Irlanda mira a Boston, no a Bruselas
Los irlandeses no perciben que los fondos de cohesi¨®n de la UE han propiciado su milagro econ¨®mico
En las calles Grafton y Dawson, cerca del universitario Trinity College, la gente se arremolina en torno a las tiendas caras, los restaurantes de moda y los pubs que venden uno de los iconos nacionales, la cerveza Guiness. Se huele el dinero en un pa¨ªs que hace 30 a?os era uno de los m¨¢s pobres de Europa: autom¨®viles de lujo y matr¨ªculas nuevas. El salario medio se sit¨²a en los 3,2 millones de pesetas anuales y hay pleno empleo entre los casi cuatro millones de habitantes, de los que el 40% son menores de 25 a?os. La vivienda resulta prohibitiva; los impuestos, bajos, y el ahorro, inexistente.
'No es una burbuja a punto de explotar', asegura el profesor de Econom¨ªa del Trinity, Philip Lane. 'El crecimiento del 9% de los ¨²ltimos a?os se ha ralentizado al 7%, pero el ritmo se mantiene; no hay peligro de crisis'. Lane cree que los irlandeses comprenden que las ayudas de la Uni¨®n Europea (UE) son una parte esencial del milagro econ¨®mico y que el rechazo al Tratado de Niza, en el pasado refer¨¦ndum, se debe a causas pol¨ªticas y a la p¨¦sima campa?a de los partidarios del s¨ª, que re¨²nen el 80% del arco parlamentario.
El 'no' a Niza uni¨® a fuerzas tan dispares como la izquierda, el Sinn Fein y la derecha cat¨®lica
Un analista econ¨®mico de un banco espa?ol en Dubl¨ªn no est¨¢ de acuerdo. 'Los fondos no se ven, las carreteras son malas y el sistema sanitario muy deficiente'. Las ayudas europeas han servido para crear las infraestructuras de la inversi¨®n extrajera. 'A diferencia de Espa?a, aqu¨ª apenas hay carteles de obras financiadas por la UE', a?ade el analista.
Hace unos veinte a?os, el Gobierno de Dubl¨ªn, de acuerdo con la UE, redujo el impuesto de sociedades al 10% para atraer inversi¨®n. La respuesta tard¨® en llegar. La estabilidad econ¨®mica y social de la d¨¦cada de los noventa, unida a las ventajas fiscales, cre¨® las condiciones para transformar este pa¨ªs en un para¨ªso para las multinacionales. De las 1.200 empresas for¨¢neas instaladas en Irlanda, un 40% son estadounidenses: Intel, Dell, 3Com... Inform¨¢ticas y farmac¨¦uticas. Muchos piensan que ¨¦se es el ¨²nico milagro.
'Hemos olvidado el pasado. Antes ¨¦ramos pobres y ahora podemos viajar a Francia y Espa?a', asegura Enda O'Doherty, periodista del diario Irish Times, que reconoce que la sociedad irlandesa actual 'es insensible a los problemas de los dem¨¢s'. Para ¨¦l, el ¨²nico motivo de la victoria del no en el pasado refer¨¦ndum fue la escas¨ªsima participaci¨®n. 'Los granjeros, los grandes beneficiados de los fondos europeos, se quedaron en casa'.
Otros insisten en el factor de la supuesta insolidaridad y en el rechazo no declarado a financiar la modernizaci¨®n de los agricultores polacos, pues, con el Tratado de Niza y la ampliaci¨®n al Este, Irlanda pasa de receptor de fondos a contribuyente neto. 'Tenemos poca memoria, en esto y en los inmigrantes; nos sucede lo mismo que a Espa?a', afirma O'Doherty
Roisin Neill, de 26 a?os, trabaja en la calle de Grafton. Para ella, 'la gente se ha vuelto m¨¢s ego¨ªsta y no admite que el milagro irland¨¦s es la UE'. Barry O'Donnell, economista reci¨¦n licenciado del Trinity College, discrepa. 'La victoria del no es un castigo a la apat¨ªa del Gobierno. (...) Para la sociedad est¨¢ claro que la UE ha ayudado a transformar Irlanda'.
En la campa?a contra el Tratado de Niza se unieron fuerzas muy dispares: la izquierda, que bas¨® su discurso en el sentimiento antimilitarista; el Sinn Fein, brazo pol¨ªtico del IRA, que utiliz¨® el refer¨¦ndum como banco de pruebas de los comicios del pr¨®ximo a?o, y la derecha cat¨®lica, que enarbol¨® la bandera del aborto.
Antes de convocar otro refer¨¦ndum, el Gobierno del primer ministro Bertie Ahern tiene que lograr una modificaci¨®n que justifique una nueva consulta. La garant¨ªa de que la Rep¨²blica de Irlanda no participar¨¢ ni financiar¨¢ la Fuerza de Despliegue R¨¢pido europea parece la cuesti¨®n elegida.
Con m¨¢s irlandeses en EE UU que en Irlanda, esta isla se mueve entre dos sentimientos. ?Europa o Estados Unidos? Para la ministra de Cultura, Sil¨¦ de Valera, Boston est¨¢ m¨¢s cerca que Berl¨ªn. No es una opini¨®n aislada en el Gobierno. El mismo ministro de Finanzas, Charlie McCreevy, no oculta su admiraci¨®n por el modelo econ¨®mico estadounidense. Europa aparece disfrazada cada fin de semana de turistas y j¨®venes ingleses que celebrar¨¢n sus despedidas de soltero en Dubl¨ªn y de ciudadanos de la UE llamados por la fiebre del pleno empleo.
'Lo ocurrido aqu¨ª representa un aviso para los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea; no se puede construir Europa desde un lenguaje cr¨ªptico', dice otro analista econ¨®mico. Un diplom¨¢tico responde: 'No es importante explicar a la gente un tratado como el de Niza, lo m¨¢s importante es que la gente perciba que esto funciona'.
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