Anclados en tierra de nadie
Un barco noruego rescata a 400 refugiados y queda cerca de Australia sin permiso para atracar
Australia rechaz¨® ayer la entrada en su territorio de un barco que cargaba cientos de inmigrantes clandestinos, la mayor¨ªa de nacionalidad afgana y entre los que se cuentan enfermos, ni?os y mujeres embarazadas. Es la primera vez que ese pa¨ªs no permite el acceso a su costa de un carguero lleno de demandantes de asilo.
Los 434 clandestinos que iban en su interior fueron rescatados por el Tampa, barco registrado en Noruega, despu¨¦s de que el transbordador de madera en el que se hacinaban lanzara una se?al de socorro. La embarcaci¨®n se hund¨ªa en una zona pr¨®xima al puerto indonesio de Merak y las autoridades indonesias hab¨ªan empezado a prepararse para su llegada. Entonces, los demandantes de asilo forzaron al capit¨¢n del Tampa, Arne Rinnan, que estaba en ruta hacia Singapur, a ir a la australiana isla de Christmas tras haber amenazado con saltar por la borda. 'Ten¨ªa a cinco personas en el puente, hablando de forma agresiva y muy excitados. Amenazaban en serio', declar¨® Rinnan.
El primer ministro australiano, John Howard, declar¨® que esperaba que la firmeza de su Gobierno al rechazar la entrada del carguero servir¨ªa para enviar un mensaje claro a la creciente oleada de inmigrantes ilegales. 'Simplemente no podemos permitir que Australia sea vista en el mundo como un pa¨ªs de destino f¨¢cil', se?al¨®, 'somos un pa¨ªs humanitario y decente, pero no sensiblero'. En los ¨²ltimos 11 d¨ªas, m¨¢s de 1.500 inmigrantes, la mayor¨ªa de Afganist¨¢n, Irak e Ir¨¢n, han llegado a Australia, que acogi¨® a miles de boat people (balseros) vietnamitas a finales de la d¨¦cada de los setenta y durante los ochenta. Howard se?al¨® que Australia estaba actuando dentro de la legalidad internacional, dejando el asunto en manos de los Gobiernos de Indonesia y Noruega, aunque se comprometi¨® a suministrar alimento, agua y medicinas. En Indonesia, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Wahid Supriyadi, indic¨® que 'si las autoridades australianas les rechazan porque no llevan la documentaci¨®n necesaria, no veo raz¨®n para permitirles nosotros la entrada'.
El ministro de Exteriores noruego, Karsten Klepsvik, inst¨® a Australia a que permita el desembarco de los clandestinos, se?alando que no es deber de Oslo garantizarles asilo. La compa?¨ªa noruega due?a del barco describi¨® las condiciones en el Tampa como 'terribles', porque est¨¢ construido para albergar a unas 30 o 40 personas y ahora carga casi 500. Su vicepresidente, Hans Christian Bangsmoen, asegur¨® que los inmigrantes estaban ya en malas condiciones cuando fueron recogidos, tras haber estado en el otro barco entre ocho y diez d¨ªas. 'Hay casos de disenter¨ªa y sarna, las condiciones sanitarias son terribles, no hay medicinas'. Y asegur¨® que hay 43 ni?os y 26 mujeres, dos de ellas embarazadas. El Tampa fue anclado en la isla de Christmas, 1.500 km al oeste de Australia y a 350 km de Java.
La decisi¨®n llega en un momento en el que el Gobierno conservador trata de reprimir el n¨²mero creciente de inmigrantes ilegales que arriban a la amplia costa australiana tras haber pagado a contrabandistas. Aunque la decisi¨®n recibi¨® el apoyo de los partidos pol¨ªticos, fue criticada por las organizaciones de derechos humanos. Australia ha adoptado una de las pol¨ªticas de inmigraci¨®n m¨¢s estrictas del mundo.
Autom¨¢ticamente detiene a todos los demandantes de asilo que llegan ilegalmente en centros de detenci¨®n, a menudo en remotas ¨¢reas des¨¦rticas, mientras se resuelven las solicitudes para adquirir el estatuto de refugiado, lo que puede tardar a?os. Los campos de detenci¨®n, que albergan hasta 3.600 personas, estallan por las costuras. Los altercados, huelgas de hambre y escapadas masivas son frecuentes al protestar los detenidos por las condiciones y la duraci¨®n de su detenci¨®n. Un oficial de inmigraci¨®n cont¨® que un grupo de 39 detenidos en el centro de Curtin (oeste de Australia) cumple 18 d¨ªas en huelga de hambre. Cinco de ellos se han cosido los labios.
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