El nombre de los carniceros
El diccionario de la Academia ofrece definiciones err¨®neas sobre especies protegidas
Aunque licenciada en Filolog¨ªa Hisp¨¢nica, Teresa Agudo viene trabajando, desde comienzos de los a?os 90, en diversos programas de educaci¨®n ambiental que se han desarrollado, entre otros escenarios, en el Parque Nacional de Do?ana y el Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche (Huelva). La combinaci¨®n de su actividad laboral, por un lado, y su formaci¨®n acad¨¦mica por otro le han permitido abordar un curioso trabajo, en el que se relacionan zoolog¨ªa y ling¨¹¨ªstica.
Esta fil¨®loga decidi¨® examinar si los conocimientos y valores que el Diccionario de la Real Academia Espa?ola (Drae) transmite a sus usuarios 'est¨¢n en sinton¨ªa con la necesidad actual de ofrecer una informaci¨®n que promueva acciones en favor del medio ambiente'. Dicho de otra manera, se ocup¨® de comprobar, tomando algunas voces como ejemplo, si esta publicaci¨®n, de gran valor educativo para toda la comunidad hispanohablante, era ambientalmente correcta.
Eligi¨® a los mam¨ªferos espa?oles del orden de los carn¨ªvoros, por ser un grupo no muy amplio, bastante conocido por los ciudadanos y, en algunos casos, 'con una carga cultural muy importante, fruto de la interacci¨®n hist¨®rica con los humanos'. Adem¨¢s, la mayor¨ªa de estos animales representan 'lo m¨¢s selecto de nuestra fauna', protegidos, adem¨¢s, por la ley al encontrarse en grave peligro de extinci¨®n.
Lo primero que le llam¨® la atenci¨®n fue que, en la mayor¨ªa de los casos, el Drae utiliza 'carnicero', y no 'carn¨ªvoro', como primer adjetivo diferenciador de estos animales. La elecci¨®n, inexplicable desde el punto de vista cient¨ªfico, sugiere ciertas connotaciones negativas, ya que una especie 'carnicera' es, aplicando la definici¨®n del mismo diccionario, aquella que se nos presenta como 'cruel, sanguinaria e inhumana'.
La descripci¨®n morfol¨®gica que se ofrece de estos mam¨ªferos es imprecisa y, a veces, claramente err¨®nea. Por ejemplo, del tej¨®n no hay referencia alguna a sus caracter¨ªsticas franjas blancas y negras en la cabeza, del vis¨®n solo se explica que es semejante a la nutria y del lince ib¨¦rico se destacan unos inexistentes 'anillos negros en la cola', ap¨¦ndice que, por cierto, es en realidad bastante corto pero al que en el diccionario se le atribuye una longitud de 35 cent¨ªmetros.
Las sorpresas contin¨²an en lo que se refiere a la distribuci¨®n de cada una de las especies. Si hacemos caso al Drae, el lobo contin¨²a siendo un animal frecuente en Espa?a, el oso pardo vive en lo m¨¢s espeso de los bosques del norte peninsular, la marta y el meloncillo simplemente viven en Espa?a, mientras que el gato mont¨¦s habita en los montes del norte del pa¨ªs. Estas referencias, advierte Agudo, 'son obsoletas en el caso del lobo y el oso, inconcretas en lo que se refiere a la marta y el meloncillo y claramente incompletas para el gato mont¨¦s'. De la jineta, la comadreja, el armi?o, el tur¨®n, la gardu?a y la nutria ni siquiera se ofrecen datos de distribuci¨®n.
Especialmente llamativos son los casos del vis¨®n y el lince. El ¨²nico vis¨®n presente en el diccionario habita en el norte de Am¨¦rica y se trata, por tanto, del vis¨®n americano, con lo que se 'ignora por completo a la especie europea'. La descripci¨®n morfol¨®gica del lince ('muy parecido al gato cerval'), su distribuci¨®n ('en el centro y norte de Europa') y dieta ('ataca a los ciervos y a otros animales de gran tama?o') hacen referencia al lince europeo, y no al ib¨¦rico. A este ¨²ltimo se le encuentra en las voces de gato cerval o gato clavo, incluidas en el t¨¦rmino gato.
Hasta aqu¨ª, admite esta fil¨®loga, 'podr¨ªamos considerar que las confusiones, imprecisiones y datos poco contrastados o err¨®neos no pasan de lo anecd¨®tico, aunque demuestren desconocimiento y desinter¨¦s'. M¨¢s graves, sin embargo, son ciertas valoraciones que, a pesar de haber sido desechadas hace a?os, se incluyen en algunas definiciones. La expresi¨®n 'muy perjudicial' se utiliza para la comadreja y la gardu?a, mientras que el gato clavo (o sea, el lince ib¨¦rico) y el lobo son 'da?inos' o 'muy da?inos'. Y lo son porque se alimentan o atacan a animales '¨²tiles'. 'Esta dicotom¨ªa que divide a los animales en ¨²tiles e in¨²tiles', razona Agudo, 'se aleja bastante de la Zoolog¨ªa actual, as¨ª como de la visi¨®n que trata de extender la educaci¨®n ambiental'.
Comentarios y sugerencias a prop¨®sito de Cr¨®nica en verde pueden remitirse al e-mail: sandoval@arrakis.es
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