Los reyes del entretenimiento

Si el mundo digital -como vaticinan los gurus- tiende hacia la convergencia de servicios a trav¨¦s de un ¨²nico cable, la fusi¨®n de America Online con Time Warner es el primer y mejor ejemplo de c¨®mo el futuro inmediato del ocio y el entretenimiento se escribe con unos y con ceros. Cuando la mayor empresa de distribuci¨®n de contenidos se une con el principal proveedor de acceso a Internet, el resultado permite imaginar c¨®mo y en qu¨¦ gastar¨¢n su tiempo libre los consumidores en unos a?os.

Time Warner, con su inmenso cat¨¢logo de contenidos informativos, musicales, cinematogr¨¢ficos, televisivos y editoriales, tiene ahora una puerta de acceso directo a los hogares de 26 millones de suscriptores de America Online. El poder de su posici¨®n en el mercado le permitir¨¢ captar abonados en todo el mundo a un ritmo impredecible.

En la situaci¨®n actual del sector, con s¨®lo cinco millones de conexiones ultrarr¨¢pidas a Internet en EE UU de las 122 millones de conexiones existentes, la colaboraci¨®n entre las dos empresas apenas supera lo estrictamente publicitario. Los usuarios de America Online tendr¨¢n acceso r¨¢pido y preferente a las ofertas digitales de Time Warner; los servicios de AOL estar¨¢n cargados de accesos a peque?os v¨ªdeos musicales de las estrellas de Warner Music, a trailers reducidos de las pel¨ªculas de la Warner Bros. o a los titulares de la CNN. A cambio, los discos compactos de Phil Collins o Madonna llevar¨¢n incorporado el programa de acceso a America Online. De hecho, con el ¨²ltimo disco de The Corrs se regala otro, por cortes¨ªa de AOL, con siete canciones m¨¢s y el software de acceso a su servicio.

Cuando el acceso a Internet a alta velocidad sea norma com¨²n, empezar¨¢ realmente el negocio.

Time Warner es el segundo proveedor de televisi¨®n por cable de Estados Unidos, y ese mismo cable permite el acceso a Internet a velocidades que ridiculizan las de los modems actuales. El acceso a la red -empaquetada por America Online en un formato atractivo para el gran p¨²blico- y a los contenidos de Time Warner ser¨¢ extremadamente sencillo, porque se har¨¢ a trav¨¦s de la televisi¨®n, convertida a¨²n m¨¢s en elemento primordial de la distribuci¨®n de ocio.

Un usuario de America Online, alertado por la publicidad del v¨ªdeo con la ¨²ltima pel¨ªcula de Harrison Ford, podr¨¢ descargar inmediatamente la versi¨®n digital de esa pel¨ªcula en su televisi¨®n. Podr¨¢ ver el informativo de la CNN, aunque llegue tarde a la emisi¨®n, o podr¨¢ seleccionar las noticias sobre las que desea mayor informaci¨®n para recibirla de inmediato. Podr¨¢ descargar el ¨²ltimo disco de Eric Clapton o comprarlo en formato convencional para recibirlo por correo en cuesti¨®n de horas. Podr¨¢ comprar y leer s¨®lo un art¨ªculo concreto de la revista Time o un episodio de la telecomedia Friends. Tambi¨¦n podr¨¢ adquirir una entrada en el cine m¨¢s cercano para la nueva pel¨ªcula de Arma letal. O podr¨¢ descargarse el ¨²ltimo juego de ordenador para disfrutarlo autom¨¢ticamente en la pantalla.

Por si esto fuera poco, los consumidores tambi¨¦n podr¨¢n comunicarse en tiempo real por videoconferencia con cualquier otro usuario del mismo servicio, o con varios usuarios al mismo tiempo: ver¨¢n sus im¨¢genes en las pantallas y hablar¨¢n con una calidad de sonido superior a la de las l¨ªneas telef¨®nicas.

Al final del mes, habr¨¢ una ¨²nica factura que aglutine las cuotas de abono a la televisi¨®n, el acceso a Internet y las compras de pel¨ªculas, discos, libros o revistas. Quiz¨¢ tambi¨¦n el mismo cable -la misma factura- incluya la l¨ªnea telef¨®nica del abonado; esta posibilidad es la que despierta mayores reticencias entre quienes supervisan la libre competencia en el mercado estadounidense.

Robert Pittman, convertido en uno de los m¨¢ximos responsables de la nueva compa?¨ªa como director de operaciones, lo explicaba de esta manera: 'Los consumidores le dicen a la televisi¨®n: 'Cu¨¦ntame historias'; y al ordenador le dicen: 'Organ¨ªzame mi vida diaria'. Lo que conseguimos con la fusi¨®n es que ambos aparatos empiecen a compartir cierta funcionalidad'.