Par¨ªs pide una reforma 'suave' de la PAC

El impacto directo de la crisis de las vacas locas en el sector bovino puede evaluarse en un m¨ªnimo de 8.400 millones de francos (210.000 millones de pesetas), seg¨²n se deduce de los datos facilitados por el Ministerio de Agricultura franc¨¦s. A ello hay que a?adir el coste de las medidas adoptadas esta semana para frenar la epidemia de fiebre aftosa, que implica la prohibici¨®n de exportar ganado bovino, ovino, porcino y caprino, cuya cuant¨ªa depender¨¢ del tiempo que est¨¦n en vigor. El ministro de Agricultura franc¨¦s, Jean Glavany, enfrentado desde hace cinco meses a la gesti¨®n de esta cadena de crisis, comienza a hablar de buscar un pacto con Alemania para una agricultura 'menos productivista y de mayor calidad' que favorezca la reforma suave de toda la pol¨ªtica agr¨ªcola europea.

M¨¢s de 50.000 animales han sido sacrificados en Francia para evitar la propagaci¨®n de la epidemia

Antes de que el p¨¢nico a la fiebre aftosa destrozara a¨²n m¨¢s al sector ganadero, los ministros de Agricultura de los Quince se enfrentaron a la hora de arbitrar fondos comunitarios para compensar a los ganaderos de vacuno por las p¨¦rdidas que sufren. El impacto de ese desacuerdo, muy negativo para Francia, oblig¨® al Gobierno de Par¨ªs a fijar medidas nacionales de ayuda directa a casi 100.000 explotaciones, un tercio del total de las que se dedican al bovino. La cantidad anunciada, 1.400 millones de francos (35.000 millones de pesetas), 's¨®lo vale para compensar lo que se ha perdido desde octubre, pero continuar¨¢n las p¨¦rdidas y en unos meses ser¨¢ necesario otro monto similar', advierte la FNSEA, la principal organizaci¨®n agraria: en las explotaciones francesas se han acumulado m¨¢s de 200.000 reses de vacuno que no tienen salida en el mercado.

Al coste directo de ese programa hay que agregar 7.000 millones de francos (175.000 millones de pesetas) que cuesta el plan de medidas sanitarias adoptado contra la enfermedad de las vacas locas. Los dos grandes ejes de este plan son el almacenamiento y destrucci¨®n de los piensos de origen animal, as¨ª como la aplicaci¨®n de pruebas de encefalopat¨ªa espongiforme bovina (EEB) a todas las reses de m¨¢s de 30 meses que son sacrificadas. La maquinaria administrativa francesa, cuando se pone en marcha, es imparable: los test de este tipo hechos en los dos primeros meses del a?o superan los 200.000, que han permitido encontrar s¨®lo siete nuevos casos de animales enfermos.

A los costes de las vacas locas se suman las p¨¦rdidas de los mataderos, circuitos de distribuci¨®n comercial y de la hosteler¨ªa por la ca¨ªda del consumo de carne de vacuno, que se redujo un 30% entre noviembre y enero, en relaci¨®n con los mismos meses del a?o anterior, seg¨²n el Centro de Informaci¨®n de Carnes.

Los ganaderos que explotan otras especies han podido compensar las p¨¦rdidas del bovino con las alzas en las dem¨¢s: la poblaci¨®n que deja de comer vacuno se lanza al cordero, que ha subido un 14%, al pollo (11%) o al cerdo (7%). Pero esas mejoras han durado poco. Por miedo al contagio de la fiebre aftosa, el Gobierno ha inmovilizado vacas, bueyes, corderos, ovejas, cabras y cerdos: todos tienen que quedarse donde est¨¢n hasta nueva orden, salvo traslado directo al matadero.

As¨ª, quedan reducidos a cero el negocio de 2.000 tratantes de ganado y la exportaci¨®n de la caba?a nacional, mientras se electrocuta a la de origen brit¨¢nico o a aquellos animales franceses que han estado en contacto con los procedentes del otro lado del Canal de la Mancha. M¨¢s de 50.000 animales han sido sacrificados a toda prisa, en funci¨®n de estos criterios. El Gobierno ha prometido pagar a los propietarios 5.000 francos (125.000 pesetas) por cada bovino abatido y 500 francos (12.500 pesetas) por cada oveja. Francia cuenta en total con 600.000 explotaciones ganaderas.