La fiebre aftosa conmociona las costumbres de los brit¨¢nicos
Tony Blair convoca urgentemente a sus ministros para buscar una salida a la crisis
La decisi¨®n de impedir el acceso de la ciudadan¨ªa al campo ha sido acogida con alivio por la Uni¨®n de Granjeros. Sus representantes, abrumados por el escaso civismo de centenares de excursionistas que contin¨²an saliendo a pasear sin pensar que sus viajes pueden contribuir a llevar la enfermedad a zonas todav¨ªa limpias, hab¨ªan pedido repetidas veces al Gobierno que impusiera de una vez restricciones claras. Los granjeros tienen que desinfectar sus propiedades y todas las granjas en cuarentena presentan grandes cubos de una sustancia ros¨¢cea donde hasta los veterinarios deben sumergir sus botas. Poco despu¨¦s del cierre de los caminos rurales, el National Trust, organismo que gestiona los parques naturales protegidos, opt¨® por clausurar tambi¨¦n los suyos. Uno de los mayores, el de Dartmoor, abierto en Devon, al suroeste del pa¨ªs, tampoco pod¨ªa cruzarse desde ayer. Una parte es aprovechada normalmente para maniobras militares, pero cientos de reses y ovejas pastan en el terreno que queda libre.
Una vez sellado el campo, el l¨ªder laborista, Tony Blair, convoc¨® una reuni¨®n de urgencia con sus ministros Asuntos Exteriores e Interior, Agricultura y Medio Ambiente adem¨¢s del Tesoro para evaluar el monto de las compensaciones que ser¨¢n abonadas a todos los afectados. Nick Brown, titular de Agricultura, hab¨ªa sugerido que los ganaderos s¨®lo reembolsar¨ªan las p¨¦rdidas por animales sacrificados. Tras hablar con parte del Gabinete, Blair, indic¨® que estaba dispuesto a solicitar fondos comunitarios para resarcir tambi¨¦n a los que no hayan podido vender a tiempo sus reba?os en los mercados ganaderos. En ambos casos, las cifras concretas est¨¢n a¨²n por decidir. El l¨ªder laborista no aclar¨®, por otro lado, si la fecha de las pr¨®ximas elecciones generales, prevista para principios de mayo, ser¨¢ modificada La Uni¨®n de Granjeros cree que ser¨ªa una temeridad hacer campa?a en zonas rurales en las actuales circunstancias, pero Blair se reserv¨® una opini¨®n al respecto. Una posible convocatoria anticipada sin confirmar para el pr¨®ximo 5 de abril, ha desaparecido de todos los calendarios pol¨ªticos, incluida la oposici¨®n conservadora.
Lo que s¨ª ha admitido claramente el Gobierno laborista es que, de mantenerse durante muchos m¨¢s d¨ªas la actual situaci¨®n, la factura de esta nueva crisis puede costarle al pa¨ªs cerca de mil millones de libras (275.000 millones de pesetas) en exportaciones perdidas. Para los ganaderos, las perspectivas de recuperaci¨®n del sector, destruido por la epidemia de las vacas locas, son cada vez m¨¢s remotas. Los m¨¢s optimistas suponen que la UE podr¨ªa reanudar las importaciones de animales y productos c¨¢rnicos y l¨¢cteos unos 21 despu¨¦s de que los expertos declaren al Reino Unido libre del virus.
La enfermedad se ha saldado de momento con el sacrificio e incineraci¨®n de unas 7.000 cabezas de ganado entre cerdos, reses y ovejas. La Uni¨®n de Granjeros, temerosa incluso de que algunos de sus miembros no soporten la tensi¨®n de estos d¨ªas y se suiciden, ha llamado a un capell¨¢n rural para que conforte a los m¨¢s atribulados. El Ej¨¦rcito de Salvaci¨®n ha abierto a su vez una l¨ªnea telef¨®nica de car¨¢cter confidencial para apoyarles. 'Que yo no pueda repartir el correo entre las granjas es lo de menos comparado con lo que est¨¢n pasando los due?os', dijo ayer un cartero rural en Devon. Hundidos por la crisis de las vacas locas, muchos propietarios de explotaciones peque?as creen que la fiebre aftosa les arruinar¨¢ para siempre. La enfermedad es una de las m¨¢s temidas por el sector, que todav¨ªa recuerda el casi medio mill¨®n de animales incinerados durante la epidemia de 1967.
El virus animal se ha hecho notar tambi¨¦n en el ¨¢mbito deportivo brit¨¢nico. La Asociaci¨®n Nacional de Carreras de Caballos y Jinetes cancel¨® ayer todas sus citas durante una semana. Dos de las carreras m¨¢s importantes, la de Cheltenham, que suele congregar a centenares de participantes y aficionados irlandeses, y el mismo Grand National, convocado para abril, podr¨ªan suspenderse de no contenerse a tiempo la enfermedad. Los caballos no la padecen, pero se entrenan en el campo y pueden propagarla. Con la caza de zorros, ciervos y liebres canceladas en principio hasta el 7 de marzo, s¨®lo quedaba ayer por decidir el futuro del encuentro de rugby del torneo Seis Naciones entre Gales e Irlanda, a disputar en la localidad galesa de Cardiff.
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