'Tengo ganas de irme para comprobar si el Bar?a es m¨¢s que un club'
Pep Guardiola (Santpedor, 1971) dejar¨¢ el Bar?a en junio para jugar en un equipo extranjero. Quiz¨¢ porque cuesta demasiado hacerse a la idea, el barcelonismo va dando vueltas a la decisi¨®n anunciada por el capit¨¢n azulgrana. No hay marcha atr¨¢s. Porque hoy el club no puede ofrecerle nada que le haga cambiar de opini¨®n. Valent¨ª Guardiola, su padre, resume la situaci¨®n en una frase: 'Pep s¨®lo ha vivido en can Bar?a y tiene la ilusi¨®n de vivir otra cosa'. Ya liberado, ahora est¨¢ angustiado, no por nada, y menos por el qu¨¦ dir¨¢n, sino porque no acierta todav¨ªa a adivinar un futuro que los dem¨¢s ya le han pintado y tambi¨¦n porque necesita reencontrarse con la pelota, el campo y la hinchada azulgrana, para convencerla de que Guardiola se ha ganado la credibilidad suficiente para que nadie ponga en duda que no se va por dinero, ni por falta de cari?o, ni por otra cosa que no sea la necesidad de experimentar nuevas sensaciones.
'No tengo ning¨²n contrato con otro club, sino que me he tirado a la piscina sin mirar si hab¨ªa agua; s¨¦ que me faltar¨¢n muchas cosas, pero ahora me puede m¨¢s la curiosidad y la ansiedad por conocer otra ciudad, otro club, otro f¨²tbol'
Pregunta. A juzgar por lo que cuentan los diarios, lo que se escucha en la radio y se ve en la televisi¨®n, m¨¢s que tratar sobre un adi¨®s, se le est¨¢ haciendo una necrol¨®gica. ?No le parece?
Respuesta. S¨ª, parezco un muerto resucitado. Voy a seguir jugando. Bueno. Agradezco el tratamiento que se me ha dado. Pensaba que mi decisi¨®n tendr¨ªa un cierto impacto, pero no que ser¨ªa el tema de apertura de los informativos ni motivo de portadas y editoriales. Hay, eso s¨ª, ciertos comentarios que tambi¨¦n me han molestado, por ejemplo que se diga que ya tengo un contrato firmado con otro club.
P. ?Y usted todav¨ªa no sabe d¨®nde jugar¨¢ el pr¨®ximo curso?
R. No. Yo me he tirado a la piscina sin mirar si hab¨ªa agua. Antes que pensar que es una cuesti¨®n personal, quiero creer que los futbolistas hemos perdido credibilidad y por eso se sospecha de nuestras decisiones. Pueden hacerme reproches sobre si ha sido el momento m¨¢s oportuno o no para anunciar mi decisi¨®n, de la misma manera que puedo contestar que para decir algo como lo que he dicho nunca es un buen momento.
P. Puede que se le acuse de desestabilizar al equipo.
R. En este supuesto, merezco una amonestaci¨®n, la tarjeta amarilla, pero no la expulsi¨®n, porque habr¨¢ sido la primera vez que una decisi¨®n personal puede influir en el discurrir del equipo.
P. ?Hoy, en cualquier caso, no le pesa el anuncio de su decisi¨®n de dejar el Barcelona?
R. Me siento bien, contento, satisfecho, sobre todo porque la gente del vestuario me quiere. Me refiero a gente como ?ngel Mur [fisioterapeuta]. Me supo escuchar en los malos momentos y me di cuenta de que es cierto que los mayores secretos de un equipo descansan en la camilla del masajista. Me han tratado de maravilla.
P. ?Ha pesado m¨¢s en su decisi¨®n la aventura de irse que la comodidad de quedarse?
R. Ser capit¨¢n del Bar?a no es nada c¨®modo. Debes permaneces siempre con los ojos bien abiertos. Un actitud c¨®moda hubiera sido aceptar la propuesta de renovaci¨®n que me hizo el presidente antes de que me operaran del tobillo, al principio de la temporada. Entonces, sin embargo, ya ten¨ªa alguna cosa clara, aunque ninguna decisi¨®n tomada, porque entraba en un quir¨®fano. Pensaba que si volv¨ªa a jugar, la posibilidad de una aventura pesar¨ªa m¨¢s que cualquier otra cosa.
P. ?Ha dejado de disfrutar jugando en el Bar?a hasta el punto de que ahora lo estaba pasando mal?
R. He procurado centrarme en el trabajo y aislarme de cuanto envuelve al Bar?a, y as¨ª me lo he pasado y me lo paso bien jugando al f¨²tbol y sin f¨²tbol. Hoy, por ejemplo, cuando me he levantado he visto el sol y he sonre¨ªdo, para acto seguido decirme: echar¨¢s en falta el sol seg¨²n ad¨®nde vayas. No me he ido y ya tengo a?oranza. Yo s¨¦ que me faltar¨¢ el sol y muchas otras cosas, pero ahora me puede m¨¢s la curiosidad y la ansiedad por conocer otro mundo, otra ciudad, otro club, otro equipo, otro f¨²tbol.
P. ?Qu¨¦ otro f¨²tbol m¨¢s singular y que ni pintado para usted que el del Barcelona?
R. ?ltimamente me ha interesado especialmente lo que ha dicho Didier Deschamps. Hay que escucharle porque es un referente del f¨²tbol franc¨¦s que ha ganado el Mundial y la Eurocopa. Deschamps vino a decir que le gustaba como jugaba la selecci¨®n espa?ola, pero que no sab¨ªa si ser¨ªa capaz de ganar un campeonato de primer orden. Y para dar una salida, record¨® que Francia se hab¨ªa propuesto una prioridad antes de afrontar cualquier torneo: defender bien, de manera que fuera muy dif¨ªcil marcarle un gol, y as¨ª llegaron al fin del mundo. Yo no tengo esa cultura futbol¨ªstica.He tenido muchos entrenadores y pocos me han ense?ado, por ejemplo, a defender. Y si continuara aqu¨ª, dif¨ªcilmente encontrar¨ªa una respuesta a mi inquietud futbol¨ªstica. Quiero tener una visi¨®n m¨¢s amplia o menos sectaria del juego, moverme. Pienso en equipos y en ciudades que me gustan. De momento, sin embargo, todav¨ªa no tengo nada para poder decir s¨ª o no.
P. Han cambiado sus referentes, sus aspiraciones, su forma de entender el f¨²tbol y la vida.
R. Mi reacci¨®n concuerda un poco con los tiempos que corren. Hoy tenemos prisa por ir al cine y cuando estamos en la sala ya queremos que acabe la pel¨ªcula para ir a cenar, y cuando estamos comiendo pensamos en ir a dormir. Todo va muy r¨¢pido y exige una cierta movilidad. Quiz¨¢ es uno de los motivos que me animan a cambiar. A veces no sabemos lo que queremos ver o tener. Voy a poner un ejemplo. Frente al Liverpool nos acusaron de que tuvimos miedo, y para m¨ª es una acusaci¨®n que causa frustraci¨®n. Pueden decirnos que no supimos c¨®mo romper la defensa inglesa, pero no que no atacamos, porque es lo ¨²nico que sabemos hacer. Conclusi¨®n: ni con el paso del tiempo hemos conseguido que nos entiendan. En el mundo no hay un equipo tan ofensivo como el Barcelona.
P. Tanto por sus palabras como por el significado que se ha dado a su marcha, se interpreta que el estilo de juego del Barcelona est¨¢ en entredicho, como si necesitara una revisi¨®n y los conceptos del medio centro y los extremos fueran superados por el nuevo f¨²tbol moderno.
R. Puede decirse que este tipo de f¨²tbol est¨¢ en desuso. El f¨²tbol camina en otra direcci¨®n. Para ganarle a Francia, por ejemplo, hay que jugar de una forma diferente a la que cre¨ªamos, hay que estar mentalizado para que no te metan un gol. Y yo quiero probar c¨®mo se hace eso, aprender. Hoy el f¨²tbol es muy parecido en todas partes, aunque hay matices a la hora de jugarlo.
P. ?No deja al Barcelona hu¨¦rfano y en un proceso de renovaci¨®n muy delicado?
R. Nunca me he sentido un futbolista tan decisivo como para pensar que mi salida pueda causar un serio trastorno a la instituci¨®n. El club tiene una tradici¨®n, una historia, que est¨¢ muy por encima de cualquier decisi¨®n individual. Y por lo que se refiere al equipo, est¨¢ Xavi.
P. Xavi puede ser su sustituto natural en la cancha, pero hay serias dudas sobre qui¨¦n hereder¨¢ el brazalete de capit¨¢n y cargar¨¢ con el simbolismo que representaba para el barcelonismo.
R. Yo no llegu¨¦ al Barcelona de peque?o para ser un s¨ªmbolo. Me he creado mi propia historia, la he vivido, y no me corresponde evaluar el papel que se me adjudica. Me espanta esa palabra, s¨ªmbolo, pero soy consciente de que la llevo puesta en la espalda. A m¨ª lo que me gustar¨ªa es que la gente se quedara con el registro Guardiola, con una manera de ser, con un personaje que sea cre¨ªble y que, por encima de cualquier cosa, siempre procur¨® ser coherente. Nada m¨¢s.
P. ?Ya no cree que el Barcelona es m¨¢s que un club?
R. Tengo ganas de irme precisamente para comprobar si el Barcelona es m¨¢s que un club. Quiero comparalo, ver en otra entidad c¨®mo es la relaci¨®n entre la prensa y la instituci¨®n, conocer la movilidad social y la capacidad de convocatoria, constatar el contacto entre el jugador y la hinchada. Estoy seguro de que entonces tendr¨¦ una opini¨®n m¨¢s contrastada al respecto.
P. Hay quien piensa que s¨®lo est¨¢ capacitado para jugar en el Bar?a, que es un futbolista sobredimensionado y que se ha rodeado de un envoltorio catal¨¢n que le protege de la cr¨ªtica: Llu¨ªs Llach, Mart¨ª Pol, Ariadna Gil, Toni Mir¨®. ?Irse al extranjero sirve tambi¨¦n para romper la imagen de personaje rampl¨®n que pueda tener para algunos?
R. No he tomado una decisi¨®n para que la gente cambie la imagen que pueda tener de m¨ª. No estar¨ªa nada bien que a todo el mundo le gustara lo que hago. Es cierto, en cualquier caso, que determinadas reacciones sobre mi proceder me han obligado a ser m¨¢s prudente y discreto.
P. ?A qu¨¦ viene esa voracidad azulgrana, esa capacidad de autodestrucci¨®n, de devorar a sus propios hijos?
R. A m¨ª no me ha comido el club. Ni siquiera s¨¦ lo que me ofrec¨ªa la directiva para renovar mi contrato. Todo es m¨¢s sencillo. Dejo el Barcelona y ya est¨¢.
P. ?Y su esposa, Cristina, qu¨¦ piensa del asunto?
R. Ella todav¨ªa est¨¢ m¨¢s convencida que yo. No habr¨ªa tomado la decisi¨®n sin su complicidad. He meditado el caso, le he dado muchas vueltas, y hoy sigo pensando que llegu¨¦ a la mejor conclusi¨®n.
P. Adem¨¢s del sol, ?qu¨¦ echar¨¢ en falta de Barcelona?
R. A mi gente y el clima. He vivido toda mi vida con sol. El mar, en cambio, s¨¦ que lo he tenido al lado, que est¨¢ ah¨ª, pero no es una prioridad. O al menos no me lo parece.
P. Francamente, no cuesta imagin¨¢rselo en Londres, en Par¨ªs, en Mil¨¢n, quiz¨¢ porque se le supone un hombre interesado por el f¨²tbol, pero tambi¨¦n por la vida. Pero cuesta mucho verle como un futbolista d¨®cil, sin su expresividad desbordante o incluso sin su intervencionismo a veces mal entendido.
R. Yo tambi¨¦n me pregunto ahora c¨®mo voy a reaccionar en un equipo y en un club que no conozco. Me digo que si es muy diferente a lo que pienso, deber¨¦ intervenir menos, ser m¨¢s comedido, estar atento. Si yo he sido un jugador intervencionista en el Barcelona es porque defend¨ªa lo que quer¨ªa el entrenador, lo que le apetec¨ªa ver a la afici¨®n y c¨®mo pretend¨ªa jugar el equipo. Era una especie de compromiso. Soy consciente de que a patir de ahora deber¨¦ ser m¨¢s d¨²ctil, pero tambi¨¦n dudo que pueda perder ciertos h¨¢bitos o formas de comportarme. Para m¨ª es una inc¨®gnita. Voy a probarme tambi¨¦n en este campo, cosa interesante. Tengo muchas cosas por hacer.
P. ?C¨®mo lleva la lectura y el cine, dos de sus grandes aficiones, junto con el golf?
R. Hace mucho que no leo, lo que se entiende por leer un libro, porque tengo a Mar¨ªa, mi hija de tres meses. Cuando estoy en casa, le dedico todo el tiempo que puedo. Mis prioridades han cambiado con el nacimiento de mi hija. Mi primera prioridad es Mar¨ªa. Antes pensaba m¨¢s en el pr¨®ximo rival, en c¨®mo afrontar el partido, en qu¨¦ deb¨ªamos hacer para ganar, en la resaca del encuentro anterior. Masticaba m¨¢s el f¨²tbol y tambi¨¦n procuraba distraerme en otras cosas y dar tiempo a cuestiones que me interesaban. Ahora mi vida ha cambiado. He reducido las salidas, ya no juego tanto al golf, leo menos. Voy a recuperar todo eso con el tiempo, porque me sigue gustando leer, ir al cine o a un concierto, jugar al golf. Pero ahora me encanta mirar a mi hija. Incluso cuando duerme. Duerme tan bien que me da miedo despertarla. Me encanta estar en casa con los m¨ªos.
P. Hablando de golf, ?qu¨¦ opini¨®n tiene de Tiger Woods?
R. Me causa una admiraci¨®n terrible por la unanimidad que ha conseguido. Nadie discute su jerarqu¨ªa. Creo recordar que fue Alfredo di St¨¦fano quien dijo que en la d¨¦cada de los sesenta los buenos siempre ganaban a los malos, pero que ahora alguno malo puede ganar a uno bueno. Con Woods, sin embargo, eso no ocurre. Gana a los buenos y tambi¨¦n a los menos buenos. A efectos medi¨¢ticos es el sucesor de Michael Jordan.
P. Jordan ha sido siempre su gran ¨ªdolo. Hay ciertos indicios que apuntan a la posibilidad de que vuelva a jugar.?C¨®mo lo ve?
R. A m¨ª, personalmente, como a muchos otros, me gustar¨ªa que volviera a jugar al baloncesto, pero es una persona muy inteligente y creo que al final decidir¨¢ que no.
P. Los regresos acostumbran a ser delicados, al igual que las despedidas. ?A usted c¨®mo quiere que le despida el barcelonismo?
R. No quiero parafernalias ni que retiren mi camiseta, sino decir adi¨®s a la gente y que la gente pueda decirme adi¨®s. Y respecto al futuro, me gustar¨ªa volver, pero no s¨¦ si estar¨¦ capacitado para hacer otras cosas.
P. Hay personas con ascendiente en el club, como es el caso de Antoni Ramallets, que han declarado: 'A rey muerto, rey puesto. Apruebo su decisi¨®n porque sus argumentos tendr¨¢. Me sabe mal como barcelonista y lamento su marcha. Sin embargo, vamos a ver si ahora mete la pierna' (Sport). ?Qu¨¦ tiene que decirle a Ramallets y a los barcelonistas que piensan como el ex portero internacional azulgrana?
R. Que tienen la gran oportunidad de comprobar si meto la pierna o no acudiendo al estadio a presenciar cuantos partidos quedan en litigio.
P. Habr¨¢ tenido tambi¨¦n alguna llamada sorprendentemente agradable o con la que no contaba...
R. He recibido las que esperaba y el tono tambi¨¦n ha sido m¨¢s o menos previsible. Hubo una, sin embargo, que me caus¨® impacto: el interlocutor, cuyo nombre me reservo, se me puso a llorar. Me sorprendi¨®. Nunca cre¨ª que mi partida pod¨ªa provocarle tal reacci¨®n.
P. Incluso se ha pronunciado el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, quien ha dicho de usted: 'Es un s¨ªmbolo de Catalu?a. Le echar¨¦ mucho de menos' (La Vanguardia). Pujol tambi¨¦n ha anunciado que no aspira a la reelecci¨®n. ?Qu¨¦ le parece?
R. Parec¨ªa que Catalu?a y Pujol estaban tan unidos que no pod¨ªan desligarse. Formaban parte del mobiliario. Habr¨¢ que ver c¨®mo evoluciona el pa¨ªs catal¨¢n, sobre todo en unos momentos en que parece haber un nacionalismo espa?ol ascendente y Madrid est¨¢ muy fuerte. Me interesa saber c¨®mo va a evolucionar todo. Y lo voy a seguir desde donde est¨¦. Estar¨¦ muy en contacto con mi gente, y adem¨¢s, ahora est¨¢ Internet. Navegando sabes de muchas cosas. Me interesa el asunto, de la misma manera que entiendo que a mucha gente no le debe de interesar mi opini¨®n.
P. Tambi¨¦n se ha sabido que la Moreneta es blanca. Los iconos catalanes provocan chascarrillos en otros sitios.
R. Espero que no me comparen con la Moreneta. Es otra cosa.
P. No, pero es evidente que con su despedida se cierra un ciclo en el Barcelona, una manera de entender el barcelonismo, y puede ser tambi¨¦n el final del jugador de equipo por excelencia. Despu¨¦s de cambiar de presidente [N¨²?ez] y de entrenador [Van Gaal] y de perder a su estrella [Figo], ahora se despide el capit¨¢n y tambi¨¦n se anuncia el fin de una manera determinada de jugar al f¨²tbol. ?No han ca¨ªdo demasiadas cosas a la vez?
R. Cuando hay un cambio en la presidencia, es l¨®gico que haya mucho movimiento. Lo ocurrido con Figo creo que todav¨ªa no se ha superado, pero s¨ª que se ha asumido. Y respecto a mi marcha, tambi¨¦n se asimilar¨¢. Y pronto. La vida va muy r¨¢pida.
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