Horry devuelve la sonrisa a los Lakers
El equipo de Los ?ngeles vence el tercer partido y recupera el factor cancha
Los analistas estadounidenses que traducen a n¨²meros cualquier hecho que pueda ser relevante para entender un evento deportivo calcularon la experiencia que los jugadores de los Lakers y los Sixers ten¨ªan en las finales de la NBA. El resultado fue abrumador: los californianos suman 17 anillos, su rival nueve minutos (los que jug¨® Eric Snow en la final de 1996 con los Sonics ante los Bulls).
Tanta desigualdad en ese aspecto fue decisiva en la victoria de los Lakers 96-91 (2-1) en el tercer partido de la final, disputado en Filadelfia. Sin Shaquille O'Neal, eliminado por faltas, los Sixers volcaron su defensa sobre Kobe Bryant y se olvidaron de Robert Horry, un jugador que en su carn¨¦ de identidad tiene tres t¨ªtulos de campe¨®n. El alero anot¨® en 47 segundos los siete ¨²ltimos puntos de su equipo, incluido un triple decisivo cuando el marcador estaba tan s¨®lo un punto a favor de Los ?ngeles. De nuevo los hechos le volvieron a dar la raz¨®n a Phil Jackson, que siempre opta por colocarle en pista en el ¨²ltimo cuarto. Horry en los Lakers no es el mismo de Houston: en la final de 1995 promedi¨® 17 puntos y 10 rebotes. Sus n¨²meros no son tan luminosos pero s¨ª su flema en los momentos delicados.
Desde el comienzo, el ritmo lo marc¨® Los ?ngeles gracias a la pareja O'Neal-Bryant, 62 puntos entre ambos. A este ¨²ltimo por fin se le vio sonre¨ªr: sali¨® a pista mascando chicle y moviendo la cabeza al ritmo de la m¨²sica, los m¨²sculos de la cara relajados. Shaquille anotaba todo lo que llegaba a sus manos, tambi¨¦n los tiros libres. Palubinskas ya est¨¢ en Filadelfia grabando con su c¨¢mara de v¨ªdeo los lanzamientos de su alumno. Iverson y Mutombo fueron la respuesta de los Sixers, que ya cuentan, como su rival, con una pareja anotadora. El gigante africano, el especialista defensivo, tambi¨¦n funciona al otro lado de la cancha.
Tras el gobierno de Kobe en la primera parte -todo lo que pasaba por sus manos acababa en canasta-, Filadelfia puso de nuevo el partido en el aire. Cada minuto la diferencia iba decreciendo, pero Jackson no ped¨ªa tiempo muerto. Tras un parcial de 7-0, Filadelfia lleg¨® a colocarse a cinco puntos. El t¨¦cnico aguanta, los Lakers anotan y en la siguiente defensa recuperan el bal¨®n. Y fue ah¨ª cuando Jackson par¨® el partido, aunque era Brown quien m¨¢s cosas ten¨ªa que decir. Pura psicolog¨ªa.
Ya en el ¨²ltimo cuarto, Filadelfia de nuevo al ataque, se coloca a tres puntos. El momento de Horry: un triple y un mate en las narices de Mutombo, devuelve la calma para los Lakers. Los Sixers no sacan todo el beneficio esperado de las eliminaciones de O'Neal y Fisher, ya que Iverson falla desde la l¨ªnea de personal. A¨²n as¨ª, el asedio de Filadelfia es implacable y se coloca a un solo punto, y posesi¨®n de bal¨®n. Mckey y Bell nunca han jugado una final, fallan sus triples. Robert Horry ha disputado varias, anota un triple y cuatro tiros libres consecutivos. ?sa fue la diferencia.
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