Los barrios rojos ya no son tan rojos
La militancia pol¨ªtica sigue siendo muy baja y el PP sube su afiliaci¨®n en las zonas obreras
El barrio de Salamanca no es lo que parece. Tampoco lo es Carabanchel. La capital madrile?a, pol¨ªticamente, es variada y plural. Y no tiene reglas fijas. Hay estereotipos que se caen solos. Como el de que los barrios del sur son rojos. Como el de que el distrito de Salamanca es de ricos. La calle de Serrano es una calle de oropel y lujo. Pero es eso, una calle.
En el distrito de Salamanca, donde est¨¢ la calle de Serrano, hay casas con retrete comunitario, edificios que se declaran sospechosamente en ruina, ni?os que hablan extra?os idiomas y 120.211 personas con derecho a voto. En el barrio de Salamanca, 80.246 personas votaron el 13 de junio de 1999 en las elecciones municipales. Y de ellos 53.837 le dieron su voto al PP; o sea, que arras¨®. Lo que tampoco es que cause sorpresa a nadie. Izquierda Unida se llev¨® 3.813 papeletas. Y el PSOE se qued¨® con 17.240.
Madrid se mueve, como lo prueba que se registraran m¨¢s de 900 manifestaciones en la capital durante el a?o 2000
Izquierda Unida es, en el barrio de Salamanca, como Fort Apache, pongamos por caso. Izquierda Unida tiene en este distrito 70 militantes. Dice Carmen Vacas, la coordinadora de IU, que el trabajo le sobrepasa, y que, a veces, se siente si no como Fort Apache, s¨ª como el campamento rodeado por el S¨¦ptimo de Caballer¨ªa, que, si hay que escoger buenos, mejor ser indio que soldado.
'Ya ve usted: la gente piensa que todo es tiendas de lujo, pijer¨ªo, casas magn¨ªficas. La gente no se da cuenta de que en este barrio hay demanda de colegios, que hay muchos inmigrantes, que hay una poblaci¨®n envejecida que reclama servicios, centros de d¨ªa para ancianos. Con eso de que tenemos al lado el Retiro o la Fuente de El Berro, se creen que no necesitamos zonas verdes. Pero ¨¦ste es un distrito amplio con muchas necesidades', a?ade Vacas.
As¨ª que IU, dentro de sus posibilidades, hace lo que puede. Y, como dice Carmen, de 55 a?os, en paro, 'm¨¢s de lo que puede'. Por no tener, IU no tiene ni sede. Ten¨ªa, pero hubo de dejarla. Y ahora atiende y recogen las quejas vecinales desde su despacho en la junta de distrito. Le tiene echado el ojo a un local y, a lo mejor, en septiembre...
Feudos
En el distrito de Salamanca, el PP fue el que m¨¢s porcentaje de votos obtuvo. Nadie se extra?a de eso. Lo que s¨ª puede parecer m¨¢s extra?o es que Carabanchel, un feudo tradicional del voto rojo, se haya convertido en un barrio en el que el PP sube como la espuma, en afiliados y en votos. En las elecciones municipales de 1999, los populares se alzaban con la mayor¨ªa, con el 26,98% de los votos -48.572- de un censo de 180.008. La abstenci¨®n fue de m¨¢s de 70.000.
El PSOE logr¨® en este distrito 42.306 papeletas. Izquierda Unida se qued¨® en 10.671 votos. El PP tiene aqu¨ª unos 3.200 afiliados, cifra muy similar a la de otros distritos con mayor tradici¨®n popular: Salamanca, 3.700, m¨¢s que Chamber¨ª, 3.100, e igual a Chamart¨ªn y Latina. Y, adem¨¢s, sigue creciendo. O, al menos, eso dice Carlos Izquierdo, concejal del PP y joven, de 33 a?os, presidente de la junta municipal: 'Los mismos vecinos han visto que el PP ha ido evolucionando hacia el centrorreformismo. Han visto que nuestros problemas se han ido solucionando. Y que, aunque nos quedan todav¨ªa algunos, poco a poco los vamos arreglando: ya no hay focos chabol¨ªsticos, la droga est¨¢ pr¨¢cticamente erradicada, hay nuevas dotaciones en el barrio, parques, colegios... El Ayuntamiento de Madrid est¨¢ haciendo grandes esfuerzos por dotar a los barrios de cuanto necesitan'.
No es eso lo que cree Rafael Simancas, jefe de la oposici¨®n en el consistorio y secretario general de los socialistas madrile?os. Para ¨¦l, si algo distingue al gobierno municipal del PP es precisamente que aplica una pol¨ªtica de desequilibrios entre los barrios. Y explica: 'Es una ciudad con d¨¦ficit sociales y democr¨¢ticos notables. Que ha perdido su prestigio internacional, que no puede proporcionar viviendas a sus ciudadanos, que culturalmente ha ido retrocediendo. Llena de ruido, inc¨®moda para vivir. Algunas de las dotaciones con las que cuenta en este campo son producto de la etapa socialista. Se hicieron 53 centros culturales. Y desde entonces no ha vuelto a hacerse nada. Es un gobierno municipal que ahoga la participaci¨®n de los ciudadanos'.
Dice Simancas, por ejemplo, que el PSOE, con sus Casas del Pueblo -una por distrito y en algunos barrios m¨¢s- suple las deficiencias de las juntas municipales. 'Hemos de hacer, con nuestros escasos medios, labores que tendr¨ªan que asumir los servicios municipales', resalta.
Lo confirma Jos¨¦ Garc¨ªa Ogalla, responsable socialista en Vallecas. Afirma que la hist¨®rica Casa del Pueblo del Puente de Vallecas acoge inmigrantes, presta sus locales para reuniones, reparte comida, ayuda. 'Somos casi un ayuntamiento paralelo', asegura con orgullo. Si en Madrid se gobernara seg¨²n los resultados por distrito -cosa que los socialistas defienden-, el PSOE tendr¨ªa la vara de alcalde de Puente de Vallecas. Nada menos que 58.725 votos, m¨¢s del doble que el PP (28.983). Con las casi 13.000 papeletas que obtuvo IU es, sin duda, la Rusia Chica, ese apelativo con el que siempre fue conocido el barrio.
A lo mejor la izquierda no se une en otras cosas, pero en sus cr¨ªticas, s¨ª. ?ngel P¨¦rez, portavoz de IU en la Asamblea, y hasta hace poco coordinador general de Madrid de esta formaci¨®n, coincide en buena medida con su compa?ero Simancas. 'En Madrid hay una falta de pol¨ªtica social que hace que existan barrios muy deteriorados. Todo el sureste es un ejemplo de c¨®mo las politicas de obras fara¨®nicas dejan sin solucionar problemas sociales. En Vic¨¢lvaro, San Blas, Vallecas se dan problemas de falta de integraci¨®n social, de fracaso escolar como hace tiempo no suced¨ªa. Creemos que hacen falta planes urgentes de choque para atender estas demandas, vivienda, educaci¨®n, trabajo, integraci¨®n'.
A todos los l¨ªderes les preocupa que se est¨¦ produciendo un cierto pasotismo pol¨ªtico. Para ?ngel P¨¦rez, el hecho de que Madrid sea la capital del Estado le da un protagonismo que apaga sus verdaderos problemas: 'Los grandes debates pol¨ªticos sobre los grandes problemas no pueden aflorar'. Es lo que Simancas llama 'd¨¦ficit democr¨¢tico'. Algo que para el presidente regional de los populares, P¨ªo Garc¨ªa-Escudero, no existe, al menos en su partido: 'Nosotros hemos logrado que la cohesi¨®n territorial est¨¦ por encima de los intereses de partido y los ciudadanos lo aprecian y lo valoran'.
En Madrid, el PP tiene m¨¢s afiliaci¨®n que la que suman las otras dos grandes formaciones (PSOE e IU). Pero de los tres millones de habitantes, militando en un partido hay muy pocos. A saber: el PP confiesa 48.081 personas censadas en sus ficheros. Eso en la capital, ya que en la regi¨®n la cifra sube casi el doble: 80.431. En la regi¨®n, los socialistas con carn¨¦ son 24.835, y 11.432 en Madrid capital. Izquierda Unida da como cifra de militantes en la capital unos 3.000. Es una organizaci¨®n, que al contrario de las otras dos, tiene en el resto de la regi¨®n las mayores cifras de militancia: alrededor de 13.000.
Censos hinchados
En l¨ªneas generales, las organizaciones pol¨ªticas reconocen que los censos est¨¢n hinchados. Eso es porque la presencia en los congresos depende directamente del n¨²mero de militantes. As¨ª que, para tener mayor n¨²mero de delegados y, en consecuencia, mayor representaci¨®n, se inflan las cifras de militantes.
Los madrile?os tienen poca fe en las instituciones pol¨ªticas, por m¨¢s esfuerzos que hagan sus dirigentes. Garc¨ªa-Escudero asegura que el PP 'despu¨¦s del ¨²ltimo congreso est¨¢ haciendo un enorme esfuerzo para renovar sus estructuras, sus representantes, sus candidaturas y sus programas'. 'Nuestra afiliaci¨®n est¨¢ creciendo', explica, 'sobre todo en el sur de la regi¨®n'. El PP gobierna en m¨¢s de 80 municipios madrile?os. Garc¨ªa-Escudero cree que existe una correlaci¨®n entre los resultados electorales y la participaci¨®n en un partido. Fuentes del PP concretan que se da una mayor afiliaci¨®n en los barrios obreros.
'En Madrid, con 80.000 afiliados, conseguimos 1.600.000 votos, lo que supone 20 votos por afiliado', resalta Garc¨ªa-Escudero. En la capital baja un poco esa cifra. Pero en la izquierda el n¨²mero de votos por militante se multiplica: a cada afiliado al PSOE le tocan 45 votos. Por lo que se ve, IU tiene unos militantes que tampoco ahorran esfuerzos. En la capital, en las ¨²ltimas elecciones municipales, IU obtuvo 128.731 votos, lo que supone que cada uno de sus 3.000 afiliados convenci¨® a casi 44 votantes.
Los madrile?os, dicen, pasan de la pol¨ªtica, pero no es del todo verdad. Es cierto que en las ¨²ltimas elecciones municipales el ¨ªndice de abstenci¨®n fue de casi un 40%. Casi un mill¨®n de personas se quedaron en su casa en lugar de ir a las urnas. La duda es si el ciudadano no busca al margen de los partidos la expresi¨®n de su malestar. De que Madrid se mueve da una idea el que, seg¨²n datos de la Delegaci¨®n del Gobierno, se hayan registrado durante el a?o 2000 m¨¢s de 900 manifestaciones. Y eso que fueron prohibidas seis y otras 34 no fueron autorizadas por faltarles a sus solicitantes alg¨²n requisito.
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