Un espa?ol presenta indicios del mal de las 'vacas locas', pero no se ha podido probar
El joven vivi¨® en el Reino Unido, y la resoluci¨®n de su caso deber¨¢ esperar a la autopsia
Javier Monge vivi¨® en el Reino Unido durante unos 16 meses, entre 1994 y 1995. Este hecho, unido a su edad, puso en alerta al equipo de neur¨®logos del Doce de Octubre, dirigido por F¨¦lix Bermejo. El Reino Unido, donde se calcula que m¨¢s de medio mill¨®n de vacas locas entraron inadvertidamente en la cadena alimentaria humana, es el pa¨ªs con mayor riesgo de contagio, aunque el peor periodo fue de 1986 a 1989.
El paciente fue sometido primero a una serie de pruebas para determinar si padec¨ªa la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, y el equipo de Bermejo concluy¨® que era muy probable que as¨ª fuera. Pero esas pruebas no pod¨ªan discriminar entre la forma 'cl¨¢sica' y la 'nueva variante', ni siquiera aproximadamente.
Con el paciente vivo, ninguna prueba es determinante al 100%. Pero s¨ª se pueden obtener indicios con distintos grados de fiabilidad (v¨¦ase gr¨¢fico). En el caso de Javier Monge, la juventud y la estancia en el Reino Unido apuntan a la nueva variante. Sin embargo, siempre ha habido algunos casos de Creutzfeldt-Jakob cl¨¢sico en pacientes j¨®venes. El propio F¨¦lix Bermejo trat¨® a un paciente de 19 a?os en los a?os ochenta, mucho antes de que el consumo de vacuno hubiera provocado los primeros casos humanos de vacas locas en el Reino Unido.
Otro criterio orientativo es el tiempo que pasa entre la aparici¨®n de los primeros s¨ªntomas y la muerte del paciente: un a?o o menos en el 90% de los cl¨¢sicos, y entre uno y dos a?os en las nuevas variantes. Ha pasado un a?o y un mes desde que Javier Monge not¨® los primeros s¨ªntomas, por lo que este criterio favorece ligeramente a la nueva variante.
Otra diferencia es que, en la versi¨®n cl¨¢sica, el pri¨®n est¨¢ casi totalmente restringido al sistema nervioso central (cerebro y m¨¦dula), mientras que en la nueva variante tambi¨¦n aparece en las am¨ªgdalas y algunas v¨ªsceras. Bermejo explica que su equipo tom¨® muestras de las am¨ªgdalas de Javier, y que fueron enviadas a la Unidad Nacional de Vigilancia de la enfermadad de Creutzfeldt-Jakob en Edimburgo (Escocia), un centro de referencia mundial. El resultado fue negativo, lo que apoya la versi¨®n cl¨¢sica.
La prueba m¨¢s fiable que se puede realizar en vivo es una biopsia de cerebro (tomar una muestra de tejido cerebral), un procedimiento no exento de riesgo para el paciente. El neur¨®logo Jes¨²s Esteban, del equipo de Bermejo, aconsej¨® esta prueba a los padres del paciente, seg¨²n confirmaron ayer ambas partes a este diario.
'El doctor Esteban nos recomend¨® la biopsia de cerebro', explica la madre de Javier, Rosa Mar¨ªa Sanz. 'Yo le pregunt¨¦ si eso iba a suponer alg¨²n beneficio para mi hijo, y me respondi¨® que no. As¨ª que me negu¨¦'.
La madre sigue narrando que, unos d¨ªas despu¨¦s, el neur¨®logo le a?adi¨® que exist¨ªa una peque?a posibilidad de que la enfermedad no fuera un Creutzfeldt-Jakob, y que si ¨¦se era el caso, no pod¨ªa descartarse que hubiera una esperanza de tratamiento, por remota que fuera. 'Entonces dud¨¦, pero mi marido y mi hija se opusieron'. Bermejo y la direcci¨®n del Doce de Octubre aseguran que en todo momento recomendaron a la familia que se practicara la biopsia, y ello a pesar de su alto coste, pero comprenden perfectamente que los padres la rehusaran, dado el riesgo de la intervenci¨®n y los escasos o nulos beneficios que se hubieran derivado de ella.
Javier fue dado de alta el 4 de septiembre pasado ante la imposibilidad de someterle a tratamiento alguno. Permanece desde entonces en casa de sus padres. Su estado actual es 'el de un vegetal', narran sus padres.
'No se puede excluir totalmente la posibilidad de la nueva variante', reconoce Bermejo. 'S¨®lo la autopsia puede establecerlo con un 100% de seguridad. El diagn¨®stico con el paciente vivo es bastante seguro, pero yo mismo me he equivocado otras veces. Ha habido alguna vez en que he pensado que se trataba de un Creutzfeldt-Jakob, y la autopsia me ha demostrado que era otra enfermedad distinta. Las autopsias refutan los diagn¨®sticos previos en un 10% de los casos, aproximadamente'.
Los m¨¦dicos tambi¨¦n hicieron pruebas gen¨¦ticas a Javier, que descartaron que fuera un caso hereditario (alrededor del 10% de los Creutzfeldt-Jakob lo son). Javier s¨ª tiene una variaci¨®n innata del gen del pri¨®n que aparece en el 100% de los casos de la nueva variante que se han estudiado gen¨¦ticamente en el Reino Unido (parece existir una propensi¨®n gen¨¦tica a contraer la enfermedad por el consumo de vacuno afectado). Pero la misma variaci¨®n gen¨¦tica aparece en el 37% de la poblaci¨®n general, y tambi¨¦n predispone ligeramente al Creutzfeldt-Jakob cl¨¢sico.
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