El diluvio musical

Un bullicio de ni?os y de padres. En eso se convirti¨® ayer el Palacio de los Deportes de Granada: en una soberbia concentraci¨®n infantil congregada ante lo que podr¨ªa ser uno de los acontecimientos del a?o en la ciudad: la puesta en escena, a cargo de 800 personas (de ellas, 500 ni?os) de la obra El arca de No¨¦, de Benjam¨ªn Britten, un proyecto de la Orquesta Ciudad de Granada (OCG) para familiarizar a los m¨¢s peque?os con la m¨²sica cl¨¢sica. La convocatoria fue todo un ¨¦xito y el lleno, pr¨¢cticamente absoluto. Y los m¨¢s j¨®venes demostraron, sobre todo, que pueden ser profesionales.

'Yo estoy realmente impresionado', comentaba tras la actuaci¨®n el gerente de la OCG, Oriol Ponsa. 'Esto ha marcado un punto importante de inflexi¨®n en la vida cultural de la ciudad: descubrir la cantidad de ni?os que hay que cantan, que bailan, que hacen teatro, que son tan vitales...'

El arca de No¨¦, t¨¦cnicamente, no es una obra f¨¢cil. La composici¨®n de Britten no recurre a melod¨ªas simples ni r¨¢pidamente reconocibles. Los ni?os -y sus padres- entre el p¨²blico, no obstante, no perdieron detalle de la obra, ni de la fascinaci¨®n colorista que desplegaron los bailarines cuando irrumpieron portando dibujos de animales (cebras, leones, monos, avestruces, elefantes). Todos aplaudieron con ganas al terminar la representaci¨®n.

'Ha sido de una emoci¨®n inmensa', confesaba V¨ªctor Neuman, presentador de la obra y responsable de los conciertos familiares y actividades pedag¨®gicas de la OCG. 'Ver con qu¨¦ seriedad se lo han tomado los ni?os que participaban y ver la atenci¨®n del p¨²blico ha sido impresionante'.

Neuman, precisamente, hab¨ªa sido el encargado de despertar el inter¨¦s entre los chavales. Antes de la actuaci¨®n, fue presentando a cada una de las secciones de las dos orquestas (la OCG y la Joven Orquesta del Conservatorio Superior de M¨²sica) y explicando qu¨¦ imagen representaba cada sonido o cada instrumento. Tambi¨¦n hab¨ªa pedido al p¨²blico que aprendiera a cantar una peque?a partitura que se hab¨ªa distribuido a la entrada y que iba a requerir la colaboraci¨®n de todos. Los padres, muy aplicados, iban ense?ando a sus hijos a pasearse por el pentagrama.

Bailarines, m¨²sicos jovenc¨ªsimos, y toda una grada llena con casi 500 ni?os cantores de toda la provincia, pertenecientes a coros que han estado ensayando durante semanas, algunos con cr¨ªos de no m¨¢s de seis a?os, se pusieron a actuar, bailar y cantar con toda la naturalidad del mundo, con sus papeles aprendidos de memoria, sin un solo error ni una imprecisi¨®n. Al frente de todo, el director musical, Manuel Valdivieso, que estimulaba a todos los presentes.

'Este tipo de cosas calan en la ciudad', dec¨ªa Neuman. 'Ha sido un acontecimiento que puede marcar el rumbo para programar futuros espect¨¢culosiones'. Luego a?ad¨ªa, derrotado por el esfuerzo de semanas de trabajo: 'Realmente, ha merecido la pena'.

En El arca de No¨¦ estaban presentes, pr¨¢cticamente, todos los que podr¨¢n ser futuros artistas: estudiantes del conservatorio, integrantes de coros, alumnos del Conservatorio de Danza, j¨®venes interesados por el mundo del teatro. Todos, f¨¦rreamente coordinados, desplegaron su imaginaci¨®n y, poco a poco, fueron desarrollando la peripecia de No¨¦ y sus animales en medio del Diluvio Universal. Al final, con la ayuda de todo el p¨²blico cantando a coro desde las gradas, la m¨²sica llen¨® el Palacio de Deportes. Era el diluvio musical.