Viaje
?Entra en tus proyectos de inmediato futuro morir fumigado como un mosquito? Si est¨¢s pensando en adquirir una m¨¢scara antig¨¢s, vete primero al bar de la esquina, pide un whisky doble y trata de relajarte, porque tu no eres un vulgar insecto, sino un extraterrestre que lleg¨® a este planeta gracias una tormenta nuclear acaecida en este punto del universo hace miles de millones de a?os, cuando innumerables cometas y asteroides chocaron contra la Tierra e hirvieron los oc¨¦anos. Aquel desastre sideral hoy se ha convertido en un gran epopeya molecular y de ese poema qu¨ªmico hemos nacido todos, mosquitos y tambi¨¦n cardenales. Los elementos que componen nuestro cuerpo se crearon en alguna estrella de nuestra galaxia y llegaron hasta nosotros despu¨¦s de un largo viaje. Aquella lejana estrella, al convertirse en una supernova, hizo explosi¨®n y su fuerza centr¨ªfuga sembr¨® de enormes masas de fuego el espacio, que al enfriarse, generaron vida all¨ª donde el azar y la necesidad encontraron un ambiente propicio, trazando una par¨¢bola que va desde las charcas donde chapotearon los protozoos hasta ese bar de la esquina en cuya barra ahora est¨¢s contando al camarero tu terror a morir fumigado con un whisky en la mano. A algunos nos seduce contemplar la vida como un compuesto qu¨ªmico que est¨¢ de paso fugazmente por la Tierra. Un d¨ªa el sol tambi¨¦n estallar¨¢ y los elementos que han constituido una carne mortal, incluyendo en ella los atributos del alma, saldr¨¢n disparados otra vez hacia el espacio en un viaje que no terminar¨¢ nunca. El bien y el mal se instalar¨¢n en otro lugar del universo recre¨¢ndose all¨ª nuevamente bajo la modalidad de is¨®topos radioactivos, calcio, magnesio, bacteria, hongo, planta, roca, agua, crust¨¢ceo, perro, se?or del traje gris o monstruo desconocido. En este preciso momento te hallas en este mundo en forma de persona y tal como viene en el programa tu obligaci¨®n al d¨ªa de hoy consiste en no poner cara de mosquito para no dar pistas al enemigo. Eres un tipo corriente que est¨¢ tomando una copa. No compres ninguna m¨¢scara. Si de pronto sientes que la calle huele a gas mostaza, el tiempo habr¨¢ terminado, pero no te importe, porque en otro punto del universo, a la luz de otra estrella, seguro que habr¨¢ otro bar igual que ¨¦ste donde con ese mismo whisky en la mano oir¨¢s a otro camarero que estar¨¢ contando la bonita historia de unas personas que se creyeron mosquitos y fueron gaseadas hace mil millones de a?os.
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