Nacionalistas y constitucionalistas se enzarzan en una nueva bronca en el Parlamento vasco

El enfrentamiento verbal no fue m¨¢s duro que otras veces, pero el contexto en que se produce, en v¨ªsperas del primer aniversario del asesinato del parlamentario socialista Fernando Buesa (el pr¨®ximo d¨ªa 22) y con la constante discusi¨®n sobre cu¨¢ndo va el lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, a anunciar la fecha de las elecciones anticipadas, transformaron la C¨¢mara en un hervidero. El de ayer era el segundo pleno del actual periodo de sesiones y ya en el primero, el pasado viernes, hubo conflicto: los socialistas abandonaron el hemiciclo tras perder una votaci¨®n por un posible mal funcionamiento del sistema electr¨®nico, y se vertieron cr¨ªticas muy duras contra el presidente de la C¨¢mara, Juan Mar¨ªa Atutxa, por no querer repetirla.

El incidente se produjo durante el debate de una cuesti¨®n que no era de primer orden: una proposici¨®n de ley socialista para modificar la ley vasca de Polic¨ªa en lo relativo a la representaci¨®n sindical en la Ertzaintza. En su turno de defensa, el portavoz socialista en el debate, V¨ªctor Garc¨ªa Hidalgo, se?al¨® que uno de los objetivos de su propuesta era dar un 'vuelco' a la Ertzaintza, a la que los nacionalistas han puesto 'al servicio del proyecto de Lizarra'.

El peneuvista Rubalkaba le respondi¨® con formas poco parlamentarias: 'Qu¨¦ co?o tiene que ver lo que usted ha dicho aqu¨ª con la modificaci¨®n de un art¨ªculo de la ley de la Polic¨ªa'. A rengl¨®n seguido, justific¨® la actuacion de su partido al firmar el Pacto de Lizarra y reiter¨® el argumento de que el PNV apost¨® m¨¢s que nadie por la paz -se hab¨ªa 'jugado el bigote' fue su expresi¨®n textual- durante la tregua etarra mientras que socialistas y populares 'no hicieron nada'. 'Ustedes s¨®lo estuvieron calladitos', sigui¨® el peneuvista, quien agreg¨® que el PSE se hab¨ªa 'plegado' a los populares.

Garc¨ªa Hidalgo comenz¨® a se?alar desde su esca?o al que ocupaba Buesa y a preguntar en voz alta: '?D¨®nde est¨¢ Fernando?'. Desde ese momento el debate se convirti¨® en una bronca:

Rubalkaba: 'A m¨ª no me pregunte por el se?or Fernando Buesa, porque mi partido no ha matado a nadie en estos 25 a?os, a nadie, a nadie'.

Iturgaiz: 'Sinverg¨¹enza', dijo desde su esca?o.

Rubalkaba: 'Por qu¨¦ no me lo dice usted luego, lo de sinverg¨¹enza'.

Atutxa: 'Se?or Iturgaiz, mantenga la serenidad, el orden y la educaci¨®n que se merece la instituci¨®n'.

En ese momento Iturgaiz le hizo se?ales a Atutxa, explic¨¢ndole que estaba hablando con un compa?ero.

Atutxa: 'Le he escuchado a usted se?or Iturgaiz, por favor se lo ruego. Por favor, se?or Rubalkaba, su tiempo ha concluido, vaya acabando'.

Rubalkaba: 'Se?or Garc¨ªa, siento la muerte y el asesinato de Buesa, pero los ¨²nicos que intentamos que no se diera esa situaci¨®n fuimos nosotros, y ustedes no, y se dedicaron a criticar al PNV y se siguen dedicando a ello'.

Rodolfo Ares (portavoz del PSE): 'Es intolerable. Ll¨¢mele al orden', dirigi¨¦ndose a Atutxa.

Atutxa: 'Se?or Rubalkaba, vaya terminando. Se?or Ares, guarde silencio y compostura'.

Desde los bancos populares y socialistas se escucharon gritos de 'ya est¨¢ bien'.

Rubalkaba: '?Ya est¨¢ bien de qu¨¦?'.

Atutxa: 'Su tiempo ha concluido se?or Rubalkaba'.

Rubalkaba: 'No se?or'.

Atutxa: 'Se?or Garc¨ªa, le llamo por segunda vez al orden, y a la tercera ya sabe las consecuencias que puede tener'.

Tras otro intercambio menor de frases entre Rubalkaba y un parlamentario del PP, el peneuvista se dirigi¨® a su esca?o y cruz¨® varias risas con un compa?ero de su partido, lo que desencaden¨® la furia del socialista Ares. ?ste sali¨® en busca de Rubalkaba, quien abandonaba entonces el hemiciclo, mientras varios de sus compa?eros del PSE le conminaban a tranquilizarse. En su posterior queja formal, PP, PSE y UA arremeten contra Atutxa y de nuevo contra Rubalkaba, cuya actitud tildan de 'vergonzosa e indignante', y creen que 'es un sarcasmo calificar de ilusionante un periodo en el que se produjo la persecuci¨®n social por motivos ideol¨®gicos y en el que ETA se preparaba para poner en marcha una nueva escalada criminal'.