Onaindia dice que en sus memorias laten la madre y el choque de tradici¨®n y modernidad
Mario Onaind¨ªa, presidente del PSE-EE de ?lava, reconoci¨® ayer que al releer su libro de memorias, El precio de la libertad, como si fueran una obra literaria de otro autor ha descubierto 'con gran sorpresa' que a lo largo de todo el libro laten las ideas de la madre, a quien dedic¨® la obra, y del choque entre la tradici¨®n y la modernidad.
'La madre no es real ni f¨ªsica. Aparece s¨®lo en la dedicatoria, pero mi horizonte vital est¨¢ determinado por ella', explic¨®. Onaind¨ªa (Bilbao, 1948) encuentra que el choque de la tradici¨®n con la modernidad se sucede en las p¨¢ginas de sus memorias desde los juegos de la infancia en Lekeitio y la vida en Eibar, y se repiti¨® a?os m¨¢s tarde, en su condena en la c¨¢rcel de C¨¢ceres.
El precio de la libertad abarca los recuerdos de Onaind¨ªa desde que era un ni?o hasta que en 1977 abandon¨® la prisi¨®n con 29 a?os y repasa en ellos las circunstancias que le llevaron a militar en ETA, lo que le cost¨® la condena a muerte en el proceso de Burgos y, tras ser conmutada la pena, ocho a?os de prisi¨®n.
Eduardo Uriarte, amigo del autor, como ¨¦l condenado en el proceso de Burgos, y citado con profusi¨®n en las p¨¢ginas de El precio de la libertad, present¨® el libro de memorias como un ejercicio de 'sinceridad' y 'honestidad al tratar a las personas'. Onaind¨ªa ha logrado, destac¨® Uriarte, unir la valent¨ªa con la subjetividad de unas memorias, que constituyen la 'intrahistoria de lo que ocurri¨® aquellos a?os'.
Esas experiencias de juventud, record¨® Onaind¨ªa, le educaron para afrontar una situaci¨®n complicada y traum¨¢tica. 'No s¨¦ si una generaci¨®n, pero mis amigos y yo desde que salimos de la c¨¢rcel hemos estado luchando por la libertad', asegur¨®.
El pol¨ªtico socialista a?adi¨® que en las p¨¢ginas de sus memorias no trat¨® de acercarse a la realidad, sino a la forma en la que vivieron aquellos a?os un grupo de personas. 'No es el final de nada', precis¨® el autor, 'sino el comienzo de una generaci¨®n que empieza a reivindicar cierta memoria hist¨®rica'.
Mala conciencia
Onaind¨ªa se pregunt¨® a s¨ª mismo si tiene mala conciencia por su militancia en ETA. 'No estoy muy convencido de que fuera un precedente de la ETA actual. Si lo fue de Euskadiko Ezkerra y de una serie de personas que evolucionaron hacia cosas m¨¢s abiertas y democr¨¢ticas', apunt¨®.
'Ha habido distintos pasos en el proceso de degenaraci¨®n de ETA, y el m¨¢s importante no se produjo en el 77 o el 80. Es m¨¢s importante la detenci¨®n de la c¨²pula en Bidart en 1992, cuando ETA consider¨® que el enemigo no es el Estado, sino aquellos vascos que legitiman el Estado en Euskadi, es decir, la autonom¨ªa y la Constituci¨®n. Se convierte en un organizaci¨®n abiertamente fascista, no s¨®lo terrorista en sus medios', a?adi¨®.
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