Azpiegitura, pendientes del fiscal

La repetici¨®n del juicio por el caso Azpiegitura, la supuesta estafa de 571 millones de pesetas a la Diputaci¨®n de Vizcaya en la cimentaci¨®n de un edificio p¨²blico en 1991, ha entrado en su recta final. Y, al margen de la sentencia que pueda poner en negro sobre blanco la juez de la Audiencia bilba¨ªna Nekane Sanmiguel, ponente de la nueva resoluci¨®n judicial, s¨®lo queda ya por resolver una incognita: ?Cambiar¨¢ de nuevo y a ¨²ltima hora de opini¨®n la fiscal¨ªa en este caso?

Hay que recordar que en el anterior proceso, el ministerio p¨²blico revolucion¨® el caso al presentar su informe final, una vez oidos los peritos y testigos del caso. La representaci¨®n fiscal, entonces dirigida por la actual fiscal jefe, Mar¨ªa Angeles Monte, carg¨® contra los responsables forales -entre ellos Jos¨¦ Luis Bilbao- instigadores del proceso, critic¨® la actuaci¨®n de la juez instructora del caso, Olatz Aizpurua, y subray¨® la ausencia casi total de razones para iniciar esta causa por la v¨ªa penal. Al elevar a definitivas las peticiones, retir¨® la acusaci¨®n por estafa para todos los encausados, entonces 12 personas, y ¨²nicamente mantuvo los cargos por estafa y falsedad documental contra el constructor vinculado al PNV, I?aki Ere?o, pidiendo cuatro a?os y ocho meses de prisi¨®n y el pago de 381 millones de pesetas a la Diputaci¨®n vizca¨ªna.

La fiscal¨ªa, sin embargo, sorprendi¨® a tirios y troyanos en la apertura del nuevo juicio al incrementar las penas contra Ere?o, y al recuperar las peticiones contra el arquitecto y ex militante socialista, Alberto L¨®pez. En sus conclusiones provisionales, la fiscal¨ªa solicita para Ere?o seis a?os de prisi¨®n y otros tantos para L¨®pez. Se da la circunstancia de que los representantes del ministerio p¨²blico, que no hicieron p¨²blicas sus peticiones hasta la primera sesi¨®n de la nueva vista oral, han terminado por pedir penas m¨¢s elevadas que la propia acusaci¨®n particular, algo realmente inusual en este tipo de procesos.

En cualquier caso, la representaci¨®n de la acusaci¨®n particular, el letrado Enrique Olaran, tambi¨¦n esper¨® hasta ¨²ltima hora para retirar la acusaci¨®n a cinco de los nueve supuestos implicados en la estafa. Aunque argument¨® estos cambios en que la modificaci¨®n del C¨®digo Penal ya no recog¨ªa como delito la falsedad, no explic¨® sin embargo por qu¨¦ se retiraron tambi¨¦n las peticiones por estafa al catedr¨¢tico de la Universidad de Cantabria Jes¨²s S¨¢iz de Ome?aca -que pas¨® varias semanas en la c¨¢rcel en el periodo de instrucci¨®n y fue suspendido de empleo y sueldo en la universidad durante tres a?os- y al profesor de la Escuela de Ingenieros Roberto Idiondo. Las dos personas que hab¨ªan dado 'verosimilitud' a la presunta estafa.

La repetici¨®n del juicio no ha venido acompa?ada de la correspondiente explicaci¨®n de todas estas aparentes contradicciones, algo que ha enervado a ?ngel Gaminde, letrado defensor del constructor Ere?o. Gaminde, con todo, cree que en la repetici¨®n del caso ha quedado claro que esta causa nunca se deb¨ªa haber llevado por la v¨ªa penal. 'Un pleito civil y punto', clama Gaminde. A¨²n conf¨ªa en que la fiscal¨ªa retire todas las acusaciones y 'deje s¨®lo el tema de falsedad'.

El principal impulsor de la causa, Jos¨¦ Luis Bilbao, indic¨® a este peri¨®dico que en esta ocasi¨®n 'hemos decidido dejar los fuegos artificiales a un lado y centrarnos propiamente en la estafa'. Cuando se refiere de manera cr¨ªptica a los fuegos artificiales, Bilbao apunta al transfondo pol¨ªtico que acompa?¨® a este caso durante la instrucci¨®n y que oblig¨® a algunos de los procesados como el diputado foral y ex presidente de Azpiegitura, el socialista Juan Llorens, a presentar su dimisi¨®n, o puso en la picota al entonces gobernador civil de Vizcaya, el tambi¨¦n socialista Daniel Arranz. Queda claro que la situaci¨®n pol¨ªtica era completamente diferente. Los socialistas, cuando en 1994 explota la supuesta trama pol¨ªtica de la estafa, arrastraban ya el descr¨¦dito por el caso de enchufismo en Osakidetza, y el equipo del PNV que gobernaba la diputaci¨®n vizca¨ªna aprovech¨® para agrandar la herida con este caso.