Los dominios del gallipato
El 'Pleurodeles waltl', un anfibio parecido al trit¨®n, encuentra en la Sierra de Loja su h¨¢bitat ideal
Se requiere paciencia y atenci¨®n. Y aunque el excursionista se arme de estas cualidades nada le garantiza que consiga ver un gallipato. Son estos bichos t¨ªmidos y, literalmente, escurridizos. Muchos lugare?os opinan incluso que bastante 'feos'. Pero en sus espor¨¢dicas apariciones se han convertido en el mayor atractivo biol¨®gico de la granadina Sierra de Loja.
A pesar de que su nombre invita a imaginar una monstruosa ave de corral, el gallipato es un inofensivo anfibio. 'Su nombre cient¨ªfico es Pleurodeles waltl, puede medir hasta 20 cent¨ªmetros y es parecido a un trit¨®n', explica el bi¨®logo Pedro Lanza, concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Loja.
Este anfibio de la familia de las salamandras -de color verde parduzco, con cabeza plana, patas cortas y cola m¨¢s larga que el cuerpo- pasa la mayor parte del d¨ªa escondido bajo las piedras y el limo de las charcas. Al anochecer despliega su mayor actividad. Es entonces cuando caza, 'tanto dentro como fuera del agua', advierte el bi¨®logo. Carn¨ªvoro, se alimenta de peque?os invertebrados e, incluso, no duda en zampase a cong¨¦neres de menor tama?o.
Su poblaci¨®n se concentra en el sur de la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica y en el norte de ?frica. Y en la Sierra de Loja, a unos 50 kil¨®metros de la capital granadina, ha encontrado las condiciones ideales para vivir y reproducirse.
Su h¨¢bitat m¨¢s conocido es el llamado Charco del Negro, en pleno coraz¨®n del macizo loje?o, a casi 1.500 metros de altitud. Andr¨¦s Ortega, buen conocedor de la zona y gu¨ªa en esta excursi¨®n, relata que esta charca cristalina se forma naturalmente todos los a?os con el agua procedente de las lluvias. Desde tiempo inmemorial, recuerda Andr¨¦s, 'ha sido utilizada por los ganaderos de la zona para dar de beber a sus ovejas y en su d¨ªa la usaron las canteras de m¨¢rmol existentes en la sierra'. Jos¨¦ Mart¨ªn, guarda del coto municipal de caza de Loja, asegura que tambi¨¦n abrevan en la charca las cabras monteses.
El cielo ha sido generoso este invierno y el Charco del Negro presentaba ayer un aspecto rebosante. Sin embargo, los excursionistas, a pesar de que prestaron paciente atenci¨®n en las orillas, no consiguieron atisbar al esquivo gallipato. Se conformaron en este lugar con indicios de su presencia: la primavera es ¨¦poca de celo y las hembras han depositado, arracimados en collares, cientos de huevos sobre las algas.
M¨¢s fortuna corrieron los excursionistas en otra charca, conocida como Fuente Alta. Dista unos tres kil¨®metros del Charco del Negro, muy recomendables de recorrer a pie a pesar de lo abrupto del terreno. La mismas lluvias que este a?o han llenado las charcas han dotado a la Sierra de Loja de un esplendor inusual. El t¨ªpico paisaje pedregoso y desolado de estos montes est¨¢ salpicado en esta ¨¦poca por el verde intenso de los piornos, el amarillo de los campos de narcisos y el luto de los gamones, 'una planta muy com¨²n en la zona que da una flor arom¨¢tica muy parecida a los lirios', indica Andr¨¦s.
Si en Fuente Alta los excursionistas lograron por fin su objetivo de ver un gallipato fue gracias a las expertas y an¨®nimas manos de dos naturalistas que realizan los estudios previos a la instalaci¨®n de una estaci¨®n e¨®lica en la serran¨ªa. Viento que mueva los molinos sobra.
Macho en celo
El ejemplar capturado fue un enorme y encelado macho. ?C¨®mo se distingue? Los excursionistas aprendieron que los gallipatos macho desarrollan durante la ¨¦poca de apareamiento unas grandes y oscuras rugosidades en las patas delanteras denominadas callos nupciales. Su cometido es poder aferrarse con fuerza a la hembra durante el apareamiento.
Pudieron comprobar que este anfibio es de movimientos torpes fuera del agua y supieron tambi¨¦n que la cola del macho es m¨¢s ancha que la de la hembra y que durante la ¨¦poca de reproducci¨®n presenta llamativas pintas amarillas.
Por fortuna, no probaron en sus propias carnes las t¨¢cticas defensivas del gallipato. Los naturalistas explicaron que estos animales, cuando se sienten amenazados, pueden hacer sobresalir sus punzantes costillas para hincarlas en la piel o la boca de sus depredadores.
Poniente tur¨ªstico
- D¨®nde. El Charco del Negro se encuentra en la Sierra de Loja, a unos 22 kil¨®metros del casco urbano de este municipio granadino. Hasta el paraje se llega en coche a trav¨¦s del camino de Los Pinos una estrecha y empinada vereda sin asfaltar en la que se debe conducir con prudencia, ya que discurre junto a cortados. Tanto el camino como el Charco del Negro han sido se?alizados por el consorcio Poniente Granadino, entidad de promoci¨®n tur¨ªstica de la comarca. Hasta Loja se llega desde Granada o M¨¢laga por la A-92. Una vez en la localidad hay que dirigirse hacia cuartel de la Guardia Civil, donde se inicia la citada vereda de Los Pinos. - Cu¨¢ndo. Ahora. La mejor ¨¦poca es la primavera, porque las charcas est¨¢n a rebosar por las lluvias y el gallipato est¨¢ en plena reproducci¨®n. La peor es a finales de verano. A pesar de que el Charco del Negro tiene unos cuatro metros de profundidad casi se seca por completo en agosto. Dentro de un mes, aproximadamente, eclosionar¨¢n los huevos y las charcas se llenar¨¢n de larvas de gallipato. - Alrededores. Los 16 municipios que forman el Poniente ofrecen innumerables atractivos tur¨ªsticos. En Loja, deguste los t¨ªpicos roscos dulces. Muy recomendables los de la confiter¨ªa La Inmaculada. - Y qu¨¦ m¨¢s. Para m¨¢s informaci¨®n: Consorcio para el desarrollo rural del Poniente granadino. (958 327005).
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