Trenes
Hace un mes Renfe decidi¨® por fin no seguir jugando con el patrimonio de la humanidad y no exponer m¨¢s a las inclemencias del tiempo una verdadera reliquia de la historia ferroviaria: el expreso que durante m¨¢s de medio siglo ha cubierto por la noche el trayecto Almer¨ªa-Madrid. Ahora esos compartimentos individuales, perfectamente equipados con el orinal de aluminio que se glos¨® en otra columna, descansan desde hace pocas semanas en el Museo del Ferrocarril. Ni?os y grandes podr¨¢n contemplar este antiqu¨ªsimo testimonio de los primitivos viajes en ferrocarril, que sin embargo nos ha servido a los almerienses para desplazarnos a la capital hasta bien entrado el tercer milenio. Los almerienses lo vamos a echar de menos. Y no lo digo s¨®lo porque nos hubi¨¦ramos acostumbrado a la incomodidad de sus asientos, a la suciedad de sus suelos, a su infame traqueteo o porque seamos tan rom¨¢nticos que prefiramos la elegante decadencia de un orinal a la efectividad de un as¨¦ptico inodoro. No. Los almerienses vamos a echar de menos aquel decr¨¦pito expreso porque las lumbreras de Renfe se lo han llevado al museo y no nos han puesto otro en su lugar. De la noche a la ma?ana ha desaparecido nuestra ¨²nica posibilidad de llegar a Madrid temprano, a la hora que abren las tiendas y los ministerios. Para paliar en parte este atropello, para que nos callemos, los avezados gestores de Renfe han puesto en servicio un primoroso talgo matutino de ¨²ltima generaci¨®n, que al ir sobre las mismas v¨ªas centenarias tarda igual que nuestra vieja locomotora de siempre y llega a Madrid sin orinal cuando todo est¨¢ cerrado.
Hubiera estado bien que el PSOE, en vez formular una t¨ªmida queja, hubiera liderado una peque?a rebeli¨®n. Aunque quiz¨¢s sea mejor que se quede calladito, no vaya a ser que le saquen los colores, y con raz¨®n, por su desastrosa pol¨ªtica de comunicaciones en esta esquinita de Andaluc¨ªa. El PP en cambio s¨ª habl¨® en su momento por boca del hilarante diputado Rafael Hernando, que en vez de ruedas de prensa parece dar funciones en el Club de la Comedia: que como el tren estaba requeteviejo, pues que lo han quitado. Risas. Que los almerienses estamos de enhorabuena porque el nuevo talgo tarda en llegar a Madrid quince minutos menos. M¨¢s risas. Este portavoz del PP es un fen¨®meno; no se lo pierdan si este verano act¨²a en su ciudad.
Bromas aparte, y como siempre sucede en estos casos, ha tenido que ser una plataforma ciudadana, una organizaci¨®n civil sin participaci¨®n de pol¨ªticos profesionales, la que ha aglutinado el descontento de los almerienses ante este abuso. La Asociaci¨®n de Amigos del Ferrocarril de Almer¨ªa (Asafal), cuya sola existencia en un siglo de aviones merece un elogio, ha recabado uno a uno el apoyo de cuantos hemos querido d¨¢rselo, y ha redactado una carta para que sea publicada en la prensa local. En ella desmonta los argumentos esgrimidos por Renfe para eliminar un servicio que sin embargo mantiene activo en las otras tres esquinitas de la pen¨ªnsula, y pide su permanencia y su mejora.
Como ven, gracias al morro de Renfe y al poco amparo de nuestros pol¨ªticos, en Almer¨ªa estamos a un paso de la autogesti¨®n. Algo bueno ten¨ªa que tener todo esto.
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