La sala Caracol decide permanecer cerrada, pero luchar¨¢ por la reapertura
Los due?os buscan locales para los conciertos
Mientras, para dar a conocer el problema que el cierre les causa, los responsables convocaron ayer tarde una rueda de prensa con la intenci¨®n de informar de cu¨¢l es el estado en que se encuentran el expediente y la licencia de la sala ante la justicia y la Administraci¨®n municipal. Adem¨¢s, han convocado para las once de la ma?ana de hoy, viernes, una concentraci¨®n en la plaza de la Villa, tras la finalizaci¨®n de la Comisi¨®n de Gobierno que preside semanalmente el alcalde, Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano.
Ricardo Ib¨¢?ez Castresana, representante legal de Navef¨¦nix, SL, la empresa que explota la sala, asegur¨® que no existe notificaci¨®n expresa del cierre por parte del Ayuntamiento. Sin embargo, s¨ª se hab¨ªa precintado su acceso en ausencia de los responsables de la sala. La interpretaci¨®n de dos puntos de la licencia, calificada como 'at¨ªpica' por el letrado, parece el origen de todo el conflicto, que viene coleando desde enero de 1996, fecha en la que la sala pas¨® a ser de los actuales propietarios. Se le consent¨ªa entonces a Caracol un aforo de 35 personas, y entre sus actividades constaba la de 'difusi¨®n de todo lo relacionado con la m¨²sica popular', algo que Ib¨¢?ez 'nunca hab¨ªa visto para ning¨²n otro local de similares caracter¨ªsticas'.
En 1996 la sala acometi¨®, seg¨²n record¨® ayer su abogado, una serie de reformas de insonorizaci¨®n y seguridad con las que luego pidi¨® un cambio de licencia que le permitiera ampliar su aforo para acoger una persona por metro cuadrado (la pista de la sala es de 349 metros cuadrados) y a realizar todo tipo de conciertos. Hubo entonces, seg¨²n el representante legal, 'unos intentos de negociaci¨®n con el Ayuntamiento para acelerar el tr¨¢mite de licencia, llegando al contencioso-administrativo 1319/96, a¨²n sin resoluci¨®n definitiva'.
El pasado mes de febrero se recibi¨® el pleito a prueba y en las alegaciones que la sala tuvo que hacer figuraba la de llamar como testigos a dos de las primeras propietarias de la sala, Piedad y Roc¨ªo Aguirre, hermanas de Esperanza Aguirre (actual presidenta del Senado y ex concejal de Ayuntamiento de Madrid) cuando se concedi¨® aquella 'licencia at¨ªpica'. A partir de ese momento volvieron los problemas y el anuncio de cierre, algo que, seg¨²n el abogado, 'no entend¨ªa por qu¨¦ lo hac¨ªan ahora y con tanta prisa, y no hab¨ªan esperado a que los jueces resolvieran el proceso'. 'Si hubiera sabido las consecuencias que citarlas como testigos nos iba a acarrear', reconoci¨® m¨¢s tarde Ib¨¢?ez, sin querer entrar en valoraciones, 'hubiera seguido otra estrategia, sin llamarlas'. Los representantes de la sala anuncian que quieren llegar hasta el final con la ley en la mano, y que, para no dar argumentos en su contra al Ayuntamiento, han suspendido toda actividad. Pero promete acciones legales, denuncias por da?os y perjuicios si el contencioso-administrativo les da la raz¨®n y otra serie de movilizaciones populares.
Sea como fuere y mientras la justicia y la Administraci¨®n resuelven, Madrid ha perdido otro lugar para la difusi¨®n de la m¨²sica y los conciertos en directo, algo que se est¨¢ convirtiendo en una costumbre ¨²ltimamente. Adem¨¢s, deja sin trabajo, seg¨²n su director, Jos¨¦ Manuel Alonso, a 'diez familias relacionadas directamente con la sala y a otras diez indirectamente'.
Todos los conciertos programados para el mes de mayo, entre ellos un homenaje a Le?o y Rosendo, el veterano rockero madrile?o, o las sesiones de M¨²sica en Negro que organizaba el programa de Radio Nacional El Para¨ªso, para la difusi¨®n de grupos j¨®venes, han sido suspendidos y est¨¢n buscando, no sin dificultad, nuevos espacios para su celebraci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.