El Pent¨¢gono no tiene vacuna contra el ¨¢ntrax para todos sus soldados
Algunos hombres se niegan a inyectarse por temor al 's¨ªndrome del Golfo'
S¨®lo unas semanas antes de los atentados del pasado 11 de septiembre en Nueva York y Washington, varios expertos en guerra biol¨®gica comparecieron ante una comisi¨®n del Congreso para advertir que Estados Unidos est¨¢ 'deplorablemente mal preparado' para enfrentarse al posible uso de armas qu¨ªmicas en actos terroristas. El Pent¨¢gono apenas tiene vacunas contra el ¨¢ntrax, que dosifica al m¨¢ximo para que s¨®lo la reciban los soldados destinados al golfo P¨¦rsico en las unidades de mayor peligro. Adem¨¢s, algunos soldados se niegan a recibir la vacuna ante el temor de que el compuesto pueda estar en el origen del llamado s¨ªndrome del Golfo.
En el a?o 1998, el Pent¨¢gono decidi¨® crear un programa de vacunaci¨®n contra el ¨¢ntrax que inmunizara a los 2,4 millones de efectivos y reservistas del Ej¨¦rcito. Al poco tiempo, la empresa que suministra las vacunas (la compa?¨ªa Bioport, del Estado de Michigan) se qued¨® sin existencias y, peor a¨²n, sin capacidad para fabricar dosis a un ritmo mayor.
Hace ocho meses, el Pent¨¢gono reconoci¨® que s¨®lo ten¨ªa 60.000 dosis despu¨¦s de haber vacunado a apenas 500.000 soldados. Decidieron entonces vacunar s¨®lo a los soldados destinados al Golfo durante m¨¢s de 30 d¨ªas, pero en junio se limitaron las vacunas a las tropas en 'operaciones especiales'.
'S¨ªndrome del Golfo'
Algunos de los soldados se negaron en ese momento a recibir la vacunaci¨®n por temor a que pueda provocar el s¨ªndrome del Golfo, la enfermedad todav¨ªa de origen desconocido que afecta a soldados destinados en aquella guerra.
Los cient¨ªficos todav¨ªa niegan la relaci¨®n entre los s¨ªntomas aparecidos en algunos soldados y la vacuna, aprobada para el uso humano por las autoridades sanitarias en el a?o 1970.
Mientras tanto, la poblaci¨®n de Estados Unidos parece haberse dejado llevar por una corriente preb¨¦lica alentada en parte por los medios de comunicaci¨®n: la cadena de informaci¨®n continua CNN dedicaba ayer segmentos enteros de su programaci¨®n a describir los s¨ªntomas de la infecci¨®n por ¨¢ntrax o botulismo en caso de un eventual ataque terrorista con armas qu¨ªmicas.
Las tiendas de productos militares, aut¨¦nticos santuarios de la paranoia b¨¦lica en Estados Unidos, reconocen que s¨®lo hab¨ªan vendido media docena de m¨¢scaras de gas hasta el pasado 11 de septiembre. Ahora se encuentran agotadas en todos los establecimientos, aunque se subastan en Internet por 10 veces su precio.
Los fabricantes de armas tambi¨¦n hacen su agosto con un mes de retraso: la venta de munici¨®n ha crecido un 20% y la venta de armas ha aumentado entre un 12% y un 14%. Empresas de fabricaci¨®n de armas como Sturm, Ruger
En todo caso, el Pentgono se enfrenta con escasez de vacunas a posibles operaciones militares en una zona en la que, segn estiman sus estrategas, existen armas qumicas con el virus del ntrax, empleadas supuestamente por Sadam Husein contra la minora kurda de Irak.
Segn informaciones de la oposicin a los talibn en Afganistn, Osama Bin Laden ha entrenado en la guerra qumica a algunos de sus grupos.
El diario The New York Times tambi¨¦n desvelaba hace unos d¨ªas que fotograf¨ªas de la inteligencia de Estados Unidos tomadas desde sat¨¦lites mostraban animales muertos junto a campamentos militares en los que puede haberse realizado ensayos con armas qu¨ªmicas.
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