El edil que celebr¨® la victoria ajena

Los vecinos de Viladecavalls guardan una imagen de Francisco Cano del 14 de junio de 1999. El edil asesinado ayer hab¨ªa revalidado en las elecciones celebradas ese d¨ªa su puesto como concejal del PP. Lo celebr¨® por todo lo alto. Pero no lo hizo solo. Para festejarlo no dud¨® en unirse a los votantes y concejales de Converg¨¨ncia i Uni¨®, que hab¨ªan conseguido una arrolladora mayor¨ªa. "Estaba tan contento como si hubiera ganado ¨¦l", recordaba ayer un funcionario del Ayuntamiento. Hizo bromas e incluso cuentan que acab¨® cantando en un karaoke. "No veas qu¨¦ voz ten¨ªa", recuerda un funcionario.Esta actitud refleja fielmente el car¨¢cter de Francisco Cano, de 45 a?os, casado y con dos hijas, que lleg¨® a Terrassa desde La Carolina (Ja¨¦n) con la oleada de inmigrantes andaluces de los a?os cincuenta. Cuando dej¨® los estudios empez¨® a luchar para crear una peque?a empresa de fontaner¨ªa y electricidad. Con los a?os, ¨¦sta fue creciendo y ¨²ltimamente hab¨ªa conseguido convertirla en un negocio de futuro. En 1992 se mud¨® a Viladecavalls, una poblaci¨®n de 5.100 habitantes entre el ¨¢rea metropolitana de Barcelona y la Catalu?a interior. Cada d¨ªa se desplazaba a trabajar a Terrassa, a cinco kil¨®metros, donde ten¨ªa su empresa. Tres o cuatro d¨ªas por semana se escapaba para acudir al Ayuntamiento de Viladecavalls. Sacaba las horas de donde pod¨ªa, pero casi nunca fallaba.

Sus allegados lo describen como un hombre amante de la fiesta, amigo de sus amigos y con vocaci¨®n de servicio. As¨ª, decidi¨® afiliarse al PP y representar a este partido en un pueblo de clara mayor¨ªa nacionalista. La decisi¨®n sorprendi¨® a m¨¢s de un vecino que lo describe como "un trabajador incansable" y que siempre encontraba tiempo para los otros.

Un funcionario municipal recordaba el buen entendimiento de Cano con el resto de concejales y en particular con los de CiU. Esta buena relaci¨®n le llev¨® a entrar en el Gobierno municipal el a?o pasado pese a que los nacionalistas no necesitaban su voto. Y eso que no se hizo cargo de ninguna bicoca sino del departamento de Obras y Servicios, un ¨¢rea peliaguda en un pueblo con grandes urbanizaciones y muchos kil¨®metros de calles donde siempre falta una farola aqu¨ª o una capa de asfalto all¨¢. Y sus conciudadanos se lo recordaban constantemente. Sin embargo, el presupuesto del ayuntamiento, de poco m¨¢s de 600 millones, le permit¨ªa pocas alegr¨ªas y sus disputas con el secretario municipal eran habituales por este motivo. Quer¨ªa sacar dinero de debajo de las piedras.

Pero estas disputas sol¨ªan acabar con una conversaci¨®n de amigos alrededor de una buena botella de vino de las que Cano atesoraba en la peque?a bodega que hab¨ªa montado en su casa.

Las ¨²ltimas semanas se hab¨ªa dedicado a decorar el peque?o jard¨ªn de su casa para la Navidad. El s¨¢bado, su amigo Francisco Navarro alab¨® el resultado. "La Navidad hay que vivirla", respondi¨® Cano. "Ya tenemos suficientes problemas".