Atra¨ªdos por la crisis

Lo m¨¢s ir¨®nico de la decisi¨®n de Marks & Spencer de echar el cierre a su negocio por el descenso de las ventas es que ayer, 24 horas despu¨¦s del anuncio, su tienda m¨¢s grande estaba abarrotada. Un gran n¨²mero de clientes, la mayor¨ªa convencidos de que el cierre era sin¨®nimo de liquidaci¨®n de existencias, tom¨® uno de los establecimientos m¨¢s emblem¨¢ticos de la firma brit¨¢nica en Espa?a, el de la calle Serrano de Madrid, en busca de la ganga textil. Los empleados afrontaron un d¨ªa de mucho trabajo con el peso de la incertidumbre a sus espaldas. 'No damos abasto', indic¨® Mila Serrano, una dependienta. 'Todo el mundo est¨¢ muy mal, pero la gente aqu¨ª es muy profesional'.

No puede evitar emocionarse cuando una clienta de toda la vida le pregunta qu¨¦ va a pasar con los trabajadores. Mila Serrano lleva 25 a?os como dependienta de la misma tienda. Primero, cuando el establecimiento se llamaba Celso Garc¨ªa, despu¨¦s, cuando lo compr¨® el grupo H Capital y, desde hace diez a?os, trabaja para Marks & Spencer. Entr¨® con 18 a?os y ya tiene 43. '?Ahora qu¨¦ hago? ?A d¨®nde voy yo, con 40 a?os, a encontrar otro trabajo?'.

La firma brit¨¢nica anunci¨® el jueves que cerrar¨¢ todas sus tiendas en la Europa continental antes de 2002 por la ca¨ªda de las ventas. La medida significa el despido irremediable de los 786 trabajadores que Marks & Spencer emplea en Espa?a. La ¨²nica soluci¨®n ser¨ªa que otra compa?¨ªa comprara el negocio y pagara sus salarios. 'Queremos que nos compren para seguir trabajando', reivindicaba otra de las afectadas, Mar¨ªa Teresa C¨¢rdenas.

La salida de la venta tampoco levanta los ¨¢nimos de una plantilla formada en su mayor¨ªa por mayores de 40 a?os poco optimistas de encontrar otro empleo y algunos matrimonios que ven c¨®mo el cierre agotar¨¢ sus fuentes de ingresos. 'Con nuestra edad, ninguna empresa querr¨¢ contratarnos cuando puede tener empleados m¨¢s j¨®venes y pagarles menos', a?ad¨ªa. 'Quiz¨¢s alguien compre el edificio, pero ?tambi¨¦n cargar¨¢ con los bichitos que estamos dentro?', se preguntaba C¨¢rdenas.

Los representantes sindicales quieren arrancar de Marks & Spencer un compromiso que garantice sus condiciones laborales futuras -en caso de que las tiendas se vendan-, e indemnizaciones respetables, si cierran. Conf¨ªan en una respuesta de Londres la semana pr¨®xima. 'Esperamos con calma', dec¨ªa C¨¢rdenas.

Buscar tranquilidad era misi¨®n imposible ayer en la tienda de cuatro pisos que Marks & Spencer tiene en la calle Serrano, con colas frente al probador y llamadas urgentes a los empleados para que acudieran a ayudar en las cajas de cobro. Pilar Rodr¨ªguez, con dos d¨¦cadas de antig¨¹edad en su expediente, no hab¨ªa visto la tienda tan llena desde las Navidades pasadas. 'Los clientes est¨¢n viniendo en masa, porque creen que hay promociones', se?ala. 'El anuncio del cierre se ha convertido en un reclamo de forma involuntaria'.

Los precios, no obstante, eran los mismos de siempre. 'Me he enterado de que iban a cerrar y he venido a ver si encontraba alguna ganga, pero todo est¨¢ igual', explicaba Mar¨ªa Dolores, una clienta, a la salida de la tienda. En el interior, Rodr¨ªguez y C¨¢rdenas tem¨ªan que tanto ir y venir de tarjetas de cr¨¦dito acabe con las existencias del establecimiento antes de la fecha l¨ªmite para el cierre definitivo.