Hallan el cad¨¢ver de otro de los monta?eros perdidos en los Pirineos
Los equipos de rescate hallaron ayer por la ma?ana, semienterrado en la nieve acumulada en el torrente de la Fontlletera, en la comarca del Ripoll¨¨s (Girona), el cuerpo de Oriol Fern¨¢ndez, uno de los seis excursionistas que permanec¨ªan desaparecidos desde que una violenta tormenta les alcanz¨® a m¨¢s de 2.000 metros de altitud en el Pirineo catal¨¢n. Las tareas de rescate iniciadas el lunes, que permitieron encontrar ese mismo d¨ªa a un miembro ya fallecido del grupo y a otro a¨²n con vida, se interrumpieron a las seis de la tarde sin haber podido encontrar a los otros cinco excursionistas.
Esta ma?ana se reanuda la b¨²squeda, en la que participan unas 70 personas y cinco helic¨®pteros. Pero no resulta en absoluto f¨¢cil. Se trata de un valle de muy dif¨ªcil acceso a causa de su pronunciada pendiente y, sobre todo, por sus paredes heladas. 'Un inmenso vaso de cristal', as¨ª defini¨® el jefe de los bomberos de Girona, Antoni G¨¹ell, el lugar donde presuntamente se encuentran los desaparecidos, todos ellos de Barcelona, pertenecientes a dos grupos distintos. Son los esquiadores Elena Fern¨¢ndez, hermana de Oriol Fern¨¢ndez, la v¨ªctima hallada ayer; su esposo, Josep Artigas, y M¨®nica Gudayol, novia del ¨²nico superviviente hallado hasta ahora, Josep Maria Vil¨¤. Y los monta?eros Josep Miralles y su esposa, Maria ?ngels Belsa, alpinistas experimentados que ascend¨ªan el Balandrau con Josep Mar¨ª, cuyo cad¨¢ver fue rescatado el lunes.
El cad¨¢ver de Oriol Fern¨¢ndez fue avistado desde un helic¨®ptero. Estaba semienterrado pero pudo ser visto porque sobresal¨ªa un trozo de anorac. Las esperanzas de encontrar con vida al resto se han disipado totalmente. Sus cuerpos pueden encontrarse bajo una gruesa capa de entre cuatro y seis metros de hielo y nieve muy compacta en una zona de m¨¢s de 80 kil¨®metros cuadrados. Las sondas, unas largas varillas con las que los equipos de emergencia horadan la nieve para intentar detectar cuerpos u objetos, topaban ayer con duras placas de hielo, de modo que los t¨¦cnicos tuvieron que recurrir a las nuevas tecnolog¨ªas y a perros adiestrados.
Perros y rastreadores
Hasta seis perros especializados, dos de ellos pertenecientes a la polic¨ªa francesa, intervinieron en las tareas de rescate. Pero no fueron suficientes. Tampoco bastaron los rastreadores de ondas magn¨¦ticas, aportados por los equipos franceses, unos aparatos capaces de detectar bandas magn¨¦ticas de tarjetas de cr¨¦dito, relojes y tel¨¦fonos m¨®viles a grandes profundidades bajo la nieve. Entre los dos grupos llevaban como m¨ªnimo tres tel¨¦fonos m¨®viles, aunque no pudieron utilizarlos por falta de cobertura.
Los rastreadores y los perros permitieron delimitar algunos puntos concretos en la parte m¨¢s profunda del torrente de la Fontlletera donde podr¨ªa encontrarse alguno de los desaparecidos. Pero penetrar en la nieve era sumamente dif¨ªcil. La dureza del hielo hizo necesario el uso de motosierras y palas. 'Avanzamos paso a paso, metro a metro', explicaba Josep Maria Padrosa, director general de Emergencias.
El campo de f¨²tbol de Camprodon se ha convertido en la base de operaciones del rescate, que las familias y los amigos de los desaparecidos siguen cada vez con mayor desesperaci¨®n. Algunos colaboran en las tareas de rescate y otros esperan con angustia mientras reciben el apoyo de un grupo de psic¨®logos.
Enric Nos¨¤s, presidente de Centre Excursionista de Catalunya, al que pertenec¨ªa el grupo de tres monta?eros que pretend¨ªa ascender el Balandrau, asegur¨® que en este tipo de accidentes es b¨¢sico empezar pronto la b¨²squeda, cosa que no ha sucedido en esta ocasi¨®n. A pesar de que el temporal se desencaden¨® durante el mediod¨ªa del s¨¢bado, los equipos de rescate no recibieron el aviso de desaparici¨®n hasta el domingo por la noche. Los monta?eros tampoco llevaban un peque?o transmisor de se?al denominado Arva que muchos alpinistas usan y que permite detectar r¨¢pidamente a las v¨ªctimas de un alud. Nos¨¤s asegur¨® que los monta?eros desaparecidos eran personas de sobrada preparaci¨®n y capaces de hacer frente a cualquier contingencia. Pero la tormenta alcanz¨® una virulencia inusitada por la combinaci¨®n de un descenso muy brutal de las temperaturas y un intens¨ªsimo viento, que en las zonas de valle lleg¨® a derribar ¨¢rboles.
Esta dram¨¢tica situaci¨®n, m¨¢s que los aludes, que los hubo, explica que incluso veteranos monta?eros como los desaparecidos, que hab¨ªan coronado cimas del Himalaya y de los Alpes, se vieran sorprendidos, a pesar de que, como recordaba el consejero de Interior de la Generalitat, Xavier Pom¨¨s, la del s¨¢bado era 'una tormenta profusamente anunciada por los servicios metereol¨®gicos'. Nos¨¤s explic¨® que el viento es un elemento determinante para incrementar el deterioro f¨ªsico y ps¨ªquico: 'Llegas a un punto en que la desorientaci¨®n es total y ni tan siquiera sabes si caminas hacia la derecha o hacia la izquierda'. Ese mismo viento, m¨¢s todav¨ªa si apareci¨® repentinamente, hace poco probable que el grupo pudiera evitar disgregarse en su precipitado descenso por el torrente para tratar de eludir la tormenta. La experiencia aconseja que, ante este tipo de situaciones, es mejor buscar un refugio en lugar de perder las fuerzas en la lucha contra los elementos.
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