Jos¨¦ Carreras anuncia que no perseguir¨¢ sus discos piratas porque disfruta con ellos
El tenor protagoniza en el Liceo de Barcelona la ¨®pera de Saint-Sa?ns 'Sans¨®n y Dalila'
Conocedor de la dura lucha que las discogr¨¢ficas mantienen con las empresas ilegales que inundan el mercado con grabaciones piratas, que suponen un grave perjuicio para sus intereses econ¨®micos y los de los artistas, Jos¨¦ Carreras justifica con su 'pasi¨®n de aficionado' su ancha manga en el control de lo que prefiere llamar 'grabaciones privadas' que, en su discograf¨ªa son tantas como las legales. 'Tengo 150 discos oficiales y otros 150 que no lo son', aclar¨®.
'La verdad es que no se puede comparar lo que sucede en el mundo del pop y el rock con lo que pasa en el de la m¨²sica cl¨¢sica', asegur¨®. 'El volumen de negocio no es equiparable. En la m¨²sica pop y rock, la aparici¨®n de un nuevo disco de un artista es el motor en torno al que se organizan las giras de conciertos. En el mundo de la m¨²sica cl¨¢sica y de la ¨®pera, son el testimonio de un trabajo, de la evoluci¨®n de la carrera de un artista'.
Pese a su pasi¨®n por las grabaciones oper¨ªsticas piratas -'desde hace unos meses busco un par de ellas que me interesan y ya he dado voces para conseguirlas', cuenta-, Carreras asegura que nunca ha consentido ni intervenido en ninguna de las 150 que circulan en el mercado. 'La verdad es que tengo mucha suerte si me env¨ªan una copia cuando aparecen', dice.
Si existe falta de control de las grabaciones piratas, menos control hay en las grabaciones musicales que circulan por Internet. 'Es un asunto muy pol¨¦mico', dice el tenor, 'pero pese a ello pienso que es muy positivo que las nuevas tecnolog¨ªas faciliten desde casa el acceso generalizado de la gente a la m¨²sica en general, y en especial a la cl¨¢sica'. Carreras acept¨® hace unos meses que el audio de dos conciertos que ofreci¨® en Londres circulara por la red y ha permitido tambi¨¦n que los internautas puedan seguir su interpretaci¨®n de la ¨®pera Sans¨®n y Dalila que, a partir del pr¨®ximo jueves, interpreta en el Liceo de Barcelona junto con la mezzosoprano griega Markella Hatziano y el bar¨ªtono estadounidense Simon Estes, bajo la direcci¨®n musical del italiano Stefano Ranzoni. La obra se presenta hasta el 30 de marzo en una producci¨®n del Covent Garden de Londres firmada por Elijah Moshinski. 'Cuando se haya concretado todo, el Liceo informar¨¢ de c¨®mo acceder a la grabaci¨®n', explic¨®.
Despu¨¦s del papel de 'tenor perdedor', como Carreras defini¨® su personaje en la poco conocida ¨®pera Sly, que ofreci¨® la pasada temporada en el Liceo, tras siete a?os de ausencia del escenario del coliseo l¨ªrico barcelon¨¦s, su regreso con un t¨ªtulo del gran repertorio como Sans¨®n y Dalila, en el que vuelve a encarnar a un h¨¦roe, ha despertado expectaci¨®n entre el p¨²blico lice¨ªsta. 'Me gustar¨ªa volver a cantar Andrea Chenier, pero soy plenamente consciente de mis limitaciones y busco los papeles en los que en este momento s¨¦ que puedo dar lo mejor de m¨ª, tanto vocal con esc¨¦nicamente', asegura.
Sans¨®n y Dalila es una ¨®pera que el tenor incorpor¨® a su repertorio en 1990, y pese a que en los ¨²ltimos 10 a?os s¨®lo la ha cantado unas 30 veces, dice que se siente perfectamente con ella. 'En el aspecto vocal se ajusta al repertorio de tenor spinto en el que me he movido. El personaje de Sans¨®n, un hombre extremadamente noble que lucha entre la tentaci¨®n terrenal y la fuerza de su espiritualidad, me gusta. S¨®lo echo en falta ser 20 cent¨ªmentos m¨¢s alto para dar plenamente en el personaje', ironiza.
A favor de la innovaci¨®n
Carreras, que como socio del C¨ªrculo del Liceo dijo ayer que considera que esta instituci¨®n, que ha rechazado el acceso como socias de 10 mujeres -entre ellas la soprano Montserrat Caball¨¦-, debe abrirse a todo el mundo, asegur¨® que cree firmemente que la ¨®pera necesita renovarse. 'La producci¨®n de Sans¨®n y Dalila es tradicional, pero yo nunca me he negado a participar en una producci¨®n innovadora siempre que el director de escena me convenza de la bondad de los cambios. S¨¦ que para el p¨²blico puede ser dif¨ªcil, pero si no se puede cambiar la interpretaci¨®n, s¨®lo nos queda la parte esc¨¦nica para aportar cosas nuevas al g¨¦nero y no podemos renunciar a ello'.
Como un debut
'Cada vez que salgo al escenario del Teatro del Liceo es como si debutara', dice Jos¨¦ Carreras cuando se le pregunta sobre la expectaci¨®n que despiertan todas sus actuaciones entre el p¨²blico lice¨ªsta, que le vio por primera vez en el coliseo l¨ªrico barcelon¨¦s cuando todav¨ªa era un ni?o, en la temporada 1957-1958, en la obra de Manuel de Falla El retablo de maese Pedro. 'Cuanto m¨¢s querido te sientes en un lugar, sea cual sea, m¨¢s ganas tienes de hacer las cosas bien, y esto siempre supone una presi¨®n a?adida al hecho de cantar. Y si hay un lugar en el mundo en el que no quiero defraudar es el Liceo, el teatro de mi ciudad, un lugar en el que me siento como en casa', asegura. Reconoce el tenor que con la ¨®pera Sans¨®n y Dalila la calidez que el p¨²blico le demostr¨® la pasada temporada tras su interpretaci¨®n en Sly puede transformarse en delirio. 'El gran entusiamo depende de c¨®mo lo hayamos hecho los cantantes, pero es cierto que con una ¨®pera de gran repertorio como la de Saint-Sa?ns siempre resulta m¨¢s f¨¢cil llegar al p¨²blico'.
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