Un juez cierra un m¨®dulo de El Pinar por supuestos malos tratos a menores

Un juzgado de instrucci¨®n de Madrid ha ordenado el cierre del m¨®dulo de aislamiento del reformatorio El Pinar, dependiente de la Comunidad de Madrid y gestionado por la empresa privada Cicer¨®n, por supuestos malos tratos a algunos internos. Seg¨²n fuentes de la investigaci¨®n, el juez ha clausurado este m¨®dulo, destinado a menores conflictivos, 'por su mala habitabilidad' y tras recibir una querella de la Fiscal¨ªa de Menores en la que se denuncia 'por torturas' a los responsables del centro, a varios educadores y a guardias de seguridad.

Fuentes de la investigaci¨®n aseguran que el centro de menores El Pinar ha sido especialmente conflictivo desde que entr¨® en funcionamiento el pasado enero. Se han producido fugas, un mot¨ªn, reyertas entre j¨®venes y agresiones a educadores.

La orden de cierre del citado m¨®dulo del reformatorio fue adoptada por el juez que estaba de guardia el pasado martes tras estudiar una querella de la Fiscal¨ªa de Menores de Madrid en la que se atribuyen supuestas 'torturas' y malos tratos a sus responsables, a algunos educadores y a varios guardias jurados del centro.

Seg¨²n estos medios, los cinco menores alojados en dicho m¨®dulo han sido trasladados a otro reformatorio madrile?o, El Renasco, tras recibir la Consejer¨ªa de Servicios Sociales de la Comunidad la orden judicial de clausura. El reformatorio El Pinar alberga ahora, en sus otros tres m¨®dulos, a una veintena de menores.

El m¨®dulo clausurado acog¨ªa a los internos que la direcci¨®n del centro y los educadores sancionan por infringir las normas. Los internos lo conocen como el m¨®dulo de aislamiento. Ingresar en ¨¦l significa que se les aparta del grupo y que s¨®lo pueden salir al patio una o dos horas al d¨ªa, dependiendo de la gravedad de la sanci¨®n impuesta.

La querella contra los responsables de este reformatorio es el resultado de la visita sorpresa que gir¨® este verano al centro una comisi¨®n judicial. Esa comisi¨®n, integrada por una fiscal, un forense y un agente judicial, se desplaz¨® a El Pinar para constatar in situ si era cierto lo que familiares y colectivos de apoyo a los menores indicaban en denuncias presentadas ante la fiscal¨ªa sobre el funcionamiento del centro. Tales denuncias revelaban casos de supuestos maltratos a los adolescentes. 'Hab¨ªa menores a los que se aislaba durante un mes e incluso se les esposaba a la cama, agresiones f¨ªsicas...', afirman medios cercanos a la investigaci¨®n. Durante la visita de la comisi¨®n al centro, el forense examin¨® a algunos internos y confirm¨® que hab¨ªan sufrido malos tratos.

La comisi¨®n efectu¨® la sorpresiva visita el pasado mes de agosto. Sus miembros tomaron declaraci¨®n a menores objeto de supuestos malos tratos y a los educadores implicados en los mismos. De esos interrogatorios y de lo visto sobre el terreno se ha derivado la querella de la fiscal¨ªa que ahora ha dado lugar al cierre de uno de los cuatro m¨®dulos de este centro.

Aparte de las denuncias de los citados colectivos, otro motivo que llev¨® a la comisi¨®n a visitar El Pinar fue, seg¨²n los citados medios, los numerosos conflictos que se estaban produciendo en sus instalaciones y la elevada cifra de sanciones, m¨¢s que en los otros centros, que reca¨ªan sobre los internos.

Muchas sanciones

En los cuatro reformatorios que hay en Madrid hay menores conflictivos, pero el funcionamiento del Renasco y el Madro?o, a diferencia de El Pinar, se halla dentro de los cauces normales. A los fiscales les result¨® llamativo que el mayor n¨²mero de sanciones recayese sobre los j¨®venes de El Pinar. La comisi¨®n tambi¨¦n quer¨ªa comprobar si, efectivamente, hab¨ªa m¨®dulos en los que se mezclaba a menores con grandes diferencias de edad entre ellos. Se comprob¨® que s¨ª hab¨ªa casos de este tipo. Se da la circunstancia de que la Fiscal¨ªa de Menores de Madrid hab¨ªa pedido en agosto un informe a la Comunidad de Madrid sobre el funcionamiento de El Pinar, pues hasta ese momento este centro destacaba por su alto nivel de conflictividad, reyertas entre adolescentes, fugas y sanciones.

Nada m¨¢s trascender a comienzos de a?o que la consejera de Servicios Sociales, Pilar Mart¨ªnez, hab¨ªa decidido encomendar a la empresa privada Cicer¨®n la atenci¨®n de los menores de El Pinar, los fiscales pusieron reparos. Ellos prefer¨ªan que fuesen funcionarios p¨²blicos, como ocurre en el Renasco y el Madro?o, quienes se encargasen del cuidado de los j¨®venes. Sosten¨ªan que uno de los problemas que tiene la Ley Penal del Menor en muchos centros es que resulta dif¨ªcil preparar al personal para que sepa trabajar con chicos conflictivos, que necesitan profesionales capaces de trabajar con ellos y de aplicar las medidas de reinserci¨®n previstas.

El reformatorio El Pinar, situado en la carretera de A Coru?a, funciona desde comienzos del pasado mes de enero. Se uni¨® a los tres centros de menores cerrados que ya exist¨ªan: el Renasco, el Madro?o y el Altamira. Este cuarto centro naci¨® coincidiendo con la entrada en vigor, el pasado 13 de enero, de la nueva Ley Penal del Menor, que elevaba de 16 a 18 a?os la edad penal. Su finalidad era acoger a los j¨®venes que en ese momento cumpl¨ªan condenas en c¨¢rceles normales y que, seg¨²n la nueva ley, deb¨ªan hacerlo en centros de menores por haber cometido el delito cuando ten¨ªan entre 16 y 18 a?os.