EE UU financia a la Alianza que lucha contra los talib¨¢n

El Gobierno de Estados Unidos ha decidido implicarse en la guerra civil de Afganist¨¢n. La Alianza del Norte y otros grupos que combatan a los talib¨¢n ser¨¢n beneficiarios de un programa de ayuda encubierta que incluir¨¢, probablemente, dinero y armas. George W. Bush tambi¨¦n ha ordenado que se env¨ªe ayuda humanitaria a Pakist¨¢n para paliar el impacto social causado por la llegada de miles de refugiados afganos. El representante de la Alianza del Norte en EE UU, Haron Amin, pidi¨® ayer un sueldo mensual para la guerrilla de 9.000 millones de pesetas y m¨¢s equipamiento militar.

La Casa Blanca no ha dado detalles sobre el fondo de reptiles aprobado en beneficio de la Alianza del Norte, porque se trata de un programa secreto. Pero ha hecho esfuerzos para subrayar que asume la cooperaci¨®n con los grupos antitalib¨¢n como un mal menor. 'No estamos en el negocio de crear gobiernos', dijo ayer Ari Fleischer, el portavoz presidencial. 'El prop¨®sito de la misi¨®n', explic¨® refiri¨¦ndose a la Operaci¨®n Libertad Duradera, 'es eliminar a quienes protegen a los terroristas y para ello trabajaremos con gente muy variada'.

El objetivo de Bush se concreta en un documento distribuido este fin de semana a sus asesores m¨¢s directos y obtenido por The New York Times: 'Los talib¨¢n no representan al pueblo afgano, que nunca vot¨® o eligi¨® a la facci¨®n talib¨¢n', dice el documento. 'No queremos decidir qui¨¦n manda en Afganist¨¢n, pero ayudaremos a quienes desean un Afganist¨¢n pac¨ªfico, m¨¢s desarrollado y libre del terrorismo'. 'No queremos dar la impresi¨®n', se a?ade, 'de que nos ponemos del lado de un grupo ¨¦tnico o de un grupo de tribus o de un partido'.

La Casa Blanca es consciente de que no hay soluciones ¨®ptimas en el caleidoscopio pol¨ªtico afgano, no olvida que en otro tiempo cooper¨® con los talib¨¢n en su guerra contra la URSS con un programa secreto como el creado ahora para la Alianza del Norte y no olvida tampoco que los actuales opositores resultaron bastante indeseables cuando gobernaron entre 1991 y 1996.

?se es el motivo de que se estimulen las rebeliones de grupos past¨²n (la etnia de los talib¨¢n) e incluso las deserciones dentro del r¨¦gimen, con la declaraci¨®n expresa de que la ayuda encubierta no es s¨®lo para la Alianza del Norte y llegar¨¢ a todo aquel que contribuya a derribar al Gobierno. Bush quiere abrir al m¨¢ximo el abanico de posibilidades. Y prefiere mantener en secreto los detalles del fondo de reptiles, para no aparecer, m¨¢s de lo estrictamente necesario, como patrocinador de un futuro Gobierno en Kabul. Rusia, India e Ir¨¢n han sido hasta ahora los apoyos exteriores de la Alianza del Norte.

El representante en Washington de la Alianza del Norte, Haron Amin, no considera que sus exigencias deban mantenerse en secreto. Reclama abiertamente para los guerrilleros antitalib¨¢n un sueldo mensual de 50 millones de d¨®lares (unos 9.000 millones de pesetas), adem¨¢s de un surtido de equipamiento militar que incluye helic¨®pteros (ahora s¨®lo tienen dos), tanques y artiller¨ªa. 'Con eso, nuestros 15.000 combatientes y apoyo a¨¦reo, podr¨ªa hacerse el trabajo', declar¨® Amin, refiri¨¦ndose al derrocamiento de los talib¨¢n. 'Lo que proponemos es que los comandos especiales de EE UU se coordinen con nuestras fuerzas para hacer movimientos r¨¢pidos, asegurar ciertas posiciones y expandir nuestro territorio', explic¨®. La Alianza dice controlar el 15% del pa¨ªs, pero la inteligencia de EE UU cree que su porci¨®n de terreno se limita al 5%.

A Bush le interesa tanto acabar con los talib¨¢n como asegurar la estabilidad interna de Pakist¨¢n. El portavoz presidencial se neg¨® ayer a precisar el volumen de ayuda humanitaria que Washington enviar¨¢ a Pakist¨¢n.