Colch¨®n
Seg¨²n informaciones dignas de toda sospecha, Dios hizo el mundo en seis d¨ªas y al s¨¦ptimo descans¨®. Ahora bien, ciudadanos, alguien tan inteligente como el Alt¨ªsimo, tan listo incluso, no se echa la siesta en cualquier parte. Entonces, el Padre se reuni¨® con los otros dos miembros de su esencia ternaria y llegaron a este consenso: 'Hagamos el colch¨®n a nuestra imagen y semejanza'. El colch¨®n fue hecho de inmediato. Y Dios descans¨® como Dios manda, que es lo suyo. De todo lo cual se colige que la vida es sue?o, como demostr¨® de una vez por todas Calder¨®n, raz¨®n por la cual el ilustre dramaturgo tambi¨¦n est¨¢ muy relacionado con el estadio del Manzanares, que de dormir sabe un rato.
Todo esto es muy bonito, pero nos conduce a un corolario inquietante: Dios es el inventor del colch¨®n y, por tanto, de los colchoneros. Y aqu¨ª es cuando empezamos a temblar, conociendo el percal como lo conocemos. Acaso es c¨ªvicamente imp¨²dico revelar tama?a barbaridad, justo cuando los rojiblancos vuelven de nuevo a ensoberbecerse, emocionados fugazmente, s¨ª, pero ajenos a los palos que la historia les ha deparado a diestro y siniestro, azuzados por la melancol¨ªa de aquel temerario doblete del que quiz¨¢ jam¨¢s se recuperen. Aunque no lo sospechen, los colchoneros son un c¨ªrculo celestial: hablar del Atl¨¦tico es hablar de palabras mayores. Que tengan cuidado tanto el pr¨ªncipe Felipe como Joaqu¨ªn Sabina, Antonio Carmona o el joyero Pedro Carrera.
La civilizaci¨®n occidental estar¨¢ eternamente agradecida a los innumerables servicios que los colchones prestan a la humanidad, y lo seguir¨¢n prestando hasta que la muerte nos ampare. Eso no obsta para declarar que estos objetos de alcoba a media luz siempre han dado cobijo inconfesable a multitud de actos obscenos que el pudor impide mencionar por respeto a la ropa tendida que accede diariamente a las columnas de los peri¨®dicos.
Al Atl¨¦tico le va la marcha morbosa, pero una cosa es ser segundones y otra, de Segunda. Os tenemos ganas. Es una orden. Os queremos... golear.
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