EL ?LTIMO TRAYECTO DE HORACIO DOS
1 Martes 41 de mayo
Escasez. Gachas de arroz, medias raciones, para comer, y agua p¨²trida con clorofila para beber. Descontento general y conato de rebeli¨®n en el sector de los Delincuentes. El primer segundo de a bordo propone gasearlos preventivamente. El segundo segundo de a bordo se muestra partidario de la disuasi¨®n, bien por juzgar m¨¢s efectivo este sistema, bien para llevar la contraria al primer segundo de a bordo. Seg¨²n el argumento de aqu¨¦l, aun cuando los Delincuentes consiguieran adue?arse de la nave y desactivar los mecanismos de autodestrucci¨®n preventiva, ?de qu¨¦ les iba a servir, si el congelador est¨¢ vac¨ªo? Es su argumentaci¨®n, no la m¨ªa. Impecable si los Delincuentes atendieran a razones. Ahora bien: si atendieran a razones, ?ser¨ªan delincuentes o habr¨ªan optado por una forma de vida m¨¢s conforme a las normas sociales? La pregunta reviste cierto inter¨¦s, pero s¨®lo de ¨ªndole te¨®rica, por lo que queda pendiente hasta la pr¨®xima reuni¨®n de mandos.
Mi¨¦rcoles 42 de mayo
Ha vuelto a haber protestas a la hora del desayuno, en vista de lo cual, y preventivamente, ordeno agregar al agua p¨²trida sulfato de la risa. Surte efecto con los Delincuentes, que deponen su actitud hostil y consumen sus energ¨ªas cantando y jugando, pero provoca trastornos respiratorios en el sector de los Ancianos Improvidentes. Convoco al m¨¦dico de a bordo y, o¨ªdo su parecer, decido alterar el rumbo con objeto de hacer escala en la Estaci¨®n Espacial m¨¢s pr¨®xima para reponer existencias. ?C¨®mo justificar el retraso? Invocando razones de orden p¨²blico interno de la nave. ?Ante qui¨¦n justificar el retraso? La pregunta queda pendiente hasta la pr¨®xima reuni¨®n de mandos.
Mismo d¨ªa en la hora sexta
Con objeto de valorar la situaci¨®n y, preventivamente, de encontrar una Estaci¨®n Espacial en el Astrolabio Digitalizado, llamo a consejo al primer segundo de a bordo. Antes de entrar en materia, y siguiendo ense?anzas recibidas en la Academia de Mandos de Villalpando, dedico un rato a ganarme su voluntad: le colmo de elogios y, m¨¢s importante a¨²n, hablo en t¨¦rminos despectivos del segundo segundo de a bordo, al que me refiero siempre como 'tercero de a bordo'. Luego convoco al segundo segundo de a bordo y me dirijo a ¨¦l llam¨¢ndolo 'primer segundo de a bordo'. De este modo me aseguro la lealtad de ambos y fomento la desavenencia entre ellos. Luego designo esp¨ªas para averiguar si ellos est¨¢n tratando de hacer lo mismo entre s¨ª con respecto a mi persona.
Estos quehaceres no nos dejan tiempo para localizar una Estaci¨®n Espacial en el Astrolabio Digitalizado. La b¨²squeda queda pendiente hasta la pr¨®xima reuni¨®n de mandos.
Jueves 43 de mayo
Para acabar de complicar la situaci¨®n, pide audiencia una comisi¨®n del sector de Mujeres Descarriadas. La recibo. La componen tres mujeres que dicen hablar en nombre de todas, pero, a la hora de exponer los motivos de su comparecencia, ninguna quiere tomar la palabra. Despu¨¦s de un largo silencio, las tres se retiran al un¨ªsono.
Sin embargo, al cabo de una hora regresa una de las tres y, hablando en nombre de las tres y, por consiguiente, tambi¨¦n en nombre de todas la Mujeres Descarriadas a bordo, me informa de que se est¨¢ acabando el champ¨² y el colorete.
Le respondo que la culpa es de ellas por haber usado ambos productos sin tasa a sabiendas de que el cargamento era limitado y el viaje largo, y le ruego transmita esta respuesta a sus representadas. Con todo, y para evitar que tambi¨¦n en este sector cunda el descontento, le informo de que nos dirigimos a la Estaci¨®n Espacial m¨¢s pr¨®xima con fines de avituallamiento y de reposici¨®n de otros productos si all¨ª los hubiere. A tal fin le pido que confeccione y me someta una lista de pedidos debidamente consensuada. Con esto conf¨ªo en tenerlas entretenidas unos d¨ªas o, cuando menos, sembrar la discordia en el sector.
Antes de retirarse me pregunta cu¨¢nto tardaremos en llegar a la Estaci¨®n Espacial mencionada por m¨ª, para poder rendir a sus compa?eras de sector un informe detallado de nuestra entrevista. Respondo que tardaremos lo que tardemos, puesto que navegamos por una zona helicoidal y, por consiguiente, acelerar o aminorar la marcha no servir¨ªa para nada. Me da las gracias con mucha correcci¨®n, hace una graciosa reverencia y se retira. Es evidente que aspira al cargo de representante permanente de las Mujeres Descarriadas y qui¨¦n sabe si de todo el pasaje, lo que la hace potencialmente peligrosa. Este dato, sin embargo, no me impide advertir que su aspecto resulta atractivo. A juzgar por su apariencia externa, debe de ser bastante joven, por lo que el hecho de viajar a bordo de esta nave y en el sector antes mencionado resulta extra?o, debi¨¦ndose sin duda a una conducta que no s¨¦ si considerar reprensible o meritoria. Por lo dem¨¢s, sus facciones revelan un origen distinguido, probablemente g¨®tico, y su actitud general es modesta sin ser esquiva ni ?o?a. Anotado lo cual le ordeno regresar a su lugar reglamentario de reclusi¨®n.
Al salir se cruza con el segundo segundo de a bordo, a quien he encomendado la localizaci¨®n de la Estaci¨®n Espacial m¨¢s pr¨®xima en el Astrolabio Digitalizado y viene a rendir su informe.
Sin embargo, antes de informarme del resultado de sus averiguaciones, el segundo segundo de a bordo me se?ala que la mujer que acaba de salir se ha despedido, seg¨²n ¨¦l mismo ha podido advertir, con una graciosa reverencia de las llamadas ¨¤ la mani¨¨re de Versailles, un tipo de graciosa reverencia originario del siglo XVIII de la era etnol¨®gica, que se ha seguido practicando en algunas penitenciar¨ªas de alta seguridad como parte del trato vejatorio a las reclusas.
En este punto hay que hacer caso a lo que dice el segundo segundo de a bordo, M. Gaston-Philippe de la Ville de St. Jean-Fleurie, alias El Rata, porque pertenece a una familia de raigambre cortesana y porque ha pasado once a?os de su vida en chirona. Le ordeno que en sus horas libres consulte los archivos y averig¨¹e lo que pueda sobre la mujer en cuesti¨®n: antecedentes y raz¨®n por la que fue seleccionada para formar parte de nuestra expedici¨®n, etc¨¦tera. Antes, sin embargo, le ordeno que rinda su informe sobre la Estaci¨®n Espacial.
La Estaci¨®n Espacial m¨¢s pr¨®xima, seg¨²n las averiguaciones del segundo segundo de a bordo, es la denominada Fermat IV. Alcanzarla nos llevar¨ªa poco menos de tres d¨ªas y supondr¨ªa una desviaci¨®n m¨ªnima de nuestra ruta. Sin embargo, a?ade, no todo son ventajas, pues el propio Astrolabio aconseja a las naves no recalar en la citada Estaci¨®n Espacial Fermat IV ni siquiera en casos de extrema gravedad.
Preguntado por la raz¨®n de esta advertencia, El Rata responde que no se tom¨® la molestia de hacer las oportunas averiguaciones puesto que s¨®lo le hab¨ªa sido encomendada la localizaci¨®n de la Estaci¨®n Espacial. Lo despido agradeci¨¦ndole sus servicios y hago una anotaci¨®n negativa en su hoja de servicios.
Convoco al primer segundo de a bordo, Graf Ruprecht von Hohend?lfer, D. D. M. de F., alias Tontito, y le encomiendo poner rumbo a la Estaci¨®n Espacial Fermat IV. Me abstengo de informarle de la advertencia contenida en el Astrolabio hasta tanto yo mismo no lo haya consultado. Es posible que se refiera a un problema ya resuelto, o a un error de apreciaci¨®n, o simplemente a un prejuicio de quienes se ocupan de confeccionar y actualizar el Astrolabio. O que se trate de una cuesti¨®n de poca importancia.
En todo caso, el debate sobre los pros y los contras de la decisi¨®n queda pendiente hasta la pr¨®xima reuni¨®n de mandos.
Por otra parte, la situaci¨®n no admite muchos remilgos, pues la escasez se agudiza, habiendo alcanzado un punto por encima de 'inc¨®moda' y dos puntos por debajo de 'peligrosa'. Preventivamente, ordeno doblar la dosis de clorofila en el agua p¨²trida para disimular su sabor y su hedor y, tambi¨¦n preventivamente, para contrarrestar los efectos astringentes de las gachas de arroz, que est¨¢n haciendo estragos entre los Ancianos Improvidentes, seg¨²n informe escrito remitido por el m¨¦dico de a bordo.
Continuar¨¢
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