La defensa de Mart¨ªnez desacredita a su ex esposa por 'celosa y vengativa'
La delegaci¨®n espa?ola critica la pena de muerte
El abogado de Mart¨ªnez subray¨® que, por lo dem¨¢s, no hay nada -'ni huellas, ni sangre, ni pelos, ni fibras, ni armas, ni registros telef¨®nicos, ni testigos oculares, ni motivos'- que vinculen a su cliente con los asesinatos en Tampa de Douglas Lawson y Sherrie McCoy-Ward. Las declaraciones iniciales de Raben y el fiscal Chris Watson fueron seguidas en el tribunal de Tampa por una delegaci¨®n del Senado espa?ol, acompa?ada por el embajador, Javier Rup¨¦rez, y el consejero jur¨ªdico David Beltr¨¢n.
Los d¨ªas anteriores, los senadores hab¨ªan visitado en los corredores de la muerte de Florida a otros dos espa?oles condenados a muerte: Julio Mora y Pablo Ibar. Todos salieron conmocionados de estas visitas y reforzados en su oposici¨®n a lo que Rosa Vindel, del Partido Popular, llam¨® 'la persistencia en EE UU de la cruel, inhumana y degradante pena capital'.
Manuel C¨¢mara, de Izquierda Unida (IU), cont¨® c¨®mo, en la prisi¨®n de Rainford, Mora, de 75 a?os, les fue presentado en silla de ruedas, pero encadenado de pies, manos y cintura. 'Es una barbaridad tratar as¨ª a un hombre que, sea o no culpable, es claramente un enfermo f¨ªsico y ps¨ªquico', dijo. El senador de IU a?adi¨® que, en su opini¨®n, existen serias dudas sobre la culpabilidad de Ibar, al que vieron, sin esposas, en la prisi¨®n de Starke. 'En EE UU', dijo, 'la pena de muerte parece reservada para los que no tienen dinero, son marginados o sufren enfermedades ps¨ªquicas'.
Todos los senadores espa?oles condenaron el hecho de que la naci¨®n m¨¢s poderosa de la Tierra siga manteniendo lo que el socialista Jer¨®nimo Saavedra tild¨® de 'aberraci¨®n'. Y recordaron que en Espa?a y el resto de Uni¨®n Europea la pena capital fue abolida por 'una decisi¨®n ¨¦tica y moral de las fuerzas pol¨ªticas democr¨¢ticas', con independencia de lo que pudieran pensar las opiniones p¨²blicas. Vindel inform¨® de que el Senado espa?ol va a combatir para que se establezca 'una moratoria universal en la aplicaci¨®n de la pena de muerte'.
Liberado de la amenaza de la silla el¨¦ctrica o la inyecci¨®n letal, el espa?ol Mart¨ªnez, que pas¨® 37 meses en el corredor de la muerte de Starke, comenz¨® ayer a enfrentarse a la posibilidad de pasar el resto de sus d¨ªas entre rejas. Terminada la noche anterior la selecci¨®n del jurado, el fiscal Chris Watson present¨® sus argumentos ante los diez hombres y dos mujeres que lo componen. Situ¨® las muertes de Lawson, un vendedor de marihuna, y su novia, McCoy-Ward, bailarina de striptease, en la noche del 27 de octubre de 1995. Sus cad¨¢veres fueron encontrados cuatro d¨ªas despu¨¦s en la casa que la pareja compart¨ªa en las afueras de Tampa.
Pruebas f¨ªsicas
El fiscal subray¨® la ferocidad del crimen. Lawson fue alcanzado por varios disparos de pistola, uno de los cuales le entr¨® por la espalda y le traspas¨® el coraz¨®n; McCoy-Ward fue salvajemente apu?ada por cuando intentaba escapar de la casa. Pero Watson acept¨® que cuando, tres meses despu¨¦s, Mart¨ªnez fue detenido tras la denuncia de su ex esposa, la polic¨ªa no encontr¨® pruebas f¨ªsicas que lo relacionaran con esas muertes. El fiscal, no obstante, pedir¨¢ que sea condenado a cadena perpetua.
Raben, el abogado defensor, record¨® al jurado que Mart¨ªnez no debe probar su inocencia, sino que es la acusaci¨®n la que debe demostrar su culpabilidad 'm¨¢s all¨¢ de cualquier duda razonable'. Lawson y McCoy-Ward, dijo, tuvieron 'unas muertes brutales que siguen sin resolver'. Seg¨²n Raben, el detective Mike Conigliaro, tras tres meses de seguir pistas infructuosas, se aferr¨® a la denuncia de Sloane contra su ex marido porque estaba muy presionado para encontrar un sospechoso.
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