Cannabis para aliviar el tratamiento del c¨¢ncer
A partir de la pr¨®xima semana los onc¨®logos espa?oles podr¨¢n solicitar el derivado sint¨¦tico de la marihuana
La despenalizaci¨®n del cannabis para uso terap¨¦utico propuesta por el Parlamento catal¨¢n empieza a dar los primeros frutos. A partir de la pr¨®xima semana los onc¨®logos espa?oles podr¨¢n solicitar el derivado sint¨¦tico de la marihuana que se importar¨¢ del Reino Unido, donde ya se comercializa para aliviar los v¨®mitos inducidos por los tratamientos de quimioterapia. El Ministerio de Sanidad acaba de cerrar un acuerdo con la Generalitat de Catalu?a para simplificar los tr¨¢mites legales que permitan la compra del f¨¢rmaco, que alivia los efectos de la quimioterapia. Se estima que un 15% de los enfermos de c¨¢ncer no tolera bien el tratamiento y en estos casos estar¨ªa indicado administrar el derivado, que se comercializa con el nombre de Nabilona y cuesta 30.000 pesetas la caja. Para ello se crear¨¢ un dep¨®sito en Madrid con la cantidad suficiente para atender la demanda y se espera que a medio plazo cada hospital disponga de una reserva.
Pese a que numerosos estudios cient¨ªficos la recomiendan para suavizar los efectos de la quimioterapia, sobre esta planta pesan a¨²n muchos prejuicios que han sucumbido ante la tenacidad del Grupo ?gata, una asociaci¨®n con sede en Barcelona, formada por unas 400 mujeres afectadas de c¨¢ncer de mama. Su iniciativa hizo posible en abril pasado la aprobaci¨®n en la c¨¢mara catalana, por unanimidad, de la proposici¨®n no de ley que instaba la Administraci¨®n a autorizar su uso terap¨¦utico. Conseguido el primer objetivo, ahora se trata de que alg¨²n laboratorio se ofrezca para fabricarla en Espa?a. Tres empresas han mostrado ya inter¨¦s en comercializar el principio activo, el tetrahidrocannabinol (THC), seg¨²n el director general de Recursos Sanitarios de la Generalitat, Eugeni Sedano.
Calidad de vida
La tardanza en incorporar la marihuana a los circuitos sanitarios se debe en buena medida a que el mercado dispone desde hace una d¨¦cada de medicamentos qu¨ªmicos de segunda generaci¨®n -tales como el ondasetron, granisetron, dolasetron y tropisetron- que resultan eficaces para hacer m¨¢s llevaderas las sesiones de quimioterapia. Pero todav¨ªa queda un 15% de pacientes que no responden a estos tratamientos. Para este grupo de pacientes el cannabis constituye una alternativa natural que mejora radicalmente su calidad de vida.
El onc¨®logo del Hospital Cl¨ªnico de Barcelona Pere Gasc¨®n recuerda que hay numerosos estudios que avalan el uso terap¨¦utico de esta planta y atribuye la escasa predisposici¨®n mostrada hasta ahora por los laboratorios espa?oles para fabricarla al hecho de que los f¨¢rmacos disponibles son eficaces en la mayor¨ªa de los pacientes.
Hasta ahora, muchos de los pacientes atendidos por Gasc¨®n fuman un porro antes de acudir a la sesi¨®n de quimioterapia y llegan relajados. Las personas que no son fumadoras trocean las hojas y las disuelven en aceite (con agua no es posible), hacen una especie de compota y la dejan reposar y toman una cucharadita media hora antes del tratamiento.
Pero este sistema tiene un inconveniente. Aparte de que procurarse el cannabis en el mercado ilegal puede traer problemas, no resulta f¨¢cil, seg¨²n Gasc¨®n, acertar en cada caso la dosis, ya que depende no s¨®lo del tratamiento que ha recibido la planta, sino de la especie, pues el grado de concentraci¨®n de alcaloides depende del momento de la recolecci¨®n y de la proporci¨®n de hojas o flores de la mezcla.
Por eso es preferible administrar el f¨¢rmaco en forma de grajea.
Pero en este caso, el proceso de elaboraci¨®n resulta muy complicado, de ah¨ª su alto precio. Aunque las autoridades sanitarias advierten de que en este caso no se ha considerado el precio, sino dar alivio a unos pacientes que no lo tienen en los tratamientos qu¨ªmicos convencionales, tampoco ¨¦stos son baratos:
cuestan a raz¨®n de 1.300 o 1.600 pesetas cada pastilla, lo que representa para cada paciente entre 2.600 y 3.000 pesetas diarias por sesi¨®n de quimioterapia
.El cannabis es una de las primeras plantas de cuyo cultivo se tienen noticias. Se sabe que ya se cultivaba hace 4.200 a?os para la producci¨®n de fibra y por sus propiedades m¨¦dicas y psicoactivas. El cerebro humano tiene receptores espec¨ªficos en los que el cannabis encaja a la perfecci¨®n como si se tratara de una llave en una cerradura, seg¨²n el s¨ªmil empleado por el catedr¨¢tico de Farmacolog¨ªa de la Universidad Pompeu Fabra, Rafael Maldonado. La principal indicaci¨®n es el efecto antiv¨®mito que provoca, as¨ª como el est¨ªmulo del apetito, lo que para estos pacientes es muy importante, pues as¨ª pueden reponerse m¨¢s r¨¢pidamente de la agresi¨®n que para el organismo supone la quimioterapia.
Una de las l¨ªneas de investigaci¨®n en curso es, de acuerdo con Maldonado, la posible utilizaci¨®n de los cannabinoides como f¨¢rmacos analg¨¦sicos. Constata que pesan todav¨ªa mucho los prejuicios sobre esta sustancia considerada de 'abuso', pero estos mismos prejuicios pesan sobre los opi¨¢ceos y ello no ha impedido que se utilicen como analg¨¦sicos en la pr¨¢ctica cl¨ªnica. 'El efecto de la demonizaci¨®n de este producto, unido al hecho de que los aspectos terap¨¦uticos son menos llamativos que en los opi¨¢ceos', explica Maldonado, es la causa del retraso en el uso terap¨¦utico de la marihuana. El investigador de la Pompeu Fabra est¨¢ convencido de que cuando se superen las primeras trabas, los onc¨®logos apreciar¨¢n los resultados de una sustancia que define como 'altamente eficaz' para un grupo de pacientes.
De hecho, las propiedades de la marihuana para combatir los efectos indeseados de la quimioterapia eran ya un secreto a voces en los servicios oncol¨®gicos de los hospitales espa?oles. Los propios pacientes se dirig¨ªan al onc¨®logo para preguntarle d¨®nde pod¨ªa conseguir la planta y c¨®mo deb¨ªa tomarla. De ah¨ª que la iniciativa parlamentaria propiciada por el Grupo ?gata encontrara el terreno abonado.
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