Un comprador sin fronteras
Chris Gent ha convertido Vodafone en l¨ªder mundial de m¨®vil
Chris Gent se ha ganado la fama de empresario pragm¨¢tico y con cierto aire de megal¨®mano. 'No soy un tibur¨®n desaprensivo', suele alegar en su defensa el presidente de Vodafone. Pero, en cuatro a?os, ha multiplicado por cuatro el tama?o de su compa?¨ªa, a base de comprar competidores sin miramientos, y la ha convertido en la mayor operadora de telefon¨ªa m¨®vil del mundo. Gent, amante de los deportes y conservador en pol¨ªtica, acometi¨® ayer otra de sus grandes adquisiciones -la compra de las inversiones de su rival BT en Espa?a y Jap¨®n- en una muestra m¨¢s de su conocida ambici¨®n.
A sus 52 a?os, el jefe de Vodafone es un magnate fuera de lo com¨²n. Gana 4,5 millones de libras al a?o (1.200 millones de pesetas) y los que le conocen dicen de ¨¦l que es el t¨ªpico caballero ingl¨¦s: educado, con un buen sentido del humor y extravagante en su justa medida. Viste igual que cuando el Partido Conservador brit¨¢nico le encumbr¨® al frente de su secci¨®n de j¨®venes en tiempos de Margaret Thatcher, aunque se lleva mejor con el ex primer ministro John Major. En realidad, Gent estaba destinado a la pol¨ªtica, pero a los 25 a?os dio un vuelco a su vida y se decidi¨® por los negocios.
Empez¨® a trabajar en Vodafone en 1985 y en seguida se gan¨® la simpat¨ªa del fundador, Sir Gerald Whent, que le convirti¨® en su protegido. Bajo la presidencia de Gent, que comenz¨® en 1997, Vodafone ha cerrado las dos mayores operaciones acometidas en la industria de las telecomunicaciones.
En junio de 1999, Gent arrebat¨® a Bell Atlantic su filial de telefon¨ªa m¨®vil, Airtouch. Cerr¨® la operaci¨®n a trav¨¦s del m¨®vil, mientras jugaba un partido de cricket -su afici¨®n preferida, junto al tenis y contar historias- en Australia. Despu¨¦s, convenci¨® a Bell Atlantic para establecer una joint venture en Estados Unidos.
Pero la mayor osad¨ªa de Gent fue lanzar una oferta hostil sobre Manesmann, la operadora m¨¢s popular en Alemania, que se concret¨® en ¨¦xito en febrero del a?o pasado tras obtener el apoyo de uno de los accionistas mayoritarios, la francesa Vivendi. A cambio, para satisfacer a las autoridades de la competencia, Vodafone se desprendi¨® de Orange, la operadora de telefon¨ªa m¨®vil brit¨¢nica adquirida por Manesmann en 1999. 'Mi arma no es la hostilidad', dijo entonces Gent. 'Decidimos hacer el trato, porque era irresistible tanto en t¨¦rminos l¨®gicos como de estrategia'. No parec¨ªa muy consciente de la magnitud de lo que acaba de conseguir. Esta operaci¨®n le vali¨® el m¨¦rito de ser, por unos meses, el hombre m¨¢s odiado en Alemania, pero dobl¨® el tama?o de su compa?¨ªa y le otorg¨® una posici¨®n de dominio apabullante.
Nadie sabe con certeza c¨®mo Gent y sus colegas lograron el milagro en Vodafone, una compa?¨ªa que surgi¨® de las cenizas del antiguo imperio Racal Electronics a mediados de la d¨¦cada de los ochenta y que ahora cuenta con m¨¢s de 83 millones de clientes en 28 pa¨ªses de todo el mundo.
Lo primero que hizo Gent cuando ocup¨® el sill¨®n de la presidencia de Vodafone fue rodearse de un poderoso equipo de directivos. Lo segundo, lanzarse a una serie de compras sin freno con el objetivo de que la marca de su empresa se paseara por todo el mundo. En esta estrategia, Gent ha sido la ant¨ªtesis de Iain Vallance, que acaba de dimir al frente de BT. Mientras el primero se ha centrado en el boyante negocio de la telefon¨ªa m¨®vil, el segundo ha diversificado los negocios de BT, que ha alcanzado una deuda de 30.000 millones de libras.
La cualidad m¨¢s destacable de Gent, comentan los que le conocen, es su fr¨ªo pragmatismo. Durante la dura batalla para hacerse con Mannesmann, la ¨²nica queja que sali¨® de sus labios fue que el presidente de la operadora alemana, Klaus Esser, se hab¨ªa tomado la oferta hostil como algo personal y no 'en t¨¦rminos puramente econ¨®micos'.
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