Los veterinarios hallan un segundo foco de fiebre aftosa al sur de Inglaterra
El Gobierno laborista se enfrenta a la p¨¦rdida de m¨¢s de medio mill¨®n de cabezas
El hallazgo de Devon desanim¨® tanto a los veterinarios como al Gobierno laborista, que no desea enfrentarse a la p¨¦rdida de medio mill¨®n de cabezas, como ya sucediera durante la ¨²ltima epidemia de fiebre aftosa, registrada en 1967. Hasta ayer, el ¨²nico foco reconocido era una granja porcina de Northumberland, en la frontera inglesa con Escocia. Seg¨²n los cient¨ªficos, el virus apareci¨® all¨ª hace por lo menos dos semanas sin que el due?o, Bobby Waugh, hubiera alertado a las autoridades sanitarias. Al contrario, sus 500 cerdos superaron sin problemas la ¨²ltima revisi¨®n m¨¦dica el pasado 24 de enero.
La granja de Devon presenta un problema adicional. Suma 600 reses y 1.500 ovejas repartidas tambi¨¦n por la vecina Cornualles. Dado el tama?o del negocio, 'es razonable pensar que hayan exportado animales al resto de Europa, pero no desde que ha UE cerrara sus fronteras la pasada semana', ha dicho Jim Scudamore, veterinario jefe del Gobierno. Para la Uni¨®n de Granjeros, este nuevo foco supone una cat¨¢strofe para el suroeste del Reino Unido, 'la mayor zona nacional de cr¨ªa de ganado'. Nick Brown, ministro de Agricultura, ha apuntado que la prohibici¨®n de transportar animales para su venta o sacrificio durante una semana podr¨ªa ampliarse si aparecen nuevos focos infecciosos. La fiebre aftosa ha reavivado asimismo el debate sobre las malas condiciones de vida de muchos animales criados para su engorde en establos peque?os, oscuros y sin suficiente aireaci¨®n.
Dado que la fiebre aftosa puede atacar a vacas, cerdos, ovejas y cabras, el sacrificio e incineraci¨®n de todos los que la presenten dio lugar ayer a escenas dantescas. En ocho enclaves del pa¨ªs, los animales enfermos eran sacados primero de los establos para recibir luego un solo tiro en la cabeza. Sus restos eran lanzados a continuaci¨®n por m¨¢quinas excavadoras a las piras preparadas de buena ma?ana. Los restos de la quema deb¨ªan ser enterrados para evitar nuevos contagios. En la granja de Northumberland donde se supone que surgi¨® primero el virus, 500 cerdos fueron sacrificados la noche del pasado s¨¢bado. A pocos kil¨®metros de all¨ª, otro granjero perdi¨® sus 25 vacas. Su caso no es ¨²nico. La proximidad a una explotaci¨®n en cuarentena obliga a los veterinarios a ordenar el sacrificio inmediato de los animales que viven y pastan en terrenos colindantes por si estuvieran incubando la fiebre.
Restricciones en el zoo
Las restricciones para salir al campo tampoco llevan visos de ser levantadas en breve. Las acampadas y excursiones han sido prohibidas durante una semana. Las partidas de caza de zorros, ciervos y liebres no saldr¨¢n hasta nueva orden. Tanto las reservas naturales de la Sociedad Protectora de las Aves como la mitad de las granjas educativas abiertas en zonas urbanas han echado el cierre. Lo mismo han hecho dos parques de animales salvajes. En cuanto al zoo de Londres, los visitantes s¨®lo pueden pasear por rutas espec¨ªficas ba?adas en desinfectantes.
Por lo que respecta al suministro de carne fresca al por menor, las grandes cadenas han pedido calma. Con los mercados de ganado y los mataderos cerrados e siete d¨ªas y el transporte de animales vivos prohibido tambi¨¦n de momento, los proveedores aseguran que cuentan con reservas suficientes siempre que el p¨¢nico no se apodere de sus clientes.
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