Manuel Vicent propone "prohibir las reuniones de escritores" El escritor debate sobre 'La novia de Matisse'
Manuel Vicent ha escrito una novela, La novia de Matisse, en la que trata de demostrar que la belleza del arte remedia enfermedades incurables e incluso permite la inmortalidad; pero en el di¨¢logo que mantuvo ayer para presentarla en Crisol, con Luis Carandell, dej¨® claro que lo mismo no sucede con la literatura. "Una vez me alivi¨® un libro de poemas de ?ngel Gonz¨¢lez, pero la cercan¨ªa de los escritores no propicia la salud", dijo."El mundo literario", dijo el autor, "no es fascinante, no hay nada m¨¢s siniestro que una reuni¨®n de escritores; debieran estar prohibidas por la Constituci¨®n". En la tertulia intervino, leyendo fragmentos de la novela, la joven actriz Leonor Wattlig, protagonista de Son de mar.
Frente al mundo literario, el arte tiene m¨¢s glamour, genera m¨¢s misterio y dinero y un odio "menos gallin¨¢ceo" que el que provoca el odio literario; entre los galeristas, "las pasiones son de gran sutileza, se pueden matar con una cerbatana", los escritores tienen la faca a flor de piel.
La novia de Matisse es una teor¨ªa narrativa sobre el coleccionismo, el mercado y sobre aquellos que renuncian a entender y sin embargo llevan hasta las ¨²ltimas consecuencias la pasi¨®n por el arte, sin que intervenga el mercado. En el entramado de la novela ("me han dicho que se lee de un tir¨®n, y yo que quiero ser tan profundo", se quej¨® Vicent) late la historia de una mujer a la que un cuadro de Matisse cura de una enfermedad dif¨ªcil.
En el coloquio, Carandell explic¨® cu¨¢ndo se salv¨® el arte (en el a?o 650, cuando san Juan Damasceno impidi¨® la acci¨®n corrosiva de los iconoclastas que quer¨ªan acabar con la pintura; Vicent dijo que hab¨ªan salvado los Medicis) y oblig¨® a Vicent a bucear en la historia de las pasiones que genera el coleccionismo; pero la pregunta esencial se la hizo al novelista una espectadora: "?Y usted qu¨¦ colecciona?". Manuel Vicent respondi¨®: "Yo colecciono crep¨²sculos; en Denia aplaudimos los atardeceres".
Babelia
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