Un tribunal de San Francisco considera a Napster culpable de pirater¨ªa, pero aplaza su cierre
Las discogr¨¢ficas celebran el dictamen como una victoria y el servidor anuncia su apelaci¨®n
'?sta es una clara victoria. Ha decidido a favor de todos las cuestiones legales presentadas. Es hora de que Napster haga negocio de forma m¨¢s tradicional: pidiendo primero permiso a los autores', declar¨® ayer Hilary Rosen, presidenta de la Asociaci¨®n Discogr¨¢fica de Am¨¦rica (RIAA).
El tribunal no quiso mojarse y su decisi¨®n otorga unos d¨ªas o semanas m¨¢s de vida a Napster, hasta que el juez repita su sentencia o las partes en conflicto alcancen un acuerdo. 'Napster no ha cerrado', dijo la compa?¨ªa en un breve comunicado, 'pero estamos muy decepcionados'.
Los cibernautas se precipitaron este fin de semana para descargar canciones temiendo su cierre. Y el domingo colapsaron el sistema con unos 100.000 usuarios a la vez. Se estima que Napster tiene entre 40 y 50 millones de fans por todo el mundo.
Ayer, los primeros momentos fueron de absoluta confusi¨®n ante la compleja sentencia en el caso interpuesto por Sony, Warner Music, Universal Music, Emi y Bertelsmann (este ¨²ltimo se retir¨® el pasado octubre tras sellar una alianza con Napster) contra el servidor musical de California. La industria acusa a la web de pirater¨ªa y violaci¨®n de derechos de autor al utilizar sus cat¨¢logos sin autorizaci¨®n.
La decisi¨®n confirma que la legislaci¨®n norteamericana privilegia el concepto tradicional de los derechos de autor en el ciberespacio. Ya exist¨ªan precendentes. El a?o pasado MP3.com, la p¨¢gina web que tambi¨¦n distribu¨ªa en la red formatos musicales en MP3 (los mismos que utiliza Napster y que convierten cualquier CD en un archivo digital difundible por Internet) sali¨® perdedor de su batalla legal contra la industria y tuvo que abonar una multimillonaria compensaci¨®n a las discogr¨¢ficas por haber usado sus cat¨¢logos.
Los tres magistrados han tardado cuatro meses en hacer p¨²blica su decisi¨®n. El caso fue remitido al tribunal de apelaciones el pasado julio despu¨¦s de que un juez de San Francisco decidiera cerrar Napster por pirater¨ªa ante la denuncia presentada en diciembre de 1999 por la RIAA y poco despu¨¦s por la banda de heavy metal Metallica. La decisi¨®n fue recurrida por Napster y suspendida dos d¨ªas despu¨¦s. El caso fue visto para sentencia el 2 de octubre. Y hasta ayer.
Alianza con Bertelsmann
Napster es un servidor que permite descargar m¨²sica gratis desde la red. Es muy f¨¢cil de usar, de ah¨ª su inmensa popularidad. Utiliza el sistema P2P (peer to peer) que conecta bilateralmente dos ordenadores en vez de remitirles a un archivo central. Como si dos vecinos intercambiaran discos, pero a escala planetaria. La industria musical asegura (pero no lo ha podido demostrar) que Napster les ha hecho perder miles de millones de d¨®lares.
A finales del pasado octubre, el servidor musical consigui¨® una importante victoria al asociarse con uno de los demandantes, el grupo de comunicaci¨®n alem¨¢n Bertelsmann. En una triunfal rueda de prensa en Nueva York las dos empresas anunciaron la creaci¨®n de una alianza estrat¨¦gica para sacar partido del invento (aunque todo el mundo reconoce lo innovador de la tecnonolog¨ªa, Napster no reporta ni un centavo) y solucionar el problema de los derechos de autor. Se estima que los alemanes han invertido unos 50 millones de d¨®lares en Naspter (unos 9. 500 millones de pesetas)
En un comunicado desde Frankfurt, el responsable del ¨¢erea cibern¨¦tica de Bertelsmann, Andrea Schmidt, asegur¨® ayer que seguir¨¢ 'construyendo un sistema para compartir archivos que cuente con el respaldo de la industria'. Bertelsmann ha tratado de ampliar el trato a las otras discogr¨¢ficas sin resultado. La industria ha preferido remitirse a la decisi¨®n de los jueces. La alianza entre el grupo alem¨¢n y el servidor musical no ha dado grandes frutos. En enero, Thomas Middelhoff, presidente de Bertelsmann, anuncio en la cumbre de Davos (Suiza) que Napster se convertir¨ªa en un servidor de pago para el pr¨®ximo verano. Desde oto?o los cibernautas que acceden a Naspter pueden comprar discos en CD Now, una filial del grupo alem¨¢n.
Todo esto no significa el fin de la tecnolog¨ªa Napster. Al contrario. Las discogr¨¢ficas ya se han hecho a la idea de que Internet ser¨¢ en los pr¨®ximos a?os uno de los principales soportes para vender m¨²sica. Napster gan¨® adeptos porque era gratis. El problema es pagar. Si cierra, otras web esperan el relevo, como Gnutella y Frenet, MusicCity, OpenNap o PowerNap.
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