S¨®lo un pu?ado de personas se manifestaron a favor y en contra de la pena capital
El silencio marc¨® la larga vigilia ante la c¨¢rcel
Norma Garza, de 25 a?os, manten¨ªa una vela encendida. Su padre, Ra¨²l Garza, de 44 a?os, condenado a muerte por asesinato y conspiraci¨®n para asesinar, expirar¨¢ el pr¨®ximo d¨ªa 19 en la misma sala de azulejos verdes donde ayer muri¨® Timothy McVeigh. 'Vi hace poco a mi padre y estaba tranquilo, fuerte, sin miedo. Ya se ha hecho a la idea', explic¨®, 'y yo tambi¨¦n: hace un a?o estaba destrozada, pero ahora no. S¨¦ que esta vez ya no vuelvo sola a casa, vuelvo con ¨¦l. Con su cad¨¢ver'.
Un centenar de personas participaron en la vigilia contra la pena de muerte cerca de la penitenciar¨ªa de Terre Haute. Fueron muchas menos de lo que se esperaba. Tambi¨¦n fueron poqu¨ªsimos quienes se acercaron a la c¨¢rcel para aplaudir la ejecuci¨®n: menos de 50, muy j¨®venes, muy vociferantes. Allison, una chica de 23 a?os reci¨¦n llegada de Tampa (Florida), la poblaci¨®n donde el espa?ol Joaqu¨ªn Jos¨¦ Mart¨ªnez acaba de ser absuelto tras pasar tres a?os en el corredor de la muerte, dec¨ªa preferir la silla el¨¦ctrica a la inyecci¨®n letal: 'Los culpables tienen que sufrir'.
Los miembros de ambos grupos, llamados anti y pro en los carteles colocados por la polic¨ªa, pululaban por los enormes espacios, alejados uno de otro, que les hab¨ªan sido destinados. A las siete, el momento en que estaba prevista la ejecuci¨®n, la muchachada que disfrutaba con la muerte de McVeigh grit¨® una cuenta atr¨¢s: 'Seis, cinco, cuatro...'. A esa misma hora el silencio era completo en el campo de la vigilia. S¨®lo se escuchaba, ocasionalmente, el ruido de los helic¨®pteros de vigilancia. Los contrarios a la pena de muerte formaron un c¨ªrculo y se tomaron de las manos para rezar, o meditar, mientras se cumpl¨ªa la sentencia. Algunos lloraban. 'George W. Bush disfruta con la pena de muerte y alienta el odio entre la gente', coment¨® luego Norma Garza, mientras otros cantaban. 'Estamos con la hija de Garza y la acompa?aremos cuando llegue el momento', afirm¨® uno de los presentes.
En Oklahoma, en el complejo monumental erigido donde se alzaba el edificio Murrah para recordar a las v¨ªctimas, varios cientos de personas celebraron tambi¨¦n una vigilia contra la pena de muerte. En el complejo conmemorativo, compuesto por 168 casillas, cada una con el nombre de una v¨ªctima, se coloc¨® ayer mismo una placa con el nombre de McVeigh y la fecha de su ejecuci¨®n.
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