Escuadrones de la muerte en Bielorrusia
La oposici¨®n denuncia la desaparici¨®n de varios pol¨ªticos como un acto organizado por el presidente Lukashenko
La misteriosa muerte o desaparici¨®n de varios prominentes pol¨ªticos que podr¨ªan haber hecho sombra al l¨ªder bielorruso, el autoritario y populista Alexandr Lukashenko, domina la envenenada campa?a para las elecciones presidenciales que se celebran el 9 de septiembre en Bielorrusia. En v¨ªsperas de los comicios, el actual presidente aprovecha todos los instrumentos a su alcance, desde las t¨¦cnicas de propaganda y calumnia de inspiraci¨®n sovi¨¦tica al hostigamiento, para combatir a los dos candidatos que se han atrevido a desafiarle y los medios de informaci¨®n que les apoyan.
A medida que se acercan los comicios, las tensiones van en aumento. La coalici¨®n de partidos y organizaciones que respaldan a Vlad¨ªmir Gonch¨¢rik, un l¨ªder sindical sin carisma que es el principal candidato de la oposici¨®n, ha acusado a Lukashenko de haber organizado la muerte o el secuestro de media docena de personas, entre ellas tres pol¨ªticos que hubieran podido ser peligrosos rivales para ¨¦l.
Seg¨²n la oposici¨®n, una unidad de operaciones especiales del Ministerio del Interior habr¨ªa asesinado a los tres pol¨ªticos desaparecidos
Estas acusaciones, seg¨²n las cuales en Bielorrusia han existido o existen escuadrones de la muerte, vinculados al presidente y sus instituciones de seguridad, se apoyan en las declaraciones de diversos ex funcionarios. Desde el anonimato o desde el extranjero, personajes que se distancian del r¨¦gimen cuentan retazos de una historia que, de ser cierta, comprometer¨ªa seriamente al presidente. Los testimonios han aparecido a lo largo de las ¨²ltimas semanas en los medios de prensa que apoyan al candidato Gonch¨¢rik. Pese a que estos medios son minoritarios y no pueden compararse a la apabullante propaganda oficial de Lukashenko, el r¨¦gimen da muestras de nerviosismo.
En la lista de personas muertas o desaparecidas por la cual la oposici¨®n pide explicaciones a Lukashenko hay un total de seis nombres (tres pol¨ªticos, un hombre de negocios amigo de uno de ellos, un analista pol¨ªtico y un c¨¢mara de la televisi¨®n), adem¨¢s de un ex diputado parlamentario cr¨ªtico, que lleva cuatro a?os en la c¨¢rcel acusado de delitos econ¨®micos.
El grueso de las acusaciones contra el presidente se centra en tres personajes, todos los cuales desaparecieron en 1999. Se trata de los ex vicepresidentes del Soviet Supremo Guennadi Karpenko y V¨ªctor Gonchar y el general Yuri Zaj¨¢renko, ex ministro de Defensa. Karpenko y Gonchar desempe?aron un importante papel en el S¨®viet Supremo, el antiguo Parlamento, que el presidente disolvi¨® en el golpe de Estado de 1996. Entonces, con ayuda de un refer¨¦ndum que hab¨ªa sido prohibido por el Tribunal Constitucional, Lukashenko liquid¨® el Legislativo (que sustituy¨® por una nueva asamblea m¨¢s d¨®cil) e hizo aprobar una Constituci¨®n cortada a su medida. Lukashenko consigui¨® un amplio respaldo de la poblaci¨®n a base de una ret¨®rica populista y una campa?a contra la corrupci¨®n que no ha impedido que este mal se haya desarrollado tambi¨¦n en el entorno presidencial. Lukashenko gobierna a su antojo y esto, con el tiempo, se ha convertido en un problema para parte de los sectores que le apoyaron y que hoy no se pueden mover sin el permiso del presidente.
Karpenko falleci¨® de repente en abril de 1999 a consecuencia de una hemorragia cerebral, seg¨²n la versi¨®n oficial. Hasta hoy, su esposa, Liudmila, y sus familiares no creen que su muerte, acaecida tras un misterioso encuentro, haya sido natural. Gonchar desapareci¨® sin dejar rastro en mayo del mismo a?o en compa?¨ªa de un amigo empresario, y Zaj¨¢renko se evapor¨® en septiembre de 1999. Todos ellos eran l¨ªderes del Partido Civil Unido (PCU), una formaci¨®n de car¨¢cter liberal que est¨¢ hoy integrada en la coalici¨®n que apoya a Gonch¨¢rik. Anatoli Liabedzka, el presidente del PCU, cree estar ante varios casos de 'asesinato pol¨ªtico'. Su partido ha convertido la ofensiva por la verdad en un h¨¢bil instrumento de la campa?a electoral contra Lukashenko. Otros instrumentos, como un programa com¨²n de la oposici¨®n, han sido mucho m¨¢s dif¨ªciles de elaborar, ya que el conglomerado de fuerzas que se aglutina tras Gonch¨¢rik incluye a sectores con intereses divergentes, tales como miembros de la antigua burocracia sovi¨¦tica, descontentos con Lukashenko, y pol¨ªticos de corte liberal.
Seg¨²n los documentos y revelaciones que la oposici¨®n difunde estos d¨ªas en Bielorrusia, una unidad de operaciones especiales dependiente del Ministerio del Interior habr¨ªa asesinado a los pol¨ªticos desaparecidos con ayuda de la pistola con la cual se ejecutan las sentencias de muerte en la prisi¨®n central de Minsk. Toda esta operaci¨®n habr¨ªa sido sancionada por el ex jefe del Consejo de Seguridad y hoy fiscal general del Estado, V¨ªctor She¨ªman, uno de los pocos colaboradores de Lukashenko que ha sobrevivido a las distintas renovaciones del equipo presidencial.
Recientemente, el ex jefe de la c¨¢rcel central de Minsk, Oleg Alk¨¢iev, ha echado le?a al fuego del esc¨¢ndalo al asegurar p¨²blicamente que el jefe de la unidad de operaciones especiales dependiente del Ministerio del Interior hab¨ªa recibido en pr¨¦stamo la pistola coincidiendo con las fechas en las cuales hab¨ªan desaparecido los pol¨ªticos. A su vez, un ex soldado que hizo su servicio militar en las tropas del Ministerio del Interior en 1999 ha contado, sin revelar su identidad, en un v¨ªdeo que en su unidad hab¨ªa un grupo especial destinado a cumplir misiones secretas. El grupo especial sal¨ªa una vez por semana en coches con matr¨ªculas falsas. A mediados de septiembre de 1999, este grupo habr¨ªa raptado a dos personas, las habr¨ªa asesinado y luego enterrado en una fosa no lejos del emplazamiento del cuartel en las cercan¨ªas de la localidad de Begomlen. Los soldados habr¨ªan sido obligados a cavar un hoyo y a enterrar en ¨¦l los dos veh¨ªculos en los que se hab¨ªan desplazado. 'S¨¦ que cuando mataron a esta gente lo hicieron en nombre del presidente', se?alaba el an¨®nimo testigo. Despu¨¦s de la operaci¨®n, todos sus participantes recibieron dinero de parte del ministro del Interior. Seg¨²n el testigo, el ministro se lo hab¨ªa dado 'para que se tranquilizaran moralmente'.
El asunto de las desapariciones se ha complicado esta semana con las declaraciones de unos funcionarios del KGB que han acusado a los dirigentes del Estado de haber asesinado a Gonchar y su amigo el empresario. Los funcionarios indicaban incluso el lugar donde estaban enterrados los cad¨¢veres, y las autoridades bielorrusas, acompa?adas de periodistas, cavaron una profunda fosa sin encontrar nada. Gonch¨¢rik ha enviado al presidente de Rusia, Vlad¨ªmir Putin, los documentos sobre las desapariciones, pero es poco probable que el presidente ruso, extremadamente precavido, se pronuncie sobre ese tema, que afecta a uno de sus m¨¢s estrechos aliados.
Mientras tanto, en Estados Unidos el Departamento de Estado ha pedido una investigaci¨®n seria de las acusaciones que pesan sobre Lukashenko. Y la televisi¨®n estatal bielorrusa defiende al presidente con pel¨ªculas de corte policial sovi¨¦tico en las cuales se viene a decir que la CIA norteamericana es la verdadera culpable de la desaparici¨®n del periodista ucraniano Gueorgui Gongadze y tambi¨¦n de todas las desapariciones pol¨ªticas que se han producido en Bielorrusia.
En tanto no se esclarece el tema, algunos observadores de la pol¨ªtica bielorusia consideran las declaraciones de distintos funcionarios en contra del r¨¦gimen de Lukashenko como el s¨ªntoma de diferencias internas y de la necesidad de asegurarse un futuro al margen de un personaje que, por su estilo personal y autocr¨¢tico, impide el desarrollo de una nueva nomenklatura con sus intereses propios. Parte de esa nomenklatura est¨¢ hoy abiertamente en la oposici¨®n, y parte parece trabajar entre bastidores en contra de Lukashenko.
La herencia del pasado sovi¨¦tico
El grado de hostigamiento que el r¨¦gimen de Lukashenko despliega contra la oposici¨®n es sorprendente, viniendo de un presidente que se jacta de comprender los sentimientos del ciudadano de a pie de su pa¨ªs, esta rep¨²blica ex sovi¨¦tica que todav¨ªa no ha acabado de encontrar su lugar en el conjunto de Estados europeos. La ret¨®rica de los medios de comunicaci¨®n oficial ofende personalmente a los contrincantes del presidente y les insulta sin rodeos. Los largos programas propagand¨ªsticos en la televisi¨®n recuerdan, en versi¨®n bastante burda, los mejores tiempos del Comit¨¦ de Seguridad del Estado de la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica. Cualquier occidental es sospechoso para la televisi¨®n oficial, que constantemente aventa el fantasma de una posible guerra e incluso alude a una posible operaci¨®n armada de la OTAN contra Bielorrusia. Al bombardeo propagand¨ªstico contribuyen los pol¨ªticos rusos, como el jefe del partido comunista, Guennadi Ziug¨¢nov, o el populista Vlad¨ªmir Zhirinovski, quienes se han permitido recomendar a los bielorrusos que voten a Lukashenko y tambi¨¦n insultar a sus contrincantes. Los rusos pueden opinar incluso en asuntos internos, pero los occidentales no. Esta semana, el r¨¦gimen de Lukashenko ha expulsado al sindicalista norteamericano Robert Fielding por apoyar a su colega Gonch¨¢rik.
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