de Empleo en tiempos de Farreres. En Trabajo ya no queda nadie de la anterior etapa con altas responsabilidades.

Estado de ¨¢nimo

A pesar de esta indisimulada crisis, las bases democristianas han depositado su plena confianza en la direcci¨®n. Conseguir este estado de ¨¢nimo no ha sido nada f¨¢cil y ha requerido que Duran Lleida, tras m¨¢s de 15 a?os como presidente del partido, lanzara por fin su candidatura a liderar la coalici¨®n de CiU y suceder a Jordi Pujol. Una decisi¨®n que el partido le ped¨ªa a gritos. Adem¨¢s los militantes han hecho suyas las tesis oficiales que apuntan al sector cr¨ªtico de Uni¨® como el inductor de que se aireara el caso Pallerols.Duran Lleida, un pol¨ªtico h¨¢bil al que las encuestas sit¨²an siempre por delante de Artur Mas -su competidor para suceder a Pujol-, se ha convertido en el alma de Uni¨®. Durante su mandato ha sido capaz de reconstruir un partido hist¨®rico y unificar las distintas corrientes.

Uni¨® se encuentra a las puertas de su congreso y ante la espinosa tarea de negociar con sus socios el nuevo modelo de relaciones: un sistema que difunda entre la militancia de los dos partidos una cultura organizativa de coalici¨®n, algo de lo que ha carecido desde su fundaci¨®n, pues siempre ha actuado como una mera coalici¨®n electoral.

No son pocos los dirigentes de Uni¨® que creen precipitada la decisi¨®n de Duran Lleida de optar al liderazgo de CiU. Pero son m¨¢s los que califican de err¨®neos los contenidos de su conferencia del 25 de octubre en la Universidad de Barcelona. Principalmente porque rebaj¨® tanto los postulados que hasta la ponencia ideol¨®gica del congreso le superar¨¢ en nacionalismo. Y no faltar¨¢n los que vean en la ponencia una deslegitimaci¨®n de las tesis defendidas por su l¨ªder.

Mientras tenga el apoyo de la militancia, Duran Lleida se mantendr¨¢ firme, por muchos tambaleos que le provoque el caso Pallerols. Una resoluci¨®n judicial contraria a sus intereses -que en absoluto entrev¨¦ ning¨²n sector del partido- podr¨ªa provocar su ca¨ªda. Pero la situaci¨®n se le complicar¨¢ m¨¢s si se muestra incapaz de imponer su liderazgo en CiU y de obtener un nuevo marco de relaciones con CDC que satisfaga a las bases. Quince a?os de espera y sacrificios quiz¨¢ son demasiados para una militancia acostumbrada a ser el hermano menor de la coalici¨®n.